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José Manuel Sánchez-Paulete junto a sus dibujos en Bahnhof. :: HOy
El diario dibujado de Sánchez-Paulete llena de color la sala Bahnhof de Badajoz

El diario dibujado de Sánchez-Paulete llena de color la sala Bahnhof de Badajoz

Hace dos años se puso como tarea llevar su vida cotidiana a la acuarela como evasión ante la enfermedad de su madre

Antonio Gilgado

Badajoz

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Sábado, 3 de marzo 2018, 09:09

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Miquel Barceló se acercó hasta el taller de Miró en Mallorca para preguntarle por su forma de desarrollar la creatividad. Trabajar, trabajar y trabajar fue su respuesta.

La anécdota la cuenta el dibujante José Manuel Sánchez-Paulete para justificar por qué tiene en su taller más de quinientas libretas con carboncillos, bocetos o acuarelas.

La técnica la trabaja desde que empezó a los ocho años en una academia de dibujo. Y aunque pasó después por la Escuela de Arte y Oficios de Badajoz y por la de Bellas Artes de Sevilla, dice que uno tiene que aprender por su cuenta, que todo sale del trabajo diario en solitario. «Hay es donde se ve la creatividad de cada uno».

Retrata a los refugiados como figuras que se van deformando en su trayecto

Paulete puso su capacidad inventiva a prueba hace dos años. Su madre sufrió en la Navidad de 2016 un ictus y pasó las horas de hospital con un cuaderno de pintura y un pequeño estuche de acuarelas en el bolsillo. «La agonía fue muy dura y te sentías impotente a no poder ayudarla, dibujar fue una forma de evasión».

Decidió llenar cada día un lienzo con dibujos sueltos sobre lo que le ocurría o le pasaba por la cabeza. Fue un ejercicio tan estimulante que decidió seguir con esta tarea después de la muerte de su madre. Parte de este particular diario dibujado se puede ver ahora en la sala Bahnhof, el espacio cultural de San Fernando hasta el próximo 16 de marzo en horario de seis o ocho y media.

Las láminas están parceladas en pequeñas ilustraciones independientes trazadas a tinta y coloreadas con acuarela. La única relación es que pertenecen a un mismo día.

Este particular diario está lleno de referencias literarias como la Ilíada de Homero o los cuentos de Antón Chéjov. También hay apuntes geográficos. La ciudad de París, por ejemplo, está muy presente porque el dibujante vivió allí varios años. «La he dibujado como la recordaba porque sale de las conversaciones o de las fotos guardadas». Algo parecido ocurre con Praga, una ciudad que antes de visitarla la concebía como una capital gris y solitaria y sin embargo le sorprendió el bullicio y el colorido de su principal avenida. Habló mucho a su vuelta de esta sorpresa y acabó pasándola por la acuarela.

Tinta de calamar

De las conversaciones con una amiga que vive en Quebec también hay rastro en los campos y ríos canadienses. Sánchez-Paulete afronta como dibujante retratos, bodegones o paisajes con muchos detalles y colorido. Incluso se atreve a experimentar. El día que cocinó calamares utilizó la tinta del molusco para representar el fondo de un océano. El cuerpo semidesnudo de la mujer es una figura recurrente. «Como composición, el cuerpo femenino llama mucho la atención».

José Manuel Sánchez-Paulete llega Bahnhof gracias, en parte, al artista Luis Costillo, que expuso precisamente en este espacio cultural frente a la estación el verano pasado. «Le enseñé algunos de los cuadernos y me dijo que veía material para exhibirlo». Al poco tiempo se puso en contacto con Antonio Mata, el responsable de la sala y concretaron la idea. «Cuando nos reunimos vino con algunos cuadernos y a las dos horas todavía seguíamos viendo trabajos suyos. Es un artista muy prolífico al que merece la pena conocer». Mata invita a asomarse a la propuesta con detenimiento. «Hay muchos mensajes y contenido que no se aprecian a simple vista, que hay que descubrirlos».

El trabajo que llena de colorido las cuatro paredes de su galería camina entre el dibujo y la pintura. «La base de la pintura es el dibujo, como ocurre, por ejemplo con la arquitectura. Después a esos dibujos los desarrollo con color y me acerco mucho a la pintura», según la definición que hace de sí mismo Sánchez-Paulete.

Parte de ese recorrido se aprecia también en las tres series que ha pintado expresamente para Bahnhof. Hay un tríptico a la mujer y otro a los refugiados en los que juega con el paso de la figuración y la desfiguración.

En el de los refugiados, por ejemplo, una columna humana camina por un sendero. El dibujante se detiene en la figura y el rostro de los que huyen. En el segundo, apiñados en un barco en mitad del océano, cuesta reconocer una forma humana. En el tercero, ya expulsados de su destino, acaban totalmente desdibujados. El refugiado se presenta como una forma irreconocible al final de su camino.

La tercera serie, 'mitos y leyendas', la dedica a la abstracción. Parte de Mcluhan y su famosa tesis de que «el medio es el mensaje». Las composiciones de color sin forma aparente, poco a poco se van transformando en un mundo reconocible para volver de nuevo a una realidad alterada. La creación, explica el dibujante, no deja de ser el caos organizado.

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