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Así castigó la Inquisición a los herejes pacenses

Mañana sábado se celebrará una ruta guiada para detallar las secuelas que dejó el Santo Oficio en la ciudad

Viernes, 30 de marzo 2018, 08:40

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La Inquisición procesó a un obispo de Badajoz. No pudo condenarle por su cargo, pero hay documentos que detallan que fue acusado de ir a un convento de las carmelitas en Zafra y realizar exorcismos a las monjas. Estas visitas incluían tocarles los pechos y otros actos que no se consideraron decentes, por lo que el religioso tuvo que vérselas con el tribunal del Santo Oficio.

Es solo una anécdota, pero demuestra que la Inquisición dejó huella en la ciudad, al menos durante 200 años. Los casos como el del obispo son minoritarios, la mayoría de los autos de fe fueron contra judíos que practicaban su religión en secreto porque estaba prohibida. Estos acabaron en galeras o recibiendo latigazos si tenían suerte. Si no, en la hoguera.

Estas y otras muchas historias se desvelarán en una ruta guiada gratuita organizada por un grupo de pacenses interesados en este tema. Será mañana sábado 31 de marzo, a las 10.00 horas, y partirá de la catedral. Recorrerá los puntos de Badajoz más representativos para el Santo Oficio de la mano del investigador Fermín Mayorga.

El investigador Fermín Mayorga calcula que entre 1478 y 1700 se condenó a unos 200 habitantes

Mayorga nació en Cheles, aunque actualmente vive en Madrid. Tras leer un libro sobre una hereje de su pueblo, decidió consultar el auto de fe, es decir, el documento del juicio al que se enfrentó. Estos textos se guardan en el Archivo Histórico Nacional. «Al cogerlo vi que había muchos más legajos de la Inquisición. Me di cuenta de que era un terreno virgen que no se había investigado en Extremadura y me enganché». Desde entonces ha publicado 13 libros, incluido 'Herejes de Badajoz'.

No hay un registro concreto, pero Mayorga calcula que entre 1478, cuando se fundó el Santo Oficio, y 1700 condenaron a unos 200 herejes, solo en la ciudad de Badajoz.

Este experto ha sido invitado por un grupo de jóvenes pacenses amantes del misterio. Son los promotores del programa 'El secreto de la caverna', de Onda Campus, la radio de la Universidad de Extremadura. Samuel Hernández, uno de los responsables de este espacio especializado explica que han querido iluminar un aspecto bastante desconocido y aprovechar también su atractivo turístico. «En muchas ciudades, incluida Mérida, hay rutas guiadas sobre misterio. Es algo que gusta y quisimos organizarlo en Badajoz. Esperamos que tenga buena respuesta».

La ruta profundizará en las huellas que dejó la Inquisición en la ciudad, algunas muy desconocidas. Por ejemplo la fachada de la iglesia de Santo Domingo luce el escudo con una cruz decorada con la flor de lis, ya que los miembros de la orden Dominica eran los únicos que podían ser inquisidores, explica Mayorga. «Antes el escudo también llevaba una espada y una rama de olivo». Actualmente esta iglesia ya no pertenece a esa orden, sino a los Paúles.

Los religiosos de esta orden eran considerados los comisarios de la Inquisición mientras que había ciudadanos normales que trabajaban a modo de policías delatando a los herejes. Solían ser de buenas familias y se consideraba una ayuda a la Iglesia, ya que además de frenar la herejía, se confiscaban todos los bienes del infractor.

En 1492 los judíos que vivían en España se enfrentaron a un decisión, o convertirse al catolicismo o ser expulsados del país. Muchos optaron por el camino intermedio, fingir que cambiaban de fe y quedarse en sus casas. Esto provocó que, durante años, se delatase a los judíos que practicaban su culto en secreto. Era común, por ejemplo, restregar la frente de los niños tras el bautismo para borrar este sacramento. De ahí viene la expresión, detalla Mayorga, 'romperse la crisma', es decir, eliminar la crismación, la acción de ungir al recién nacido. Cuando los vecinos detectaban que un converso había realizado este acto con su hijo, lo denunciaban.

A Llerena

El hereje era encarcelado en Badajoz, en la Plaza Alta o los sótanos de la catedral, entre otros espacios. Luego era trasladado a Llerena, donde el Santo Oficio tenía su tribunal. Allí habitualmente era torturado hasta que confesaba. Dependiendo de su edad y de la falta, podía ser castigado de distintas formas, desde llevar la flor de lis en su ropa cada día como símbolo de humillación a la hoguera.

Otro castigo era que el hereje debía vestir el resto de su vida el 'sambenito', el hábito de penitente. Cuando moría esta prenda se colgaba en las paredes de la catedral de Badajoz como humillación para la familia del condenado. El investigador que dará la ruta guiada destaca que estos 'sambenitos' estuvieron expuestos en el templo pacense hasta 1834. Mayorga añade que los vecinos suelen sorprenderse al conocer la huella de la Inquisición. «Muchos no saben, por ejemplo, que la mayoría de los apellidos de animales, como Cordero o de ciudad, como Madrid, o los que terminan en 'ez', como González, son de origen judío», destaca.

Los interesados en asistir a la ruta de mañana pueden inscribirse en el correo electrónico elsecretodelacaverna@gmail.com.

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