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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Los alumnos de la orquesta sinfónica del conservatorio superior de Badajoz . :: J. V. Arnelas

«Llevamos cuatro años trabajando duro, el concierto no nos asusta»

Los estudiantes del conservatorio superior debutan hoy en el Ciclo de la Filarmónica, uno de los más exigentes

Antonio Gilgado

Badajoz

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Viernes, 18 de enero 2019, 08:50

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Más de sesenta músicos se suben hoy al escenario del Palacio de Congresos. Apenas pasan de los veinte años y los dos solistas debutan con orquesta. El ciclo de música actual de la Filarmónica se ha consolidado tras diez ediciones. Tiene el respaldo del Centro Nacional de Difusión Musical del Ministerio de Cultura, de la Junta, de la Diputación y de la Fundación CB.

Esto permite programar a grupos premiados que tocan por medio mundo como el Cuarteto Prazack de Chequia o el Quiroga español. La apuesta de hoy se sale de esta órbita tan profesional. Es la primera vez que la agrupación sinfónica del Conservatorio Superior de Badajoz se enfrenta al público del Ciclo. Pero que nadie espere a un grupo de estudiantes con miedo al vértigo. Todo lo contrario. La orquesta forma parte del último ciclo y los estudiantes la preparan como si trabajaran en un conjunto profesional. Desde el lunes viven concentrados en el Manuel Rojas. Ensayos de mañana y tarde de nueve a dos y de cuatro a siete. Los más de sesenta estudiantes lo asumen como una oportunidad para reivindicarse. Juan Elvira interpretará al piano el concierto de Schuman. Su semana ha pasado volando. «Cuando haces algo por primera vez lo vives con mucha intensidad».

Agradece la entrega de su profesor, Alexandre Kandelaki y del director, David Azagra, durante estos días. «Muy exigentes, pero muy comprometidos». Terminará en junio sus cuatro años de Superior. No ha sido fácil, cuenta, pero hoy es mucho mejor pianista. De esta experiencia se lleva la capacidad para sortear la tensión a la que se enfrentan a diario los concertistas profesionales. Francisco Javier Carmona es el otro debutante de la noche. En su violonchelo sonará la pieza de Edward Elgar. Lleva dos años estudiando la obra porque la preparó para una prueba en Ginebra. Allí estudia ahora en una academia internacional y solo viene a Badajoz para sus últimos exámenes. Siempre soñó con tocar como solista con una sinfónica detrás. «Te das cuenta que lo que has soñado muchas veces lo tienes cerca». No le asusta enfrentarse al público. En realidad, explica, vendrán sus amigos y mi familia. Y no es cualquier familia. Su bisabuelo ya afinaba pianos en Badajoz, su abuelo era profesor, su madre trabaja en el conservatorio y sus hermanos tocan el violín y el piano. «Siempre he vivido rodeado de música».

«También estudio en Suiza y vengo a Badajoz para los últimos exámenes»

Francisco Javier Carmona | Violonchelista

A Guillermo Parra le toca ejercer de jefe de sección de los violonchelos. Quiere que la cuerda encuentre esta noche su propio sonido, que tenga personalidad propia y para eso hay que ensamblarse bien con los vientos. «Llevamos cuatro años trabajando muy duro, por eso lo del concierto no nos asusta». Vive esta oportunidad como un ensayo general para su vida futura. Le gustaría ocupar algún día una plaza en alguna sinfónica profesional. «Salen pocas plazas y la gente va muy preparada». Agradece su elección por el Superior de Badajoz por el profesorado con el que ha trabajado.

Ana Salete cursa oboe. No tiene mucha demanda. Solo hay tres. Se ha enfrentado a conciertos más complicados para los vientos, pero en el de hoy debe estar muy atenta a las entradas y salidas para engarzar con el resto de secciones. En pocos meses clausura una preparación musical que empezó, como todos, en la infancia. Le seducía la flauta desde que escuchó la banda sonora de La Misión. «Empecé en el oboe con la intención de cambiarme pero me quedé y acerté».

Como la mayoría de los que se suben hoy al escenario del Palacio de Congresos, no sabe muy bien por dónde seguir. Su grado en Magisterio puede ser un complemento perfecto. «Ha sido muy duro compaginarlo. En Bachillerato, con la selectividad, fue una locura». Los frutos de esa locura asoman esta noche.

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