La nueva carretera de Sevilla empieza a tomar forma en Badajoz

El conductor que recorra la vía verá señales de aviso por obras. Una vez que llega a la altura del kilómetro 7, uno de los trabajadores le aguarda sosteniendo una señal de desvío hacia la derecha, de manera que es necesario circulando por una vía paralela.

Este desvío provoca de manera natural retenciones debido a que los vehículos deben disminuir la velocidad. En teoría solo se puede circular a 30 kilómetros por hora, el límite que lleva meses fijado, pero en la práctica la velocidad es menor, lo que provoca la alteración del tráfico y una mayor concentración de vehículos a la entrada y salida de Badajoz.

A medida que se abandona la ciudad, a la altura del kilómetro 8, se puede ver en lado izquierdo de la calzada a un grupo de arqueólogos, ya que las obras se pararon en octubre de 2023 debido a descubrimientos en la zona y se sigue trabajando en ellos. Desde la mañana de es lunes, la carretera de Sevilla (N-432) sufre cortes a la salida de Badajoz entre los kilómetros 6,900 y 7,300. Se prevé que se seguirá circulando de esta manera hasta el viernes 22 de agosto, según el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.

El objetivo principal de esta obra es el de mejorar el acceso por esta vía a Badajoz. Así, se construirán siete rotondas, de las cuales cuatro son ya visibles. Se encuentran a la altura de Saneba, la Hípica, pasando Desguaces Bru y en Campomanes.

Además, se van a eliminar los accesos actuales a la vía principal y reordenarlos mediante la construcción de vías de servicio en ambas márgenes.

Las obras comenzaron en octubre del año 2023, pero el descubrimiento de restos arqueológicos provocó su paralización por completo.

La creación de una carretera con dos carriles para cada sentido, facilitará el acceso a la ciudad y reducirá el tráfico. También está previsto construir un puente sobre el Arroyo Rivillas en los caminos de la margen derecha. Además, entre el kilómetro 0,920 y el 1,560, se construirá un nuevo acerado para mejorar la accesibilidad.

La obra busca prolongar el tramo urbano de Badajoz, mejorando el acceso a zonas residenciales próximas como la urbanización Campomanes o los Montitos. El proyecto recoge que las obras se pueden realizar en 18 meses, pero los documentos de licitación que regulan la adjudicación establecen 36 meses de plazo de ejecución. Si se cumple el periodo más corto, la obra finalizaría a finales del año 2026.

Estas obras forman parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y cuentan con un presupuesto de 24,76 millones de euros (IVA incluido), informa el Ejecutivo en una nota de prensa.

Los vehículos solían hasta ahora circular a alta velocidad a pesar de las señales que alertan de las obras de duplicación. Un grupo de residentes se reunió en marzo para reivindicar mejoras, dado que un coche se había empotrado unos días antes en la fachada de un chalé y no era el primero.

La duplicación de la carretera ha incluido expropiaciones a los propietarios de esta zona y, posteriormente, el derribo de los muros exteriores de las viviendas por donde pasarán los viales. Por eso las casas han quedado desprotegidas.