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Antonio Regalado rememorará las Navidades de los años 40 en el Aula HOY. :: casimiro moreno
«La Navidad se celebra con marisco, antes se ahorraba para un pavo»

«La Navidad se celebra con marisco, antes se ahorraba para un pavo»

Rememora las fiestas de la posguerra, cuando los niños eran felices con muy poco a pesar de la tristeza generalizadaAntonio Regalado Profesor y escritor

Rocío Romero

Badajoz

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Lunes, 18 de diciembre 2017, 07:25

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Antonio Regalado Guareña nació en Badajoz y ha pasado aquí toda su vida. Sus recuerdos se remontan a los años 40, cuando no había marisco en las mesas, las niñas soñaban con acariciar una Mariquita Pérez y el gobernador civil levantaba la prohibición del cante a los gitanos, que llenaban de tangos y jaleos las calles del centro. El próximo martes recordará en el Aula HOY, solo en Badajoz, cómo se celebraban las Navidades de posguerra y cómo las vio él desde la calle Dosma, donde vivió. Profesor y escritor, es autor de varios libros como 'Infancia en el Badajoz intramuros', editado por el Ayuntamiento de Badajoz.

-'Navidades de antaño, el Badajoz que se fue'. Ese es el titular de su charla. ¿Qué diferencian las de hoy a las de antes?

AULA HOY

  • Charla 'Navidades de antaño. El Badajoz que se nos fue'.

  • El próximo martes 19 de diciembre en el salón de actos del Colegio Oficial de Farmacéuticos, ubicado en el número 13 de la calle Ramón Albarrán. A las 20.15 horas.

  • uEntrada libre hasta completar aforo.

-Son totalmente distintas. Hablo de los años 40. Entonces, una piara de pavos iban por las calles y los paveros llevaban una vara. Las personas salían de sus casas y compraban el que querían. A partir del 8 de diciembre, íbamos a por la hierbita del campo por Puerta Trinidad para ponerla en el Nacimiento. Ni Papa Noel ni Santa Claus ni pinos. Cada año guardábamos el Nacimiento y se compraba al año lo que se podía. Con corcho, cartones, espejos y el papel de plata del chocolate de Matías López se hacía el resto. Se aplicaba la inteligencia para hacer el Nacimiento.

-¿Cómo se organizaban?

-Se hacían concursos y se iba a verlos a las casas. Los familiares hacían la mayoría y después se compraba alguna figura de barro pintado. Yo tenía unos cuatro o cinco años y mis tías, que tenían 13 o 14 años, nos enseñaron villancicos y que yo pienso cantar. Son los mismo que ahora, pero menos sofisticados. Los cantábamos toda la familia junto al Belén.

-¿Qué echa de menos?

-Ya le he dicho que venían manadas de pavos... Se llevaba el pavo y el mazapán. Ahora todo son langostinos y gambas, antes se ahorraba para un pavo. Noto que ahora se ha cambiado todo por marisco y ya no es lo mismo que en los años 40. Tampoco se podía comprar un pavo a menudo. Solo en Navidad y si se podía. Entonces había hambre y una necesidad tremenda, había cartillas de racionamiento. Usted no lo entiende, es muy joven.

-Más allá de la comida. ¿Qué ha cambiado?

-Antes se le daba más sentido religioso. Todo el mundo iba a la misa del Gallo y la gente estaba muy acostumbrada a ir a las doce. Ahora es a las ocho. Todo está cambiado. Lo del pavo es fundamental. En las casas se hacía también arroz con leche. Los muchachos cuando pasábamos por la dulcería de Alba pegábamos las narices al escaparate porque veíamos unas culebras de mazapán. Eran un espectáculo, pero la clase trabajadora no podía comerlas. Eran carísimas y de un mazapán buenísimo. Nos hacía muchísima ilusión verlas, porque no las catábamos. Las disfrutábamos con los ojos. Había unas bichas redondas enroscadas que estaban para comérselas con la imaginación.

- ¿Fue un cambio de golpe o poco a poco?

- Ha sido un cambio poco a poco. Lo de Papa Noel y todo eso, que si el abeto... La Navidad se centraba en el Nacimiento con el portal. Y en los villancicos. Ahora se ha inundado todo, que si las carreras disfrazados de Papa Noel... Le digo que cada año se compraba una figurita o dos para el Nacimiento. Pero solo si se podía. No es como ahora, que se puede comprar todo de golpe.

-¿Había alguna tradición navideña de Badajoz que se haya perdido?

-Había una población enorme de gitanos en la Plaza Alta. El día 25 les dejaba el gobernador que salieran cantando por las calles. El cante estaba entonces prohibido. Bajaban cantando desde la Plaza Alta por San Juan hasta el entorno de Correos. Todo el mundo salía a tocar las palmas y con instrumentos ideados por ellos iban con los tangos y jaleos gitanos. Hoy son dos palos importantes del flamenco y nacieron en la Plaza Alta. Para ellos era un día grande. En todos los bares ponía 'prohibido el cante' y ese día podían cantar y tocar palmas. Iban divirtiéndose. Esa era una tradición.

-¿Qué se recibía entonces de los Reyes Magos? Es que ahora hasta se les pregunta a los pedagogos cuántos regalos se les pueden hacer como máximo a los niños, que si dos, tres o cinco.

-Jajajajaja. Las niñas recibían unas muñecas de cartón, que si se caían en el baño se les deshacía la cabeza. Y unas tartanas y unos cochecitos de lata y cuerda. A mí me echaron una vez un palo con una cabeza de caballo, y a correr. Eran juguetes muy elementales. Y no como ahora..., que hay unas cosas... Entonces no había balones, sino unas pelotas de goma. A la Mariquita Pérez solo podía acceder la gente con dinero. Pero la gente se divertía sin tantos Reyes. Había muchos juegos de todo tipo. En las tardes de primavera y otoño, los juegos nunca se acababan. Usted no puede entenderlo, nosotros éramos felices con un pirulí o un yo-yó. No teníamos lo que teníamos que tener, pero éramos muy felices. Y eso que la gente estaba muy apagada en los años 40. Mi padre estuvo en la guerra, en el Ebro y en Brunete. Y cuando vino mi padre... no sé. La gente estaba muy apagada. Tenían muchas cosas en la cabeza, no había comida, todo racionado, hasta el pan...

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