Un padre pide el arreglo de los columpios de Badajoz en los que se accidentó su hijo

El menor se está recuperando después de que le colocasen varias grapas, pero su padre está indignado por la situación. «No es normal que un niño salga con una brecha por ir a jugar a los columpios», se lamenta.

Lozano denuncia que el parque está «muy dejado». Se trata de una zona infantil relativamente nueva, ya que se instaló en 2012 para dar servicio a los edificios de nueva construcción que se levantaron en estas calles paralelas a la carretera de la Corte. Sin embargo, los vecinos denuncian que en estos años apenas ha recibido mantenimiento, por lo que se ha deteriorado. El suelo de caucho está lleno de agujeros, retiraron un tobogán que se había agrietado, desapareció un columpio y, lo más peligroso, en numerosas zonas hay tornillos oxidados al aire porque la madera se ha podrido y abierto.

En el caso del hijo de Jonathan, el accidente se produjo por un agujero que se ha formado en el caucho al finalizar el tobogán. El desgaste ha provocado que falte parte del suelo y los niños se tropiezan al deslizarse. Este vecino ha decidido hacer un escrito y presentar una queja formal ante el Ayuntamiento de Badajoz en la que ha adjuntado el parte de lesiones que sufrió el menor. Sin embargo, teme que la solución sea cerrar el parque. «Y eso no lo queremos, lo que necesitamos es que lo arreglen», añade.

Lozano teme que clausuren el parque o incluso se lleven los columpios porque eso mismo ocurrió en el caso de la zona infantil de la calle Juan de Ávalos, que está cerca. Los vecinos se quejaron del mal estado del suelo y de los equipos y el Consistorio pacense lo retiró y no los repuso. Ahora solo quedan las vallas de la Policía Local. «No queremos eso. Los niños aprovechan mucho estos columpios, pero necesitamos que los arreglen o los sustituyan», agrega este vecino.

Los desperfectos son importantes en las dos áreas en las que se divide el parque infantil de Luis Zambrano. Uno de los problemas es el suelo. Donde hay gravilla, se ha perdido parte del firme y hay rocas de gran tamaño al aire. «Si se cae un niño, se abre la cabeza», se queja Lozano. A esto se une que el caucho tiene agujeros. Así mismo, en el borde de la zona infantil, el firme se ha abierto y hay grietas en las que los niños pueden meter el pie.

Los tornillos al aire son el mayor riesgo. «Pueden atravesarse el pie o cortarse la mano», advierte Jonathan Lozano. Los tornillos asoman y se mueven en toda la estructura porque la madera está muy dañada. Hay peldaños, paredes y listones del puente colgante que son irrecuperables y tendrán que ser sustituidos si finalmente se repara el parque.

Esta infraestructura, además, ya ha perdido varios equipamientos. «Se llevaron un tobogán que estaba roto y en lugar de repararlo, taparon el hueco y desapareció una red que había para que los niños trepasen y el columpio y ahí están las cadenas», dice este afectado.

Otro problema en el parque es la suciedad. En este caso los usuarios responsabilizan a los vecinos que acuden de noche y abandonan restos de comida y basuras de todo tipo en la zona. Piden que se cuide un servicio que es vital para las familias de este entorno.