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Imagen del canal de entrada a la presa de Villar del Rey. :: j.v. arnelas

La presa de Villar del Rey acumula agua para al menos dos años más

El embalse que suministra a la ciudad ha perdido en la última campaña un tercio de lo que bebe Badajoz en doce meses

Antonio Gilgado

Badajoz

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Jueves, 2 de noviembre 2017, 07:54

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El parte semanal de embalses se mira ahora con más atención por temor a que la sequía vacíe los pantanos. Badajoz, junto con Alburquerque y Villar del Rey, bebe de la presa Peña del Águila, en el término de Villar del Rey, un pantano dependiente de Confederación Hidrográfica del Guadiana que ha aguantado bien los ciclos secos porque en la ciudad no se recuerdan restricciones al consumo.

Desde la Peña parte una doble canalización hasta la depuradora de agua potable de Santa Engracia, en el Gurugú, donde entra en la red general que recorre la ciudad.

EL DATO

En Villar del Rey hay en estos momentos 71,6 hectómetros cúbicos retenidos. Según los cálculos de Confederación, los tres núcleos urbanos necesitan cada año entre 17 y 20 hectómetros cúbicos, algo más de 15 solo para Badajoz. Basta una división sencilla para concluir que hay reservas para más de tres años.

Pero a esta conclusión hay que aplicarle algunas restricciones porque el volumen real de la presa (130 hectómetros cúbicos) no solo hay que medirlo en su uso para potabilizar.

En el caso de Villar del Rey, por ejemplo, hay también que satisfacer la demanda del regadío y las primeras medidas en épocas de sequía afectan siempre al riego para garantizar el consumo humano.

El presidente de la Confederación, José Martínez, ha explicado varias veces que la campaña agrícola actual está garantizada y la decisión sobre la próxima se tomará en primavera, en función de las lluvias de otoño e invierno. Según dijo Martínez recientemente, en Villar del Rey hay ahora reserva para otros dos años más. El presidente también recuerda que venimos de cuatro años con menos precipitaciones de lo habitual y el tramo de la cuenca en Extremadura sigue respondiendo a todas las demandas. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, los problemas son más serios.

Otro elemento que puede afectar a los embalses es el caudal ecológico a garantizar en el Guadiana portugués desde que se firmó el Convenio de Albufeira en 1998. Confederación debe tener en cuenta la aportación a Portugal para que el río no pierda su cauce más allá de Caya. Las aportaciones se miden constantemente. Hace poco más de dos meses, por ejemplo, a pesar de la sequía, la Confederación abrió las compuertas de la presa de Villalba, en Tierra de Barros, precisamente por este motivo. Se eligió esta opción porque este embalse no tiene uso para abastecimiento humano y muy poco para regadío.

El denominado embalse muerto, el agua embalsada que queda por debajo de la cota de desagüe, también entra en el cálculo de gestión. En teoría, toda el agua que hay en la Peña del Águila es utilizable, pero por debajo de los 12 hectómetros cúbicos ya no llega a este nivel de desagüe. Incluso hay quien calcula lo almacenado restando siempre los 12 hectómetros de embalse muerto.

Con esta cuenta, no habría que hablar de 71,6 hectómetros sino de 59, pero en Confederación ya han explicado alguna vez que en caso de extrema necesidad, estos 12 hectómetros cúbicos podrían llegar también al red porque se pueden bombear.

Tampoco se puede obviar la continua evaporación en las presas por la exposición solar. En zonas muy secas como California, en Estados Unidos, o Murcia, incluso se buscan alternativas para sombrear las bolsas de agua y reducir este efecto.

Hay muchos elementos, por tanto, que influyen en la capacidad real de los pantanos y los cálculos se revisan continuamente porque varían en función de la climatología.

El pantano de Villar del Rey desembalsó en enero de 2010 cuando estaba al 89% de su capacidad y tenía 115 hectómetros cúbicos de agua acumulada.

Pero la sucesión de años pocos lluviosos han ido cambiando el panorama que se ve desde la carretera y en los datos que publica semanalmente la cuenca. El año pasado, por esas mismas fechas, había 76,2 hectómetros retenidos. La sequía de 2016 se ha comido casi cinco hectómetros, un tercio de lo que se necesita cada año en Badajoz.

hectómetros cúbicos retiene el embalse Peña del Águila (55% de su capacidad), en el término de Villar del Rey. Abastece a Badajoz, Villar del Rey y Alburquerque. Del recuento de embalses de la cuenca, destaca que Cornalvo, en Mérida, solo tiene un 7%; está casi seco.

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