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Primeras obras del derribo del colegio Nuestra Señora de Bótoa. :: C. MORENO

El derribo del colegio Nuestra Señora de Bótoa de Badajoz terminará en dos meses

Han comenzado las labores para vaciar el interior de la antigua sede de este centro en la calle Estadium, que será demolida en breve

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Miércoles, 14 de noviembre 2018, 07:45

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Manuel Carrillo pasó ayer por delante de la antigua sede del colegio Nuestra Señora de Bótoa, en la calle Estadium. Se paró y preguntó:«¿Lo tiran?». La respuesta de un obrero fue afirmativa: «Sí, se está demoliendo». El vecino se quedó sorprendido porque era su colegio de pequeño. «No sabía que lo iban a tirar. Ahora vivo en San Roque. Da impresión verlo».

Carrillo estudió en el Nuestra Señora de Bótoa hace 40 años y ayer se despidió del edificio. Como él, muchos antiguos alumnos y vecinos de la zona, miran estos días con expectación cómo desaparece la antigua sede de su escuela. El centro se trasladó de ubicación hace tres años y el edificio antiguo quedó cerrado a la espera de ser demolido. El lunes comenzaron los trabajos que terminarán en dos meses, a principios de 2019.

La obra de demolición ha sido adjudicada por el Ayuntamiento de Badajoz a la empresa Imesapi S. A. por 71.972 euros. En principio se calculaba que los trabajos costarían unos 95.000 euros, pero la oferta de esta empresa ha rebajado el precio. Al concurso se presentaron en total ocho negocios.

Esta es la segunda obra que se inicia en la ciudad con los fondos DUSI, una ayuda europea que va a inyectar 18 millones de euros en Badajoz. La primera reforma en ponerse en marcha ha sido la sustitución de losetas en la calle Menacho para mejorar la plataforma única.

Por el momento, los operarios se han centrado en vaciar las habitaciones del colegio. Ayer en el patio se amontonaban puertas, ventanas, armarios, persianas, cables, etc. Una vez limpiado todo el edificio, se procederá al derribo. La demolición se hará de forma manual y con el apoyo de pequeñas máquinas comenzando por la planta superior. Se ha elegido este método porque este inmueble, de 1.700 metros cuadrados, está pegado a la muralla abaluartada, en concreto, al llamado Baluarte de San Roque.

Los trabajos supondrán distintas molestias a los vecinos y a los peatones y conductores que pasen por la zona. Por el momento se han eliminado los aparcamientos que rodean el colegio por motivos de seguridad. También se podrían cortar las calles cercanas puntualmente.

Tras años de reivindicaciones, las familias con alumnos en el colegio Nuestra Señora de Bótoa lograron que la Junta de Extremadura destinase 2,1 millones de euros a la construcción de un nuevo edificio para su centro. Debido a la falta de espacio, durante años los escolares tuvieron que estudiar entre dos sedes, la de la calle Estadium y otro inmueble ya desaparecido en la calle Cordero. Finalmente se demolió la segunda sede (calle Cordero) y en el solar se edificó un nuevo centro que da a la avenida Antonio Cuéllar Grajera.

Tras la mudanza, la sede de la calle Estadium quedó vacía. La Consejería de Educación ya no la necesitaba, por lo que devolvió la propiedad al Ayuntamiento. El Consistorio decidió demolerla con un objetivo, dejar al aire la muralla que tiene detrás y que ha quedado oculta por la escuela.

El corredor verde

De hecho, la desaparición del colegio es solo la primera fase de un plan más ambicioso. El Consistorio quiere destinar 1,7 millones de los 18 del DUSI a crear un corredor verde que deje ver la muralla desde Puerta Pilar (Los Cañones) hasta el Parque de los Sitios (la Plaza de Toros).

En esta franja de más de un kilómetro actualmente solo se ve la muralla en Puerta Pilar mientras que queda tapada en el resto de zonas. La idea es hacer obras, además de en el colegio, en el parking que actualmente gestiona Adeba (antiguas instalaciones deportivas Juventud), para diseñar un zona verde abierta.

La obra de demolición se costeará con fondos europeos por un importe de 72.000 euros

El primer paso, tras el derribo, será convocar un concurso de ideas que reordene todo el espacio que se abre en los fosos de la muralla y lo reconvierta en un parque deportivo y de ocio.

Los vecinos esperan con ganas este cambio. «Es una pena que se estropeasen las instalaciones deportivas que teníamos en la calle Estadium, pero verlo como un aparcamiento es una lástima. Mejor que sea un parque para hacer deporte o ir con los niños. Lo que sea, pero que lo arreglen», defendía ayer Maruja Mata mientras observaba las tareas del limpieza del Nuestra Señora de Bótoa. «Llevamos tantos años esperando que hagan cambios aquí que cuesta creer que el colegio vaya a desaparecer en unos días».

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