Las okupaciones causan preocupación en las administraciones de fincas
Desde Unifinca relatan casos reales ocurridos en Badajoz en los últimos años y destacan la «alarma social que generan» en los vecinos
Pardaleras, Ronda Norte, San Fernando... no hay distinciones de barriadas en cuanto a zonas donde los okupas pueden instalarse. Alfonso Pérez Calleja, director de Unifincas ... y secretario de este colegio profesional en Extremadura, ha visto casos distintos en los últimos años. «No es usual, pero existe un cierto nivel de incidencia. Las okupaciones preocupan en las administraciones de fincas porque crean una alarma social tremenda». Los vecinos temen un efecto llamada.
Es lo que ocurre en el bloque del entorno del Hospital Perpetuo Socorro, donde una pareja ha impedido que cuatro estudiantes entraran en su piso y recuperaran sus pertenencias, así como ignoran las peticiones del propietario para que se marchen.
Alfonso Pérez Calleja ha visto otros casos en Badajoz. Tanto en inmuebles de particulares que no residían en ellos como en viviendas de bancos.
En el confinamiento de 2020, por ejemplo, una pareja de jóvenes se metió en un piso de una entidad bancaria en ronda norte. «Los vecinos temían un efecto llamada en un momento en que no se podía salir de casa. La pareja no tenía luz ni agua e intentaba forzar la puerta de acceso a los contadores para engancharse. Como todos los vecinos estaban en casa, llamaban constantemente a la Policía y se marcharon a los tres meses debido a esta presión». Era una vivienda de un banco, que no denunció la okupación.
«A pesar de que no suelen causar problemas si tienen luz y agua, los vecinos tienen miedo al efecto llamada»
alfonso pérez calleja, unifincas
Desde hace unos tres años tienen a una familia en otro piso de Pardaleras, también propiedad de un banco. La entidad paga la comunidad y la familia tiene luz y agua. «A pesar de que no suelen causar problemas si tienen los suministris, los vecinos tienen miedo».
Hace solo unos meses, en San Fernando, otras personas se metieron en la vivienda de un anciano que acababa de fallecer sin hijos. «Le legó el piso a su hermano, que se encontró con que estaba pagando recibos de luz y agua de estos señores. Esto de tener que pagar los recibos no entra en cabeza, pero es así y en cuanto te informas un poco sabes que si no lo haces te pueden denunciar por coacciones. Se fueron de la casa, pero le dejaron el piso destrozado».
La experiencia de Alfonso Pérez Calleja es que estas personas, que lo mismo entran en una vivienda de un banco que una privada, no causan problemas si tienen luz y agua.
«Si no tienen estos suministros intentan engancharse de forma ilegal y para eso rompen puertas; hasta he visto una conexión fraudulenta a Internet», explica. Y esto crea mucha inquietud en las comunidades de vecinos.
En muchas casos los propietarios plantean tomar medidas por su cuenta, como cortarle a esa vivienda todo acceso al agua o la luz o cambiarles las cerraduras. A los administradores les toca advertir a la comunidad que si lo hacen pueden tener problemas legales y que es el presidente de la comunidad el que responde. «La comunidad tienen aún más dificultades para tomar medidas que los propietarios de las viviendas».
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