Juzgan a una mujer acusada de traficar con droga en el Casco Antiguo de Badajoz
La defensa pide la absolución después de que los testigos que acusaron a la procesada dijesen en el juicio que ella no les vendió la droga
E.F.V.
BADAJOZ
Martes, 9 de enero 2024, 21:13
La policía cree que Manuela es narcotraficante. Ella asegura que si se sienta en el banquillo es porque los agentes le tienen manía. Y el ... fiscal la considera culpable, aunque entiende que los indicios son algo débiles porque los testigos dicen ahora que en ningún momento acusaron a a esa mujer de vender droga.
El veredicto definitivo se recogerá en una sentencia que deben firmar los tres magistrados que juzgaron este martes a Manuela S. C., de 68 años de edad. Para ella se piden 5 años de prisión.
La misma pena se solicita para el segundo acusado, el ciudadano portugués Luis Miguel F. Pero él no se presentó al juicio, por lo que se ha dictado contra él una orden de busca y captura.
Explica la acusación que la operación que dio origen a este procedimiento se desarrolló el 18 de junio de 2021. Ese día, varios agentes de la Policía Nacional detuvieron a Luis Miguel tras ver que usaba una caña de pescar para sacar de un local en ruinas una balanza de precisión, una cuchilla de las que se utilizan para limpiar la vitrocerámica «con restos de polvos blancos» y una bolsa a la que le había sido cortado un trozo de plástico con un tamaño similar al que se acostumbra a utilizar para envolver droga.
Los agentes hallaron esos objetos después de que varias personas salieran de la casa en la que reside Manuela, en la calle Concepción Arenal. Sospechaban que se traficaba con droga y ese día constataron que varias personas que salieron de ese domicilio ocultaban pequeñas cantidades de droga.
La Fiscalía presentó cargos contra los dos detenidos, pero en el juicio solo se mantuvo la acusación policial. Los agentes ratificaron que frente al domicilio de Manuela era habitual ver a Luis Miguel, a quien consideran el 'aguador'. Según explicaron, él les abría la puerta o llamaba al timbre. También dicen que avisaba para que salieran tras cerciorarse de que no había policías.
«¿Algún funcionario vio a Manuela vendiendo droga?», le preguntó Roberto Rodríguez, el abogado de la defensa, al jefe del grupo antidroga. «En su domicilio no», fue su respuesta.
Junto a los policías, testificaron algunas de las personas que fueron interceptadas tras salir del domicilio investigado. Algunos contaron a la policía que la droga se la había suministrado la acusada y otros, que la habían comprado a Luis Miguel.
Pero ayer no todos acudieron al juicio. Y los que lo hicieron, compartían un patrón común: no recordaban los hechos. Y si se acordaban, negaban lo que se recogió en el atestado policial.
El primer testigo reconoció haber comprado la droga a un ciudadano de color (Luis Miguel) pero aseguró desconocer quién vivía en la casa situada frente al lugar en el que compró esa sustancia. «No subí a la casa, fueron unos amigos míos quienes me dijeron que esa señora vivía allí».
El segundo tampoco recordaba nada, pero dejó claro que la droga que llevaba cuando la policía lo interceptó se la había regalado un conocido. «Yo no sé ni dónde está la calle Concepción Arenal», insistió cuando el magistrado que presidía el juicio se extrañó de que este testigo, a pesar de vivir en Badajoz, desconocía dónde está esa calle.
El tercer testigo dijo en su momento a la policía que había entrado en la casa de Manuela para pagarle 100 euros que le debía por una venta de droga, pero ayer lo negó. «Yo no tenía ninguna deuda y menos de droga (...). Es que no sé ni quién es esa señora (...). Me han detenido varias veces por esa zona, pero no porque vaya a comprar droga, sino porque soy costalero y ando por ahí».
«Tal vez el juzgado de instrucción tendría la misma sensación que yo y pensase que posiblemente las declaraciones que hicieron los testigos en sede judicial no tendrían mucho resultado. Pese a ello, solicitamos la condena porque todos los policías han ratificado los hechos», dijo el fiscal al terminar el juicio.
«Nosotros solicitamos una sentencia absolutoria –confirmó el abogado de la defensa–. No solo no hay ninguna prueba sino que además hay razones exculpatorias. Ninguno de los policías ha observado trasiego entre Manuela y los compradores, y tampoco lo han hecho los testigos. Mi representada sufre una persecución por unas diligencias absolutamente paupérrimas». Ahora, el tribunal dictará sentencia
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