La joven que denunció que la obligaron a prostituirse en Badajoz dice que «todo fue voluntario»
La Fiscalía sostiene que la mujer que le costeó el billete de avión la tenía retenida, pero la chica asegura que todo fue pactado antes del viaje
«Nunca ejercí la prostitución obligada». Esa es la respuesta que dio al tribunal la joven de nacionalidad colombiana que a comienzos de 2018 viajó ... a España junto a una compatriota suya que le pagó los 1.440 euros que costaba el pasaje de avión, una deuda que debía devolver ejerciendo la prostitución en la ciudad de Badajoz.
Sobre la existencia del préstamo, los detalles del viaje y la actividad que iba a realizar la chica no quedaron dudas en el juicio que se inició este martes en la Audiencia de Badajoz, pero el tribunal deberá determinar si esos servicios sexuales los prestó de forma voluntaria o, por el contrario, fue obligada a ello por la mujer que le costeó el pasaje.
El representante del Ministerio Fiscal planteó una batería de preguntas con las que trataba de demostrar que la joven no fue libre para decidir, un planteamiento que trató de desbaratar Enrique González-Vallejo, el abogado que defendía a la acusada,
La procesada, para la que se piden 11 años de prisión, también es colombiana y reconoce haberle sufragado el viaje para que pudiera ganarse la vida no como prostituta, sino como chica 'prepago', nombre que según dijo se utiliza en Colombia para referirse a las «estudiantes o jóvenes que están en casa con sus padres y salen con amigos a dar un servicio (...). Allí la prostitución es lo peor, está asociada a mujeres que están las 24 horas en bares de carretera, el prepago es otra cosa», dijo la acusada, que aseguró haber ofrecido a esa chica la posibilidad de realizar ese trabajo en Badajoz.
Para ello le facilitó una habitación en un piso de Pardaleras en el que también trabajaban ella y otra chica que se dedicaba a la misma actividad. A cambio debía abonarle el 50% del dinero que le reportaran los encuentros que mantuviera.
Pero apenas 24 horas después de llegar a Badajoz la chica huyó a Madrid y pocas horas después regresó a Colombia tras ofrecerle esta posibilidad la policía si decidía colaborar en la investigación del supuesto caso de trata de blancas que dijo haber sufrido en el piso de Badajoz.
En un primer momento la joven, que tenía 22 años, denunció que la tenían retenida. Pero dos meses después firmó un acta notarial en la que negó que así ocurriera y este martes, por videoconferencia desde Colombia, insistió en que lo que dijo al inicio era incierto. «Me sentía aturdida, aterrorizada, en un mundo muy distinto al mío y solo quería regresar. Nunca había ejercido la prostitución en Colombia».
El fiscal le preguntó si su cambio de actitud se debía a que después de volver a su país le habían perdonado la deuda, pero ella lo negó. «En aquel momento yo era una madre soltera con dos hijos. Sus padres no se hacían cargo de ellos y mi expareja me había agredido. Solo quería huir de allí».
Su madre también testificó por videoconferencia que el acuerdo era que su hija entregara el 50% del dinero que obtuviera ejerciendo la prostitución, y aseguró que en la actualidad ya han abonado la totalidad de la deuda «porque se sentían obligados a hacerlo».
Nuevos detalles de lo sucedido ofrecerán este miércoles los policías que interrogaron a la joven en Madrid, adonde se desplazó en autobús tras recibir la ayuda de un cliente que, según sostiene la Fiscalía, se apiadó de ella al conocer su situación.
En el juicio también se sienta en el banquillo otra mujer, igualmente colombiana pero con nacionalidad española, con la que formó la procesada una pareja de hecho. El Ministerio Público cree que esa relación tenía como única finalidad regularizar su situación en España, pero las dos acusadas, cuya diferencia de edad es de 17 años, aseguran que la relación existió y se mantiene.
A petición del abogado de la defensa, Raúl Montaño Hermosell, varias amigas declararon que la relación existía, y dos compañeros de piso de las procesadas afirmaron haberlas visto juntas, aunque será el tribunal quien determine la validez de la pareja.
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