Borrar
Directo Directo | Con la Crucifixión termina el Vía Crucis en el Cerro de Reyes de Badajoz
Más de treinta pilotos de hidroaviones teledirigidos volaron sus réplicas bajo un graderío improvisado junto a la antigua caseta del club de piragüismo CASIMIRO MORENO

Badajoz vuela solo en aeromodelismo

La exhibición de hidroaviones con público en el azud es única en España, según los organizadores

Antonio Gilgado

Badajoz

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 28 de mayo 2018, 08:13

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Mañana dominical diferente ayer en el azud de la Granadilla. Ni pescadores ni piragüistas. Los petos amarillos los portaban en esta ocasión los pilotos de hidroaviones teledirigidos.

Más de treinta volaron sus réplicas bajo un graderío improvisado junto a la antigua caseta del club de piragüismo. Evento singular.

Los requisitos de seguridad que fija la Agencia Española de Seguridad Aérea para exhibiciones con público frena a otros clubes de España. El del Guadiana, atrae a aficionados de Portugal, Cádiz, Málaga o Vigo.

La sesión se organizó desde un modesto punto de control montado sobre una mesa con tablillas y horarios. Desde allí se daba paso para el despegue por megafonía. Los aviones de mayor envergadura salían solos y los más pequeños en grupo de cuatro o cinco.

Poco más de tres minutos pilotando y vuelta de nuevo a la cola a esperar sitio. Entre vuelo y vuelo, los aviadores aprovecharon para revisar el motor, las hélices o intercambiar impresiones con otros constructores.

Juan Sixte Muñoz es el presidente del Club Pacense de Aeromodelismo. Al frente de la reunión de cada mes de mayo en Badajoz, ayer reconoció que no es fácil para un club en solitario hacerse cargo de todo lo que implica. «Nos exigen mucho. La regulación cambió hace algunos años y ahora nos equiparan cons las mismas normas de seguridad que a una exhibición con aviones reales».

Seguros, réplicas homologadas y pista aérea acotada lejos de la grada son algunas medidas que cumplen. Tras 16 ediciones de experiencia, recuerda, nunca han tenido percances graves que lamentar. Desde el club conciben la cita como un espectáculo para los espectadores y una fiesta para los participantes. «Intercambian ideas, consejos y ven como pilotan los demás».

Sixte Muñoz insiste en que no hay en España otra reunión como la del azud. En otros sitios, aclara, los organizadores prescinden de abrirlas a los espectadores por las complicaciones. «Volar sobre el agua y con público es algo que solo se hace aquí», sentenció.

Las maquetas de los Canadiar CL-215 fueron ayer las más fotografiadas y aplaudidas tanto en tierra como en aire. Modelos idénticos a los famosos aviones amarillos que utiliza el ejército del aire en la extinción de incendios.

José Lumbreras viajó desde Vigo para poner su Canadian ayer en altura sobre el Guadiana. Tardó cinco años en construirlo. Hizo una reconstrucción fiel, incluso con capacidad para cargar y tirar agua, igual que sus hermanos mayores tripulados. Con una envergadura de 3 metros y veinte centímetros, se eleva con dos motores de cuarenta centímetros cúbicos de cuatro tiempo. «No es fácil de manejar, pero con muchas horas al final te van saliendo maniobras».

Encantado con el escenario y la organización. Una maravilla, confesó. Vino el año pasado por recomendación de un compañero de Vigo. Le gustó tanto que repitió. «Lo que hace el club de Badajoz tiene mucho mérito».

Entre los pilotos locales, uno de los que más tiempo estuvo en pista fue Javier Expósito Medina. Llevó su réplica de un acrobático diseñado especialmente para piruetas en el aire. Compró el fuselaje y le añadió el motor y la electrónica. También de los grandes. Dos metros y cuarenta centímetros cargado con ochenta centímetros cúbicos en dos tiempos. Alcanza los ochenta kilómetros por hora. Para aterrizar en el río, le incorporó unos patines. Más peso. Sufrió en los impactos con el agua. Problemas de hélice y aterrizaje forzoso. Tardó poco en arreglarlo. A Javier le entusiasman los aviones desde niño. Recomienda el aeromodelismo, sobre todo, a los mañosos con la mecánica y la electrónica. Preparar una maqueta para que vuele es todo un ejercicio de ingeniería.

Ayer fue también una mañana para conocer mejor a las aves que viven en la Zepa. Francisco Peláez, de la Escuela de Naturaleza Geo2, estuvo enseñando a anillarlas y a observarlas a todo el que se acercaba. Los aviones, dijo, multiplicaron las vistas. La fauna huyó de los motores. Se quedó en los dormideros.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios