Luisa y Antonio a las puertas de casa, sobre la acera de hormigón. C. MORENO
Badajoz

Luisa y Antonio pisarán por primera vez una acera de baldosas a los 90 años

Hace medio siglo que viven en la calle El Viento, donde los propios vecinos crearon las aceras de hormigón pulido para no pisar barro

Viernes, 10 de junio 2022, 07:30

Cuando Luisa Vázquez y Antonio Ramírez llegaron a la calle El Viento, frente a la puerta de su casa crecían calabacinos. De eso hace casi ... medio siglo y todavía hoy recuerdan lo afortunados que se sintieron al disponer de una casa en la que poder criar a sus ocho hijos. «Iba todos los días al mercado de la Plaza Alta a por alimentos para poder darles de comer, eran otros tiempos», rememora Luisa.

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En aquella época la calle El Viento marcaba el fin de la ciudad. Entonces no existía la urbanización del Cerro del Viento y desde su casa se veía el cementerio. «La calle era de tierra y justo delante de nuestra puerta crecían los calabacinos. Entonces era lo normal, había huertas que daban de comer a las familias».

Años después la calle fue asfaltada pero la urbanización sólo fue parcial y los propios vecinos fueron construyendo la acera por tramos. Utilizaron hormigón pulido para crear una plataforma peatonal que les permitiera llegar a casa sin tener que pisar los charcos que se formaban en invierno.

Antonio recuerda que el trozo de acera que hay junto a su fachada lo hizo él. «A construir la casa me ayudaron mis compañeros de empresa, que eran albañiles, pero una acera sí la sé hacer yo».

Ese mismo gesto lo han repetido sus vecinos desde hace décadas. El último que lo ha hecho vive unas casas más arriba. «Cuando compró la casa echó la acera nueva porque estaba muy mal. Todo el mundo ha hecho lo mismo».

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Pero en los últimos días una cuadrilla de obras ha comenzado a levantar las aceras en la calle Linares, justo a las traseras de la calle El Viento. También allí la zona de paso de los peatones era de hormigón pulido, un material que está siendo sustituido por una base de hormigón y baldosas similares a las que se utilizan en las aceras de toda la barriada.

«Yo llevo unos días diciéndole a mi marido que las máquinas están ahí al lado, que en cualquier momento van a venir. Pero pasan los días y no sabemos nada, nos da miedo de que se vayan otra vez sin tocar nuestra calle», confiesa Antonia, que a sus 90 años teme no estrenar acera. «Yo he pensado más de una vez que ya nos vamos a morir sin ver la acera nueva».

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La vez que más cerca vieron ese momento fue hace más de una década, con Miguel Celdrán al frente del Ayuntamiento de Badajoz. En aquella época fueron renovadas las aceras de la calle Rota, que es la que comunica Condes de Barcelona con el acceso al pabellón cubierto del colegio de los Hermanos Maristas. Aquella obra cambio el aspecto de la zona pero se dejó atrás la calle Linares y la calle El viento.

En estos días, la Concejalía de Vías y Obras culmina la construcción de una acera de baldosas en la calle Linares y el edil del área, Carlos Urueña, confirma que se hará una intervención idéntica en la calle El Viento, «A nosotros nos da miedo salir de casa sin bastón, las aceras llevan mal mucho tiempo. Ojalá esta vez sea la definitiva», dicen Antonio y Luisa, que miran con envidia a sus vecinos de la calle Linares.

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