Los guardias civiles que salvaron a una joven: «Se balanceaba en el borde del puente y gritaba 'me quiero morir'»

Estos dos agentes estaban el lunes de madrugada en la Jefatura de Tráfico en Valdepasillas. A las 6.10 salieron en su coche y cruzaron el puente Real. Iban hacia el ferial de Caya para trabajar en el dispositivo con motivo de San Juan, Iban a realizar controles de alcoholemia y drogas entre los conductores.

En mitad del puente vieron a un taxista que circulaba en dirección contraria, hacia Badajoz. Se había detenido y les hacía señas. «Me bajé del coche y me percaté de que había una mujer sentada en la barandilla que se balanceaba», recuerda el sargento Bermejo.

La joven estaba sentada en la barandilla con los pies hacia fuera y «gritaba desesperada». «Decía: me quiero tirar, me quiero morir», explica José Antonio Bermejo.

«Me acerqué sigilosamente a ella para tratar de disuadirla, pero seguía balanceándose y gritando. Cuando estuve cerca, la agarré para evitar que se tirase», rememora el sargento. A continuación el cabo primero se acercó y entre los dos pudieron lograr que la joven pasase la barandilla hacia el interior y dejarla en el suelo «sin que sufriese daños».

La Guardia Civil se puso en contacto con el 112 que envió una ambulancia. Mientras esperaban los dos agentes tuvieron que sujetar las manos y los pies de la joven que se resistía e insistía en sus intenciones. Fueron momentos muy duros, pero finalmente fue trasladada al Hospital Universitario de Badajoz.

Sus salvadores la acompañaron «para interesarnos por ella» y también han ido a verla de nuevo. Finalmente la afectada ha recibido el alta.

Cuando fue localizada, según indica el sargento responsable, la joven no llevaba documentación. Una vez en el hospital lograron identificarla. Se trata de una mujer nacida en Elvas, pero afincada en Badajoz.

«Ya hemos tenido servicios en los que ha habido rescates, pero este ha sido de los que he terminado más feliz y satisfecho», valora José Antonio Bermejo. «Es una vida y una vida joven. Tiene toda la vida por delante y quizá le hemos dado una segunda oportunidad», admite este guardia civil.

Para los dos agentes ha sido una alegría haber podido impedir que la joven saltase al río porque son conscientes de que este año se han producido varias tragedias similares tanto en el río como desde edificios de los que han saltado varios vecinos. Ellos han logrado que esta joven no se sume a esta triste lista.