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¿Qué ha pasado hoy, 16 de abril, en Extremadura?
Esqueleto del futuro colegio en Cerro Gordo. PAKOPÍ
Las familias de Cerro Gordo insisten en que se necesita un centro de Secundaria

Las familias de Cerro Gordo insisten en que se necesita un centro de Secundaria

Los padres temen que si se retrasa tanto como el colegio los adolescentes no podrán disfrutar del barrio

A. GILGADO

Badajoz.

Martes, 18 de agosto 2020, 08:04

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Cerro Gordo se pobló de parejas jóvenes en cuanto se puso en pie. Los primeros residentes se movían en una media de edad de entre 30 y 34 años, según recoge el estudio que elaboró en 2017 el centro de salud. Fue uno de los barrios más jóvenes de Extremadura.

Pero el tiempo ha pasado y la mayoría tiene ahora niños en edad escolar y adolescentes en Secundaria. La comisión comunitaria de salud del barrio ya detectó cuando preguntó en las reuniones la preocupación que genera el hecho de que la mayoría hace vida fuera. Los adultos por trabajo y los niños por estudios. El colegio ha tardado más de lo esperado. Sigue en obras y se inaugurará el curso 21/22.

Y ante los continuos retrasos, las familias han pedido que se planifique ya la Secundaria porque hay muchos adolescentes que se quedarán sin estudiar en su barrio si se demora tanto como el centro de Infantil y Primaria.

María José Prieto vive en los residenciales cercano a la autovía. Sus hijos han pasado la Primaria en San Roque y ahora han dado el salto a la Secundaria.

A su juicio, no tiene sentido que sigan cogiendo el autobús en un barrio con tantos chicos en este ciclo. La preocupación de María José la comparten otros padres con niños de once y doce años. «El colegio llega diez años tarde, no tiene sentido que pase lo mismo con el instituto».

El problema viene porque muchos residentes siguen sin empadronarse en este residencial de la autovía, y oficialmente parece que hay menos demanda de la que realmente existe. Ya ocurrió con el centro de salud y con el colegio de Primaria. Las estadísticas oficiales no reflejan la realidad social real.

La asociación de vecinos ha preguntado al Ayuntamiento y a la Junta la posibilidades reales, pero de momento no tienen muchas esperanzas.

Desde la Consejería de Educación todavía no se han pronunciado. La prioridad ahora pasa por terminar el colegio, que será uno de los más grandes de Extremadura, abrirlo el próximo curso y una vez que funcione estudiar la demanda y la aceptación de las familias para ver si debe completarse con líneas de Secundaria.

Andrés y Marta tienen también hijos adolescentes. 12 y 14 años. Dan la batalla por perdida. Para cuando se abra alguna línea de Secundaria sus hijos ya tendrán edad de universitarios.

El confinamiento, explica este matrimonio, les ha valido para darse cuenta de la cantidad de jóvenes que viven en Cerro Gordo. «Como ahora van menos a Badajoz y se quedan más por aquí, veo muchos grupos en los parques».

A principios de año, un padre envió una carta a la Fundación Amancio Ortega para que construyera un centro de Secundaria precisamente porque se percató de las familias con chicos en edad de instituto. Y esa sensación la comparte Pilar Díaz, también de las más veteranas en la zona. Cuando se mudó ya se hablaba de que pronto habría un colegio y un instituto. «Han pasado más de diez años y ni una cosa ni la otra».

Ha participado en todas las actividades que se han organizado para mejorar las infraestructuras de la zona porque entiende que las mejoras solo llegaran si se hacen patente las necesidades. «Necesitamos que su barrio se adapte a las necesidades para que los padres también estén más tranquilos y no tengan que estar siempre pendiente de los desplazamientos». Saben que cuantas más infraestructuras haya, más se revaloriza la zona. En el barrio sospechan que la crisis sanitaria cambiará las preferencias residenciales tras el confinamiento obligado de primavera.

Las unifamiliares con patio y rodeados de zonas verdes ganan atractivo sobre los pisos en bloques. Eso pone a Cerro Gordo de nuevo en el radar del mercado inmobiliario. «Pero además de urbanizaciones necesitamos servicios básicos que todavía no tenemos».

Cuando Pilar compró su casa le hablaron de un centro comercial y varias pistas deportivas. «El colegio llegó tarde por la crisis. Con el instituto pasa lo mismo, no sé si se hará o no se hará, pero también es necesario».

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