Del ladrón que roba las llaves mientras la víctima está en la piscina al que escala la fachada
Las técnicas para cometer robos con fuerza en domicilio en Badajoz son de lo más variadas
La ciudad de Badajoz ha recibido en los últimos años la visita de varias bandas especializadas en el robo de viviendas. Pero junto a esos 'profesionales' de lo ajeno han actuado también delincuentes con menor especialización que también han campado a sus anchas hasta que la Policía Nacional ha logrado identificarlos.
Durante el pesado verano se ha detectado en la ciudad a un delincuente que aprovechaba las horas que los pacenses pasaban en la piscina para abrir sus coches y sustraer del interior las llaves de sus domicilios, a los que se dirigían de forma rápida para colarse en el interior y llevarse cuantos objetos de valor había.
En este caso el delincuente se aprovechaba del descuido de personas que acostumbran a dejar las llaves de sus casas en el coche cuando se desplazan a la piscina para evitar tener que estar pendientes de las llaves mientras están en el agua.
Esa forma de robar existe, pero hay otras igualmente eficaces, como la que han utilizado varios 'hombres araña' que han consumado decenas de robos escalando por las fachadas de los edificios. Tuberías, rejas y cornisas han sido algunos de los elementos utilizados para acceder a viviendas en altura.
Uno de los 'hombres araña' más famosos fue el que detuvo la Policía Nacional en 2004. Tenía 24 años, medía 1,70 metros de estatura y en poco más de dos meses consumó 11 robos en domicilios de San Roque. En una de sus huidas incluso se descolgó por el tendedero de un cuarto piso, y en otra se agarró al cableado eléctrico para desaparecer del lugar en el que había actuado.
Sus objetivos eran viviendas particulares y algún que otro local. Actuaba entre las tres y las siete de la madrugada y en varias ocasiones entró en domicilios donde dormían su propietarios. Durante varias semanas tuvo éxito en sus correrías pero después de ser visto en un par de viviendas la policía logró identificarlo y proceder a su detención.
En ese caso el delincuente sólo utilizaba sus pies y sus manos para escalar, un sistema muy distinto al que empleó otra banda desarticulada en 2020 que colocaba unos pequeños dispositivos GPS del tamaño de una cajetilla de cigarrillos en los bajos de los coches de las víctimas para saber cuándo estaban fuera de casa. Ese dispositivo que apenas costaba 50 o 60 euros permitía saber en cada momento la ubicación exacta del coche.
La banda del GPS actuaba fundamentalmente en la zona centro, Valdepasillas y Las Vaguadas, y en uno de los casos el botín rondó los 100.000 euros.
