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Ignacio Gragera, exultante, la noche electoral. HOY
Badajoz

Gragera cumple su primer año de mayoría absoluta sin oposición

El PSOE no ha logrado marcarle la agenda y Vox calla, mientras el alcalde del PP huye de polémicas y asienta un estilo de gobierno sin exabruptos

Rocío Romero

Badajoz

Domingo, 23 de junio 2024, 13:34

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Ignacio Gragera ha cumplido esta semana su primer año de mayoría absoluta y, con aciertos y errores, lo más destacado es que carece de oposición.

El PSOE no termina de dar con la tecla para ponerse a su altura. El portavoz, Ricardo Cabezas, se recuperó de la desazón de la derrota hace meses, pero entre la elección del secretario general de su partido en primarias, su puesto en la Diputación como diputado de Cultura y Juventud, y la convicción de que no volverá a ser candidato parece que le han calmado. Sabe que es muy difícil repetir tras tres elecciones como cabeza de cartel. Cabezas ganó en 2019, pero no tuvo opciones de gobernar por el pacto de PP y Cs con Vox. Él mismo ha anunciado que dejará la secretaría general del PSOE para dar paso a un nuevo líder local en el congreso que tendrá lugar en un año y medio, aproximadamente.

Esto no significa que Ricardo Cabezas ni sus compañeros (siete de los diez ediles son nuevos) no trabajen, sino que no han logrado marcarle la agenda.

Tampoco Vox, que con sus tres concejales no está en los temas de ciudad. Su trabajo se limita a presentar mociones en los plenos, sin apenas realizar denuncias ciudadanas. En algunas ocasiones, Gragera les respalda las iniciativas en los plenos que no conllevan una carga ideológica que choque con el PP. Y en eso se ve más un equilibrio para no molestar en la escena regional que un verdadero respaldo a un partido que no necesita.

Porque con los 32.880 votos y los catorce concejales que los pacenses dieron al PP hace un año, Gragera gobierna sin pactar con la oposición. Atrás quedaron ocho años de acuerdos primero, coalición después, y enfrentamientos entre los partidos.

El día que se convirtió en alcalde por primera vez en sustitución de Francisco Fragoso, cuando aún era representante de Cs, se propuso rebajar la tensión en los plenos y en el discurso municipal. En los tres años que han pasado desde entonces, y sobre todo en los últimos doce meses, Gragera lo ha conseguido.

Sin polémica

Esquiva las polémicas. La única destacada de este año ha sido la protagonizada con el ministro de Transporte (incluye Fomento), Óscar Puente, a cuenta del óxido del Puente Real. A qué administración le corresponde quitar el óxido fue objeto del rifirrafe en la red social X, antes Twitter.

Con la Junta ha sido demasiado complaciente, para algunas voces. En los Presupuestos regionales no entró la Ronda Sur ni la rehabilitación del Hospital Provincial, y además le han hecho devolver los dos millones de euros que dio Vara para la piscina de la margen derecha sin que se le oiga ni una sola queja. Se ha contentado con el anuncio de un nuevo puente, cuyo proyecto ha llegado sin financiación.

Dentro del Ayuntamiento ha mostrado cierta habilidad. Paró una revuelta de administrativos y auxiliares, que querían una subida salarial, incluyéndolos en el incremento que aprobarán los nuevos presupuestos. Y ha conseguido el sí de CSIF y de Aspolobba, los dos sindicatos de más peso (el último solo en Policía y Bomberos) para incrementar los salarios a la mitad de la plantilla, ignorando las propuestas de UGT, CC OO y USO.

No ha cumplido su objetivo de aprobar los presupuestos a inicio de año, como era su intención. Pero, una vez desbloqueado el acuerdo con los sindicatos, tiene previsto aprobarlos antes de irse de vacaciones. El pleno será a inicios de julio.

Con las cuentas prorrogadas de 2022, Gragera ha ido gobernando sin muchos sobresaltos. Los peores disgustos se los han dado en la Policía Local, con la anulación de la Vuelta al Baluarte en el último minuto dejando a 2.500 corredores sin prueba, y que también obligó a suspender el Maratón Ciudad de Badajoz solo unos días antes. Al ser la única carrera de estas características en la región, el daño para la ciudad fue notable.

Sin embargo, este primer año de mayoría absoluta ha trabajado mucho por la identidad local. Badajoz celebró el 19 de marzo San José izando por primera vez su bandera del balcón del Ayuntamiento con la banda municipal de música y todo el boato del protocolo local. La bandera es un empeño personal y un guiño a las asociaciones locales, que reclamaban que la ciudad dejara de ser la única capital de provincial sin enseña. En octubre de 2022, cuando Gragera era alcalde por Cs, quiso aprobarla. Pero el PP se lo impidió por «falta de consenso social». En marzo de 2023, cuando era alcalde sin partido pero ya como candidato del PP, los populares respaldaron la bandera y la estrenó este año.

El izado de bandera de Badajoz el día de San José. HOY

Menos emotivo, pero más efectiva es la declaración de Badajoz como Gran Municipio. En este primer año ha tramitado este título en la Junta y la Asamblea, que permitirá darle una vuelta a la organización del Ayuntamiento. En la práctica, supondrá dividir la ciudad en seis distritos y habilitar en ellos oficinas municipales. Eso tendrá un coste que aún no se conoce, igual que tampoco ha explicado al detalle cómo será la organización funcionarial. Es posible que pueda designar directores de área sobre los funcionarios que ahora son responsables de servicio, y abrir el abanico a otras administraciones como hace ahora la Diputación. Y, así, ampliar su red de confianza entre los funcionarios.

Privatizar servicios

De su gestión destaca el empeño por privatizar (externalizar lo llama él) servicios municipales. Como las bibliotecas o salas de lectura, el cuidado de rotondas y medianas y, ahora en marcha, un contrato para mantener todas las zonas verdes de la margen derecha. Desde el Gurugú hasta El Faro, incluyendo el parque del río y la margen izquierda del Guadiana. A Celdrán le costó en su día decidirse por privatizar la Limpieza, y catorce años después el nuevo alcalde no para de sacar servicios a concurso. Su argumento es que «cuanto más grande es la ciudad, más colaboración público-privada».

Hay más decisiones que suponen un giro, como subir el recibo del agua un 48% a partir del 1 de julio tras catorce años estancado. Se trata, explica, que los pacenses paguen el coste real de abrir el grifo en su casa para que el Ayuntamiento ahorre los seis millones de euros que afronta cada año por el desequilibrio de la concesionaria, Aqualia. Quiere dedicar ese dinero a mejorar las infraestructuras de la red. Eso sí, ha bajado el IBI a las familias numerosas.

En estos doce meses, Badajoz ha sido escenario de sucesos truculentos, como el asesinato del Vaquerizo. Pero más pacenses han sentido miedo por la proliferación de puntos de droga en el Casco Antiguo. El invierno pasó entre reivindicaciones de los vecinos, que han tratado de aplacar creando un registro de propiedades abandonadas en sus calles.

El alcalde ha logrado constituir el Consorcio, que tiene por encargo mejorar la zona histórica desde todos los frentes, aunque aún no se puede saber la efectividad que tendrá.

En el balance que él hace de este primer año repite que han invertido 25 millones de euros en la ciudad. Es cierto que antes de final de año aprobó un plan de inversiones llamado de impulso a la economía local con más fondos que nunca extraídos de los ahorros, 25,7 millones de euros. Pero también que en los balances que está difundiendo aparecen obras impulsadas por su antecesor, Francisco Fragoso, como el corredor verde de la calle Stadium. O la nueva escuela de Artes y Oficios con la rehabilitación pactada con el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo. Será inaugurada en septiembre, pero se gestó hace cuatro años.

Hace solo año y medio aún era el alcalde de Cs. Los populares estuvieron a punto de nombrar candidato a Antonio Cavacasillas, pero Feijóo se decidió por él como un símbolo de la agrupación del centro-derecha. Como Cavacasillas logró después el acta de Diputado en el Congreso, dejó de ser concejal en febrero. El diputado es el responsable del partido en la ciudad como coordinador local, pero el altavoz que el Ayuntamiento da a Gragera ha terminado por apagar su voz.

Elalcalde, Ignacio Gragera, y su número dos, Carlos Urueña. HOY

Urueña, su número dos

Su número dos en el equipo es Carlos Urueña. Salido como él de Cs, el concejal de Urbanismo lleva medio Ayuntamiento. A él le confía los retos más difíciles, como fue agilizar el uso de los fondos Edusi tras las elecciones para invertir el máximo. Al final, la ciudad dejó de percibir dos millones de 15.

Quienes trabajan directamente con ellos dicen que son de máxima confianza. Tras él, apuntan a Rubén Galea, que es otra apuesta personal de Gragera para el PP tras su paso por Badajoz Adelante. Galea es responsable de Parques y Jardines, Limpieza, Patrimonio Histórico, Turismo y consorcio del Casco Antiguo.

Hay quien hace una distinción entre esas apuestas personales del alcalde para el PP, entre los que también se encuentran José Antonio Casablanca (Cultura y Ferias y Fiestas); José Luis González (Gabinete de Proyectos); y Sol Giralt (Ifeba). También tiene peso Gema Cortés, responsable de Policía y Bomberos. Y, por otro lado, aquellos que llevan años en el PP, como Juan Parejo y los nombres que fichó Cavacasillas.

En el PP, Gragera ha logrado que se olviden los recelos sobre alguien que entró en la escena desde Ciudadanos. Si se hace una lectura de las últimas elecciones europeas en clave local, el respaldo de los pacenses ha sido alto. Uno de cada dos han votado al PP y él es la referencia del partido en la ciudad.

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