El perro que ayuda a leer a los niños

Esta escena se dio ayer en la librería Tusitala, en la calle Meléndez Valdés. La Asociación de Terapias con Animales (Atecan) organizó el taller 'Leer es muy guau'. La iniciativa pretende ayudar a los menores a coger confianza a la hora de leer y también fomentar su amor por los libros.

Elena López, una de las responsables de esta iniciativa, explicó ayer que el apoyo de los perros ayuda a abrirse a los niños tímidos, tranquiliza a los nerviosos y, en general, les da confianza.

-¿Por qué leen mejor los niños con un perro de apoyo?

-Porque un perro nunca te juzga. Ni se ríe de ti. Los niños sienten el apoyo y ganan confianza.

-¿Y funciona?

-Sí. Les decimos a los niños: mira, léele a Kanda a ver si consigues que se duerma. Mira qué bien, se ha quedado tranquila, hasta bosteza y ellos responden muy bien.

Este tipo de ejercicios, eso sí, no se pueden llevar a cabo con cualquier animal. Atecan es una asociación especializada en terapias con mascotas. Susana Barreto, de esta agrupación, detalla que los canes que usan deben tener una serie de cualidades, por ejemplo, ser tranquilos y estar cómodos con la gente. «Nunca usamos en terapia a animales a los que no les guste hacer esa actividad. Y les formamos en positivo, sin castigos», añade esta experta.

En sus tres años de trayectoria esta asociación ha realizado terapia, principalmente, con personas con alguna discapacidad, también en riesgo de exclusión social y con víctimas de la violencia machista, tanto mujeres como niños. Su nueva iniciativa son los talleres de lectura, en los que han detectado buenos resultados y que les gustaría que se extendiesen a los centros escolares de la región.

El taller arranca con un peluche de un perro. Así, las monitoras de Atecan explican a los menores cómo acercarse y cómo tratar a sus mascotas. «Hay que ir despacio, no meterles el dedo en el ojo, hablar suave...», les decía ayer a una decena de menores Susana Barreto que explicó que estos talleres también sirven para concienciar a los pequeños . Uno de los niños preguntó: «¿Por qué los perros llevan correa?». Susana le explicó que es para que no salgan corriendo y les pase algo. «Es como cuando mamá y papá te dan la mano a ti».

Luego, la monitora les pidió que cerrasen los ojos y al abrirlos, el peluche se había convertido en Kanda. Hubo una expresión de júbilo en la sala. Kanda es una labrador de un año que enamoró a los asistentes. Permitió que los niños la acariciasen todo el rato y escuchó con atención sus cuentos.

La primera de las historias que leyeron los menores fue 'El perro de color melón'. Este relato cuenta la historia de un can abandonado por ser diferente, pero que finalmente encuentra una familia. Sirvió para que los niños debatieran sobre el tema. Luego hicieron dibujos para Kanda, leyeron tarjetas con actividades que le gustan a la perra y se inventaron cuentos. Para finalizar la actividad, los propios niños leyeron un decálogo prometiendo cuidar de los animales.