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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Restos de camalote retirados del río y acumulados junto a la orilla. :: C.MORENO
La Confederación venderá el camalote para hacer biogás, biomasa o celulosa

La Confederación venderá el camalote para hacer biogás, biomasa o celulosa

Con esta iniciativa, se pretende que las empresas se encarguen de la recogida y destrucción de las plantas que se sacan del Guadiana

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Jueves, 1 de enero 1970

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Diez céntimos es el precio de salida que la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ha fijado para la tonelada de camalote. El organismo gestor de la cuenca acaba de formalizar una posibilidad de la que se lleva hablando años, vender la planta invasora a las empresas que quieran darle una segunda vida como biogás, biomasa o celulosa para diversos usos.

La Confederación ha abierto la puerta a autorizar el aprovechamiento del camalote, como parte de su estrategia para erradicar la plaga que coloniza la cuenca media del Guadiana. El propósito de esta medida no es, por tanto, sacarle un rendimiento económico a las toneladas de masa vegetal que extraen diariamente del río, sino aminorar el coste público de su destrucción.

Hasta ahora, el proceder de la Confederación ha sido acumular el camalote que se extrae del río a pocos metros de la orilla y dejarlo hasta que se seca y queda integrado en el entorno. Ahora se permitirá que las empresas recojan la planta de los márgenes y las transporten hasta las instalaciones donde serán destruidas y procesadas.

La nueva medida ya tiene el visto bueno de la Comisión Europea y del ahora llamado Ministerio para la Transición Ecológica y supone una excepcionalidad a la prohibición de poseer, transportar, traficar o comercializar las especies invasoras. De hecho, el Seprona persigue estas prácticas para evitar que el uso lucrativo del camalote extienda la invasión a otras zonas o se cree una dependencia económica que lastre los esfuerzos que se están haciendo para su control y eliminación.

Por todo esto, Bruselas ha puesto una condición para permitir su aprovechamiento: que el material en el que se transforme la planta y sus semillas sea inerte, garantizando así que no vuelva a propagarse.

La Confederación ha recogido este requisito en el pliego que acaba de sacar a licitación, donde establece condiciones muy estrictas para asegurar que el transporte de la planta y su procesado se realiza sin riesgo de propagación y que el producto final que resulte de la transformación industrial del camalote (sea gas, celulosa, pellet...) no permita la reproducción de la planta o de sus semillas.

Según figura en las bases que rigen el concurso, las empresas adjudicatarias son las que se encargarán de recoger el camalote extraído del Guadiana en los puntos de acopio que se localizan en las dos márgenes del río a lo largo de todo el tramo de actuación, que se extiende desde la desembocadura del río Zújar (en el término municipal de Villanueva de la Serena) hasta Puente Ayuda (embalse de Alqueva). Tendrán quince días para llevarse la masa vegetal, desde que se retira del río y se acopia en sus márgenes.

El precio de salida de la tonelada de camalote establecido por la CHG será de 10 céntimos

Las empresas autorizadas tienen que comprometerse a destruir al menos 30.000 toneladas al año

Se contempla la posibilidad también de que las propias empresas adjudicatarias, siguiendo las instrucción y coordinados por la CHG, puedan extraer directamente la planta del agua, para aumentar la cantidad de camalote que procesen después. En cualquier caso, la Confederación ha fijado que las empresas tienen que comprometerse a llevarse de las orillas del río y destruir al menos 30.000 toneladas de masa vegetal al año.

El concurso para el aprovechamiento del camalote se ha dividido en dos lotes, uno para el tramo Medellín-Mérida (desde la desembocadura del río Zújar hasta la presa de Montijo) y el otro para el tramo de río que va desde la presa de Montijo hasta Puente Ayuda.

El procesado en las Vegas

De esta manera, se aumenta el control del transporte de la planta desde el lugar de extracción hasta las instalaciones donde acabará destruida y procesada. En ambos casos, éstas tienen que localizarse dentro del ámbito geográfico afectado por la presencia del camalote, anulando así el riesgo de que contamine zonas no invadidas. Concretamente, las instalaciones para el lote Mérida-Medellín tienen que estar en las Vegas Altas y las del tramo Medellín-Badajoz en las Vegas Bajas.

La Confederación dará el visto bueno tanto a la ubicación de estas instalaciones como a los caminos por donde se transporte el camalote. Para esto, el pliego recoge que el propio organismo gestor de la cuenca designará a un ingeniero como director de aprovechamiento, que se encargará de comprobar, coordinar y vigilar el recorrido de los residuos vegetales y de certificar que el producto final que se vaya a comercializar no pueda reproducir el camalote.

Los costes del transporte, los tratamientos preparativos (triturados, compactados, secados...), las destrucción de los restos vegetales y los gastos de medición, laboratorios, pruebas y demás requisitos que garanticen la trazabilidad serán asumidas por las empresas que sean autorizadas.

Las empresas autorizadas tienen que comprometerse a destruir al menos 30.000 toneladas al año

El contrato entre CHG y las empresas que resulten adjudicatarias tendrá una duración de tres años, que pueden prorrogarse dos más si hay acuerdo entre las dos partes.

Esta nueva medida se produce en medio de la campaña intensiva de limpieza del río que desde el 15 de octubre se está llevando a cabo, con la labor conjunta de retirada de camalote de los medios dispuestos por la Confederación (a través de Tragsa) y de los militares de la UME (Unidad Militar de Emergencia) desplegados en el Guadiana.

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