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Una mujer, ayer, con su perro junto al solar municipal vallado cuyo acceso se ha precintado. :: Casimiro M.
Dueños de perros pedirán aprovechar la parcela vacía del Cerro del Viento de Badajoz

Dueños de perros pedirán aprovechar la parcela vacía del Cerro del Viento de Badajoz

Han solicitado una reunión con el Ayuntamiento para proponer que se use el recinto con un horario y unas normas básicas para no causar molestias

J. L. G.

BADAJOZ.

Sábado, 12 de octubre 2019, 08:56

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La parcela municipal que hay en el Cerro del Viento, entre las calles Don Benito y Jaime Montero de Espinosa, es más grande que un campo de fútbol, está vacía, desbrozada y vallada. Los dueños de perros en esta barriada la aprovechaban para sacar allí a sus mascotas, pero un vecino alertó al Ayuntamiento y expresó sus quejas. La primera reacción del Consistorio ha sido precintar el acceso. Sin embargo, los que usaban el lugar con sus perros -más de cincuenta personas en diferentes horas del día- no renuncian al disfrute de este recinto por entender que es la solución ideal para ellos y para el resto vecinos.

Según explicó ayer a este diario Chelu Garzón, una de las usuarias, han solicitado una reunión con el Ayuntamiento para exponerle al concejal que corresponda a las ventajas de aprovechar este espacio que hoy día es una parcela dotacional municipal y que lleva varias décadas sin uso.

Según expuso esta semana el Ayuntamiento para razonar la prohibición de acceder a ella desde el pasado día 30, hay protestas sobre el mal uso de esta parcela, si bien varios asiduos indican que es una sola persona la que pone todas las quejas. Según el Consistorio pacense, dicen que está sucia por culpa de los animales, concentra dueños con sus perros a altas horas de la madrugada que molestan con sus ladridos y tienen lugar peleas de canes en su interior.

Una de las asiduas afirma que son gente responsable y asegura que las quejas de un vecino son exageradas

En nombre del medio centenar de usuarios que se concentraron esta semana para pedir la reapertura, Garzón replica que esto no es así. «Aquí la mayoría somos médicos, enfermeros, profesores, gente de más de cincuenta años responsable que no entra en este sitio de madrugada y, por supuesto, no nos dedicamos a las peleas de perros. Las cacas las recogemos, aunque haya una o dos personas maleducadas que no lo hacen, pero no es justo que por una persona paguemos todos».

«En la ciudad cabemos todos»

Lo cierto es que la primera vez que empezó a usarse el recinto fue tras romper la malla metálica que lo protege y abrir un hueco para acceder. Sin embargo, los propietarios de perros opinan que lo ideal sería regular el acceso para no parecer delincuentes. «Lo que vamos a pedir al Ayuntamiento es que nos autorice a entrar y que se establezca un horario para evitar molestias a los vecinos, además de poner un cartel que pida a los dueños que recojan las cacas, nada más. Creemos que si el lugar está vacío se puede aprovechar, ya que si todos estos perros de la barriada estuvieran por la calle sería más incómodo para todos. Es más, creo que cada barrio debería tener un lugar así porque en la ciudad cabemos todos», señala esta vecina con perro. Ella vive en el Cerro del Viento, muy cerca de ese solar, y era una de las habituales en esta parcela municipal.

El espacio tiene en torno a 15.000 metros cuadrados y su forma es triangular. En general, quienes utilizaban esta parcela son dueños de canes de tamaño mediano o talla grande.

En esta zona residencial del Cerro del Viento hay muchos vecinos con perro, explicaba ayer Javier Mogollón mientras paseaba a su pequeño Yorkshire. En su opinión, «cada uno debe ser responsable de su mascota y recoger lo que haga para que ni se note que ha pasado por la calle. Yo en mi caso prefiero pasear con mi perro atado porque la idea de aprovechar solares vacíos puede ser problemática, porque si van sueltos y hay agujeros se pueden escapar», opina este pacense justo al lado del pipi-can que el Ayuntamiento instaló en la zona superior de la avenida Condes de Barcelona. «La verdad es que apenas se usa, si acaso la papelera que hay al lado para llevar las cacas», afirma.

Miriam Rodríguez, otra vecina del lugar que también paseaba ayer un perro pequeño, se mostraba claramente a favor de que la parcela pública que hay a pocos metros su casa se aproveche para gente que tiene perros. «A mí me parece una buena idea porque los perros grandes necesitan espacios amplios para hacer ejercicio y hay algunas personas que no quieren ni ver perros por la ciudad, así que al menos en este lugar no estorban. De hecho -prosigue- la gente de la zona que tiene perro por aquí se junta en el césped de una rotonda (la que está frente al centro de salud) para no molestar aunque esté rodeada de coches». Según cree esta joven, habilitando espacios de este tipo toda la ciudad sale ganando. «Hay gente que recoge las cacas y otros que no, pero en el caso del orín nadie lleva encima una botella con lejía para desinfectar cada vez que su perro hace sus necesidades y la realidad es que todas las esquinas de las calles están llenas de orín. Si la gente pudiera usar los solares que hay vacíos sería mejor», opina.

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