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Las huellas de Efraín persisten junto al Guadiana
Los caminos que llevan a la pasarela y los que recorren la isla del Pico continúan llenos de socavones y con la grava al aire
El camino, convertido en una pista para moto de campo.
Restos de compresas femeninas están enganchadas en los árboles del camino.
Un ciclista, hacia la pasarela por la margen derecha.
La pasarela de la margen derecha, reparada tras la borrasca.
La pasarela se ha convertido en un punto indispensable para deportistas.
Los vehículos se ven obligados a ir muy lentos por el mal estado del camino.
Los pescadores circulan con frecuencia hacia la pasarela.
La crecida tumbó la vegetación de ribera, que sigue achaparrada.
Las toallitas y compresas llegaron a los árboles más altos.
El puente que usan los pescadores, en la isla del Pico, arrasado por la crecida de diciembre.
Socavón en el acceso a la isla del Pico por el puente que conecta con el paseo de la margen izquierda.
En la isla del Pico, a la altura del azud, se puede ver este corrimiento de tierra.
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