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En el tramo final de la avenida Padre Tacoronte nadie utiliza el gas ciudad. Y no es por falta de interés. Si no usan ese combustible es porque las redes de abastecimiento aún no han llegado a la zona. Por eso en los domicilios donde los ingresos crecen se pasa directamente de la estufa y el hornillo de butano a la vitrocerámica y el aparato de aire acondicionado. Ese cambio supone una cierta evolución, salvo que el suministro eléctrico decaiga.
Justo eso es lo que ha ocurrido durante las pasadas fiestas navideñas, que se despidieron con un apagón de luz de los que se recordarán durante años. «Yo no me di cuenta, pero mi mujer empezó a llamarme cuando vio que las chispas comenzaban a saltar. Temimos por nuestra nieta, que duerme en el cuarto que da a la calle», explicaba ayer Manuel Leva Ramos, cuyo piso se encuentra encima del transformador de electricidad que prendió el lunes.
Eran las 22.30 horas cuando comenzó a salir humo de la tapa de registro que hay delante. «Llevamos dos meses largos viendo que de vez en cuando se va la luz un par de horas. El problema debía estar ahí, en el suelo se veía un agujero por el que salían ratas. Los cables estaban a la vista», asegura Alonso Expósito, que vive en el Complejo Campomayor.
Ayer por la mañana, este vecino compartía impresiones junto al transformador con Tomás Martín Lanchazo, otro de los afectados por los cortes. «La noche del lunes nos fuimos todos a acostar descompuestos. Mayormente fue el susto, porque se escuchó una explosión enorme, pero es que después no volvió la luz hasta las 08.30 de la mañana. En las casas hacía mucho frío», se queja.
Desde Endesa se ha confirmado que la incidencia se produjo en el centro de transformación que se encuentra junto a la carretera de Campomayor, en la esquina con la calle Borba. En esa manzana hay una panadería de Granja El Cruce y un bazar.
La distribuidora de electricidad indica que la incidencia se produjo a las 23.30 horas y que el suministro fue restablecido a las 08.30 de la mañana del martes después de que los técnicos sustituyeran el cableado de baja tensión que conecta el transformador con la red.
Los vecinos han explicado que en esas nueve horas de trabajo fue utilizada una piqueta para retirar la antigua arqueta. Después, los técnicos sacaron los cables, que estaban completamente deformados por el calor. Finalmente, introdujeron las nuevas conducciones, con las que esperan dar respuesta a las necesidades de consumo que existen en la zona.
La explicación técnica a lo sucedido puede entenderse si se compara con lo que ocurre en una vivienda particular cuando se conectan a un mismo enchufe un brasero, un radiador y otro electrodoméstico de gran consumo. La sobrecarga puede provocar un calentamiento de los cables y causar un incendio.
Algo parecido, a gran escala, sucedió el lunes cuando los 500 clientes enganchados a ese transformador comenzaron a encender los aparatos de mayor consumo (vitrocerámicas, radiadores, braseros, aparatos de aire acondicionado...) en la noche más fría del invierno. Los cables de baja tensión del transformador se calentaron de tal modo que se produjo una enorme humareda en las conducciones subterráneas. «Si hubiésemos levantado la tapa de registro se habría avivado la llama, por eso decidimos esperar a que llegaran los técnicos y desconectaran el transformador», confirmó un bombero.
Eso sucedió el lunes por la noche y en las horas siguientes fue sustituido el cableado. A las 08.30 de la mañana volvió a restablecerse el suministro y desde entonces no se han producido nuevos apagones. «Yo me tuve que acostar a las 10.30 de la mañana. No funcionaba la tele, ni el brasero, ni Internet... Lo malo es que ya habíamos tenido varios cortes durante la Navidad», relató Juan Antonio Martínez, otro de los perjudicados.
En otras casas, aguantaron hasta más tarde sin calefacción y a la luz de una vela, como en aquellos tiempos oscuros que los vecinos prefieren olvidar. Endesa ha indicado que durante el año 2018 llevó a cabo varias actuaciones de mejora y refuerzo en las calles San Marcial y Juan Vázquez Morcillo. Así mismo, en 2019 tiene previsto llevar a cabo tres actuaciones de ampliación, refuerzo y cambios de tensión de la redes de baja tensión que se nutren de la Línea Canarias por valor de 85.000 euros. «Eso redundará en la mejora de la calidad de suministro y disminuirá y minimizará los efectos de las posibles sobrecargas imprevistas de la red», anuncia.
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