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El imán Adel Najjar y el delegado episcopal José Moreno Losada en una visita a la Alcazaba. :: HOY
El imán y el Obispado promueven una mesa interreligiosa en Badajoz

El imán y el Obispado promueven una mesa interreligiosa en Badajoz

Los promotores organizaron una visita guiada por la Alcazaba y un encuentro de mujeres católicas y musulmanas

A. GILGADO

BADAJOZ.

Domingo, 29 de septiembre 2019, 10:05

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Una ciudad. Dos religiones. Aprovechando Almossassa, el imán Adel Najjar y el sacerdote José Moreno organizaron el pasado sábado una visita a la Alcazaba.

Allí estuvo Carlos Gata, un estudiante de Historia que reflexionó sobre la iniciativa con los lectores de HOY. El trato con creyentes de otras religiones, explica en su escrito publicado en Cartas a la Directora, te hace ser más tolerante y te aleja de prejuicios y fantasmas.

El paseo por el monumento no fue algo casual ni simbólico. El imán y el delegado de ecumenismo del obispado trabajan para poner en marcha una mesa interreligiosa en la ciudad. En cierto modo, explica Losada, no es más que trasladar a su radio de acción el documento de fraternidad entre religiones que firmaron en febrero el Papa Francisco y Ahmed al Tayyed, el gran imán de la universidad egipcia de Al-Azhar y líder espiritual de mil cien millones de musulmanes sunníes. A los pocos meses, se rubricó en el obispado de Badajoz entre el imán y el obispo.

Najjar quiere que esta mesa local organice de forma periódica propuestas como la del pasado sábado en la Alcazaba. Hace falta, argumenta, que las religiones aporten al progreso de la sociedad. Es una forma de salir de los templos para llegar a la gente. Apunta a los valores comunes que se pueden abordar desde las distintas confesiones como la asistencia a enfermos o la ayuda a los más vulnerables. Se fija en un problema concreto, cada dos horas y media, explica, en España hay un suicidio. Para este drama, la religión puede aportar respuestas porque la visión del imán parte de la fe como ayuda espiritual. «Los religiosos aportamos esperanza y debemos preguntarnos por qué no llegamos a todos los que han perdido la esperanza».

Otro objetivo pasa por proyectar como algo natural en la ciudad la convivencia religiosa. «Cuando nos ven paseando por la Alcazaba o tomando un café en la cafetería transmitimos confianza a la gente».

Premio a la convivencia

Adel Najjar recibió a principios de verano el reconocimiento nacional del Círculo Intercultural Hispano Árabe por su afán en promover la convivencia y el diálogo entre culturas. La mezquita se abrió en la calle Gurugú hace más de veinte años y forma parte del entramado asociativo de la Margen Derecha. Participa, por ejemplo, en el proceso comunitario, recibe visitas escolares o invita a los vecinos a cenas de convivencia durante el Ramadán. Cuenta que todavía hay gente que le para por el barrio para felicitarle y le anima a luchar contra los prejuicios. «Hemos derribado muchas barreras en Badajoz».

José Moreno Losada es el delegado del obispo para buscar espacios de encuentro con otras religiones en la zona de la diócesis. La mesa interreligiosa, explica, entra dentro de los objetivos que se han marcado a corto plazo. Cree que es una forma de proximidad entre culturas distitas, de reconocimiento mutuo y de acción conjunta. Ve en cuestiones como la defensa de la vida, la justicia, la equidad o la paz valores que pueden aboradarse con otras religiones.

Para Losada el ser humano es espiritual por naturaleza y la religión una manifestación de esa espiritualidad.

Promueve la mesa iterreligiosa como una forma de combatir los extremismos. «Cuando nos encontramos a un fanático estamos ante una persona enferma de religión y conviene tener muy claro lo verdadero de las anomalías».

Por eso valora que tanta gente se sumara al paseo por la Alcazaba del pasado sábado. Una muestra cotidiana, explica, de ciudad tolerante y plural.

El delegado episcopal propone tres niveles de trabajo. Por un lado, aportando conocimiento para que los católicos conozcan mejor el islam y viceversa, también actividades religiosas y, por último, programas sociales. Con este sistema de trabajo las cuestiones teóricas se plasman en la calle y la gente perciba el interés mutuo.

Un ejemplo práctico son las jornadas de convivencia entre mujeres cristianas y musulmanas en la iglesia de la Concepción del Casco Antiguo. La iniciativa surgió a partir del programa contra la pobreza en el que trabajan las religiosas. Recuerda además que la iglesia católica está muy implicada en la integración de inmigrantes y muchos de esos inmigrantes a los que asisten son de otras confesiones.

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