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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Cientos de pacenses preparados para observar el eclipse lunar de la pasada semana. :: c. moreno
Observar el cielo como profesión

Observar el cielo como profesión

JAIME PANADERO

Lunes, 6 de agosto 2018, 07:51

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El cielo puede verse en cualquier momento, pero el ojo humano no puede hacerlo en todo su esplendor. Para ello son necesarios los telescopios y personas con conocimientos para descifrarlo.

Ese perfil existe en el departamento de Física de la Universidad de Extremadura, que cuenta con cinco áreas diferentes. En concreto, en el área de Física de la Tierra, que está integrada por aproximadamente una quincena de personas. Entre ellos se encuentran los profesores José Manuel Vaquero y Mari Cruz Gallego, a quienes se unen investigadores como Alejandro Jesús Pérez y Javier Vaquero.

«En nuestro ámbito de conocimiento, siempre hemos estado muy interesados en el Sol, porque es nuestra principal fuente de energía. Es lo que nos proporciona luz y calor», explica José Manuel Vaquero.

«Estudiamos la variación del sol y sus efectos en la Tierra», dice José Manuel Vaquero

Para estudiar este astro, miran hacia su pasado. «Nuestro objetivo primordial es la reconstrucción histórica de la actividad solar. Queremos saber cómo ha ido variando con el paso de los siglos y relacionarlo con sus efectos en la Tierra», añade.

El trabajo se realiza a lo largo de todo el año, pero el pasado 27 de julio sacaron el instrumental a la calle para realizar una observación abierta al público en la explanada situada frente a la Biblioteca Central de la UEx de Badajoz. El lugar era idóneo para presenciar el eclipse lunar y la iniciativa tuvo un gran éxito de público. Con este tipo de iniciativas, este grupo de investigación tiene como propósito acercar la astronomía a las personas de a pie.

Los eclipses son fenómenos que suele suceder varias veces al año, aunque no siempre se puede observar desde cualquier punto del globo. También influyen mucho las condiciones lumínicas y meteorológicas, por lo que es necesario elegir un buen sitio para hacerlo.

Cada vez que hay un acontecimiento de este tipo, los integrantes del área de Física de la Tierra están ahí para verlo. Y si la ocasión lo merece, no dudan en abrir la experiencia a todo el público.

Sus mediciones sirven para controlar el número de manchas que presenta la superficie solar

«No siempre da la casualidad de que suceda un eclipse un viernes por la noche o un fin de semana. A veces se da un miércoles en invierno y en esas ocasiones organizamos observaciones solo para nuestros alumnos, porque no tendrían demasiado éxito», reconoce Vaquero.

Ya lo hicieron en la Alcazaba de Badajoz en el año 2013, cuando se produjo un eclipse solar parcial. El evento también tuvo muy buena acogida entre los pacenses y más de un centenar de personas se acercaron para observarlo mediante los aparatos proporcionados por la universidad.

En su día a día, el área se encarga de realizar diferentes observaciones e investigaciones en su ámbito de desarrollo.

Para ello, las instalaciones del edificio de Física de la Facultad de Ciencias, en el campus de la UEx en Badajoz, cuentan con un observatorio astronómico en su cúspide. Este lugar está formado por cuatro grandes telescopios, dos de ellos para la observación nocturna y otros dos para la actividad solar. También tienen instrumentos en su azotea para medir las radiaciones que llegan a la Tierra.

José Manuel Vaquero.
José Manuel Vaquero. HOY

Una de las tareas más importantes de este grupo de investigación es la medición del número de manchas que presenta el Sol. Lo hacen los 365 días del año, porque la actividad solar no entiende de festivos.

Es lo que en el ámbito internacional se conoce como el 'sunspot number', una observación que lleva realizándose desde el siglo XVII.

Los datos recogidos por estos físicos son enviados de forma telemática al Observatorio Real de Bruselas, que recibe información de otros muchos centros del planeta.

El estudio de estas manchas solares es decisivo, porque tiene importantes influencias en la Tierra. El exceso en su número podría desembocar en una perturbación del campo magnético generaría numerosos problemas en el planeta.

Los que podrían afectar en mayor medida a la población son las interrupciones en las telecomunicaciones o los cortes de luz, pero también podría perjudicar el funcionamiento de satélites. Entre los cometidos de este grupo, también está el de desarrollar investigaciones sobre diferentes asuntos con el objetivo de plasmarlas en artículos académicos.

Aprovechando la observación del eclipse solar en la Alcazaba, decidieron medir el índice de ozono troposférico, un gas que requiere de los rayos solares para formarse, durante la ocultación del astro.

A pesar de ser un eclipse parcial, demostraron que los niveles de este contaminante se redujeron sensiblemente mientras el Sol permanecía escondido.

Durante la 'luna de sangre' el viernes 27 de julio no se plantearon realizar ninguna investigación de este tipo porque los eclipses lunares son menos interesantes para la observación científica. «Lo más atractivo es un eclipse solar total», según explica Vaquero.

Este grupo de expertos tiene una buena relación personal con el Ateneo de Badajoz. En su sección de astronomía, esta asociación también suele organizar quedadas dirigidas a todos los aficionados que quieran observar el cielo nocturno. Las realizan en el merendero de la carretera de Villar del Rey, alejados de la luz artificial propia de la ciudad.

A todos estos expertos les gustaría que más personas se interesaran por su ámbito de estudio. Además, insisten en que tiene más importancia de lo que se cree. ¿Por qué no empezar a ver a partir de ahora el cielo con otros ojos?

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