Borrar
Directo Directo | La Veracruz de Badajoz también suspende su salida en procesión
Tres investigadores trabajan en el laboratorio de Promedio de Pardaleras. :: j. V. Arnelas

El laboratorio de Promedio identifica vertidos ocultos de aceites y grasas

Los nuevos equipos toman muestras con más precisión y garantizan el retorno a la cuenca sin contaminantes

Antonio Gilgado

Badajoz

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 10 de diciembre 2018, 07:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Diputación de Badajoz puso en marcha en el año 2015 el laboratorio de investigación del agua en la sede de Promedio de Pardaleras.

Varios investigadores estudian el ciclo completo gracias a un convenio con la Universidad de Extremadura. En el centro analizan diariamente muestras de las 55 depuradoras que el consorcio público tiene repartidas por la provincia. Más de 3.000 análisis por año para controlar que el agua que usan 210.000 habitantes vuelva a la cuenca lo más limpia posible.

En las plantas de tratamiento actúan según el tipo y el volumen de residuos que llega desde las redes de saneamiento. También toman restos en el lodo biológico, el cultivo bacteriano que se nutre de los contaminantes.

En los últimos meses el centro ha invertido en tecnología de precisión para afinar más los ensayos. Pedro Martín de la Vega, el responsable técnico, explica con un dato el salto de calidad. En lo que llevamos de año han detectado 180 vertidos en sus plantas. El año pasado apenas pasaron de setenta.

Se trata de un falso aumento, en realidad se descubren más casos porque ahora cuentan con equipos de última generación. «Ahora podemos afinar mucho, sabemos qué tipo de vertido lleva el agua y la carga. Ponemos un número a cada caso».

Parte de esos positivos los ha identificado el nuevo equipo de extracción de grasas y aceite. «Tenemos capacidad para identificar los vertidos y caracterizarlos». Según explica Martín de la Vega, muchos de estos casos de aceite y grasas antes también se daban, pero entraban en las plantas sin detectarse. Pasaban ocultos o se manifestaban cuando ya no se podían tratar.

La jefa de servicio de Promedio, Francisca Tena, habla de un adelanto clave porque con esta mayor precisión en las muestras se puede actuar antes de que se cierre el ciclo.

Las depuradoras no se diseñan para tratar vertidos, sino para filtrar el agua sucia doméstica, la que llega desde las viviendas. El problema viene cuando por esa misma red entran restos de aceites y de grasa que algunas empresas arrojan. La descompensación pone en riesgo el proceso y puede que al final los restos contaminantes de aceite acaben en el río porque la planta no ha tenido tiempo de digerirlo.

Promedio reduce estos peligros. El análisis identifica más elementos aguas arriba, lo que da margen para desviar por un canal de entrada las más pesadas y tratarlas hasta limpiarlas por completo.

Aunque se trata de vertidos puntuales, en el laboratorio saben por experiencia que hay industrias que no tratan sus residuos antes de evacuarlos por la red pública o que lo intentan pero lo hacen mal.

Cada campaña de aceituna o uva se reproducen los casos de agua contaminada desde las industrias. Ahora identifican esos puntos conflictivos y esta información puede servir a los ayuntamientos de cara a futura sanciones.

El laboratorio de Promedio cuenta con el respaldo de la ENAC, la Entidad Nacional de Acreditación. Es el único de Extremadura con la fiabilidad acreditada de sus resultados ante cualquier entidad pública o privada. En un proceso judicial sus mediciones de cara a sanciones o delitos ambientales no se cuestionan.

Tena habla de un efecto dominó. Si hay más herramientas para detectar más contaminantes, la depuradora funciona mejor, gasta menos energía porque se ahorran los sobreesfuerzos y los responsables de esos vertidos acaban tomando medidas. «Cuando te sientes descubierto intentas mejorar».

El responsable del laboratorio confirma que en los últimos meses algunas empresas se han puesto en contacto con ellos pidiendo ayuda para reducir vertidos.

Las sanciones, las advertencias de los ayuntamientos o el control que hace la propia Confederación Hidrográfica del Guadiana se traduce en menos descaro para arrojar el agua sucia con aceites, grasas o restos industriales.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios