El calor no puede con el mercadillo que triunfa gracias a la venta de los productos de temporada
Los vendedores ambulantes no viven su mejor verano, que intentan salvar con precios más competitivos y artículos más variados
El agua y los abanicos fueron los protagonistas en el mercadillo del domingo que, como cada semana, se celebró ayer en el Nevero.
En busca ... de bikinis, bermudas y algún que otro capricho llegaron Raquel Rivera y sus amigas. En una semana se van de vacaciones a la playa y fueron hasta el recinto a por las últimas prendas que necesitaban. «El calor no va a hacer que nos quedemos en casa, hemos llegado temprano para aprovechar, pero hay que salir y mover la economía. Venimos aquí a comprar porque la ropa es mucho más barata que en las tiendas», subrayaba mostrando el bañador que se había comprado su amiga, por el que pagó seis euros.
Un euro más barato estaban los sombreros y cuatro costaban las viseras, repartidas por todo el mercadillo como reclamo para que los clientes no sufrieran con los casi 30 grados que ya había a las once de la mañana.
«Aprovechamos para vender productos propios de cada época y los sombreros y las gafas de sol no pueden faltar en el verano», contaba Ezequiel Fernández, que explicó que, pese a que su artículo no es lo más buscado, esperaba vender algunos gracias al calor y remontar así la temporada. «Hace mucho calor, entonces hay personas que los ven y los compran para estar más cómodas mientras hacen la compra», sentenciaba.
Para él es mucho mejor trabajar en invierno que en verano ya que las vacaciones y el calor hacen que disminuya la afluencia de público.
Lo mismo le ocurre a su madre, Paula Arrangon que también se dedica a la venta ambulante, en su caso de ropa interior. «Aquí aguantamos gracias al agua y a las bebidas energéticas como el Red Bull, aunque el abanico también ayuda. Si no llega a ser por eso es difícil estar bajo de los plásticos con las temperaturas que estamos teniendo», comenta..
En su caso, prefiere el calor porque, con la subida de temperaturas, también crecen las ventas. «Vendo lencería y ropa interior. El verano es la época en la que más se vende porque hay más cambios de ropa que en invierno, por tanto se necesita más».
Ventiladores y maletas
Otro de los reclamos eran los ventiladores de techo, que por un precio de 70 euros llamaban la atención de muchos clientes.
«No tenía ni idea que podía encontrar esto aquí, precisamente he colocado dos en casa al comienzo del verano sin saber que en el mercadillo los había a un precio más económico», decía David Merchán, que buscando refrescarse acudió a uno de los puestos de alimentación que hay en el recinto.
Las altas temperaturas también influyen en las ventas de estos negocios, donde en lugar de churros ayer sirvieron refrescos y agua muy fría.
Para evitar el calor se irá hoy de Badajoz Pedro Montero. Este vendedor de telas y productos de mercería viajará esta semana hasta Ciudad Real y Toledo para engrosar sus cuentas. «Hay más clientes porque las mujeres del interior siguen comprando telas. Las temperaturas allí son más suaves», cuenta Montero que comenzó a trabajar a las siete de la mañana. «Montamos más temprano porque el cliente llega antes. Cuando hay una ola de calor, a las doce y media ya no viene nadie».
Pese a ello, Montero prefiere el calor al invierno, que le obliga muchas veces a quedarse en casa por culpa de la lluvia. Telas para cortinas o fundas de sofás es lo que más vende en estas fechas, un producto que una de las clientas pagó con tarjeta. «Hay que modernizarse si queremos que la gente venga, y dar facilidades. Yo vendo el metro de tela igual que cuando estaba la peseta, los hay por cinco euros y por ocho».
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