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José Calvo Poyato publica 'La travesía final' tras el éxito de 'La ruta infinita'. HOY
«En Badajoz tomé notas y conocí los sitios donde estuvo Elcano»

«En Badajoz tomé notas y conocí los sitios donde estuvo Elcano»

El historiador y escritor José Calvo Poyato, autor de 'La travesía final', recupera de nuevo la figura del navegante y critica el presentismo histórico imperante

Pablo Calvo

Cáceres

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Domingo, 23 de mayo 2021, 09:03

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José Calvo Poyato (Cabra, 1951), historiador, exalcalde y exdiputado por el Partido Andalucista, columnista y hermano de la vicepesidenta del Gobierno Carmen Calvo, es desde hace dos décadas un autor prolífico y exitoso de novela histórica, especialmente después de su penúltima obra, 'La ruta infinita'. En la última, 'La travesía final' (editorial HarperCollins) vuelve a la figura de Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que dio a la vuelta al mundo.

–Llama la atención al leer 'La travesía final' la riqueza de vocabulario del castellano que usted recupera en el libro. ¿Es una batalla perdida hablar mejor en esta época de mensajes cortos?

–Yo creo que se puede seguir librando esa batalla. Tenemos una lengua rica y muy hermosa, y lo lamentable es que se haya ido empobreciendo de una forma extraordinaria. No es cuestión de ponerse a hablar cómo lo hacía la gente del siglo XVI, pero sí hay que utilizar palabras que pongan al lector en el ambiente de cómo se expresaban. Por ejemplo, no existía el tuteo, que hoy en cambio se ha impuesto para casi todo.

–Los actuales currículos de Historia se ocupan poco de personajes como el propio Elcano, en un país donde tenemos una ley de Educación cada pocos años.

–Cuando yo dejé de dar clases, hace algo más de diez años, el nivel de conocimiento ya había caído mucho, y me temo que hoy es dramática esa reducción. Sospecho que nuestros alumnos terminan el Bachillerato sin saber quién era Elcano o Magallanes, sin saber muchas cosas fundamentales de nuestro pasado.

–Por el contrario, la novela histórica está en auge.

–La novela histórica es un curioso fenómeno de pervivencia literaria. La novela costumbrista del siglo XIX desapareció, la novela social que era muy importante el siglo pasado, el boom hispanoamericano... todo eso ha ido pasando, pero la moderna novela histórica comenzó con 'Waverley', de Walter Scott, en 1814, y se mantiene con un importante número de lectores y notables cultivadores. A veces los ensayos de Historia, que son fundamentales, no atraen un número importante de lectores, pero sí quieren colmar su deseo de conocer el pasado de una forma amena y atractiva.

«España y Portugal intentaron evitar el enfrentamiento y por eso celebran las Juntas de Badajoz»

NUEVOS TERRITORIOS

–En alguna ocasión ha comparado la hazaña del viaje de Magallanes y Elcano con la llegada del hombre a la Luna. Pero la misión espacial sabía a dónde se dirigía, mientras que tanto Colón, al descubrir América, y Elcano, al dar la primera vuelta al mundo, consiguieron proezas que en realidad no se proponían.

–Bueno, Magallanes sí sabía dónde iba, que era buscar el paso del Atlántico al Pacífico, y los españoles ya sabían que había un mar al otro lado de América, aunque nadie había navegado por esas aguas y por tanto no conocían las corrientes ni los vientos dominantes. Lo que nunca tenían previsto era dar la vuelta al mundo porque además no podían navegar por las aguas del hemisferio portugués. Por eso, a mí no me convence cuando se habla de la primera vuelta al mundo de Magallanes: cuando él muere, ni siquiera han llegado a la isla de las especias (Molucas). Son Elcano y Gonzalo Gómez de Espinosa los que luego toman la decisión de que la 'Victoria' navegue por aguas del Índico y termine dando la vuelta al mundo, pero ese no era el objetivo de la expedición. Y por eso, el que la da primera vuelta al mundo es Elcano y no Magallanes, eso está claro.

–Tras el viaje, España y Portugal se disputan la posesión de los territorios. En Extremadura decimos que hemos vivido mucho de espaldas al país vecino, pero también es verdad que históricamente las relaciones no han sido fáciles.

–Una parte importante de la novela cuenta esas tensiones, que eran muy fuertes porque hay que tener en cuenta que las especias eran muy valiosas en aquella época, suponían grandes cantidades de dinero al país que las pudiese controlar. En aquel momento no se tenía claro si las islas donde estaban las especias pertenecían al hemisferio lusitano o al hispano (eran del primero). Ahora bien, los dos países trataron de evitar el conflicto, y por eso en Badajoz y en Elvas llegan a celebrarse alternativamente las famosas Juntas del año 1524.

–Hable de aquellas Juntas.

–Acudieron los técnicos en náutica, cartógrafos y geógrafos más importantes de las dos partes y tratan de definir dónde están las islas, aunque no se pusieron de acuerdo. Por parte española estuvieron en Badajoz y Elvas nada menos que el hijo de Cristóbal Colón, Hernando, estaba Diego Ribeiro, que era uno de los grandes cartógrafos de la época, Juan Vespucio, hermano de Américo Vespucio, estaba el propio Juan Sebastián Elcano... y por parte portuguesa llegaron Lope de Sequeira, Reinel, un cartógrafo excepcional que también estuvo al servicio de Carlos I... Badajoz, por otra parte, fue también la primera ciudad española a la que llegó Isabel de Portugal camino de Sevilla para casarse con Carlos I; la recibieron con arcos triunfales en las calles, el Cabildo Municipal sale a recibirla, acuden los nobles a la frontera... Se buscaba que con los matrimonios se rebajasen esas tensiones que había desde el punto de vista político y económico, que eran muy fuertes.

«Sospecho que nuestros alumnos terminan sin saber quiénes eran Elcano o Magallanes»

HISTORIA

«Sé de la rivalidad entre Alcántara y Mérida por su nacimiento, ya me hubiera gustado tener algún dato»

HERNANDO DE BUSTAMANTE

–En el caso de las Juntas de 1524 recuerda que se celebraron reuniones en la Plaza Alta y en la catedral de Badajoz, y que les sorprende el acueducto que se está construyendo cuando acuden a Elvas. Cuando está preparando sus novelas, ¿le gusta visitar las ciudades, conocer los sitios donde han tenido lugar los hechos, o con la parte de documentación histórica le resulta suficiente para escribir?

–Yo estuve en Badajoz un año antes de escribir tomando notas. Fui a la Plaza Alta, donde estaba el Cabildo Municipal, paseé por toda la zona, la Torre de Espantaperros, estuve comiendo... fui para hacerme una idea de cómo era la Badajoz que conoció Elcano en 1524, el puente de Palmas sobre el Guadiana por ejemplo que ya estaba construido. También crucé la frontera para ir a Elvas y en la novela aparecen algunos postres portugueses.

–¿Un historiador como usted es capaz de abstraerse y percibir cómo debía ser el sitio en el que se encuentra cinco siglos antes?

–Es complicado, y hay quien te dice que todos los datos están en internet. Pero internet no huele, ni puedes ver cómo amanece en un sitio concreto, ni el rumor del agua... eso debes captarlo y el historiador, con los conocimientos que tiene del pasado, puede atrapar ese ambiente, pensar por ejemplo que las calles debían estar empedradas en lugar de asfaltadas o ni siquiera eso, que el armazón de las casas de la parte antigua de Badajoz debía ser de madera... eso hay que tenerlo presente para imaginarse cómo era la ciudad. Las campanas debían estar sonando continuamente porque había muchos conventos e iglesias, todo eso uno trata de tomar notas de ese tipo de detalles para incorporarlo.

–A Elcano le acompaña el extremeño Hernando de Bustamante, que es el barbero-cirujano. En el libro, el propio personaje dice que es de Mérida, pero Alcántara también reclama ser su localidad natal. ¿Puede arrojar alguna luz a la polémica?

–Realmente no, ya me hubiera gustado tener algún dato porque estoy al tanto de esa rivalidad sobre el lugar de nacimiento, Supongo que en Alcántara, quien lea mi novela le sentará regular, pero tuve que decidirme. Sí tenía referencias de que era barbero y de que había estudiado en Salamanca, aunque no era buen estudiante, se dice que le gustaba mucho el juego y que por esa razón también tuvo que abandonar la ciudad a la carrera para luego aprender el oficio de cirujano-barbero con un tio suyo. Pero Hernando de Bustamante es un personaje muy atractivo por muchas razones, y cuando a Elcano el rey le dice que acuda a Valladolid a contarle la primera vuelta al mundo y que le acompañen dos hombres de la expedición, él a uno de los que elige es a Bustamante.

–Elcano murió con 40 años, y eso me ha llevado a pensar en lo que ha evolucionado la sociedad, con el avance científico que supone desarrollar una vacuna en menos de un año para combatir una enfermedad como la covid.

–Muchos marinos morían en la época, y de hecho en la expedición de 'La travesía final', muchos hombres, y sospecho que Elcano también, aunque no tenemos la clave exacta, murieron de escorbuto, por la falta de alimentos frescos. Y muchos otros murieron de enfermedades que hoy efectivamente no suponen problema alguno. En aquellos viajes podían cargar muy pocas cosas porque no había manera de conservarlas, y por eso había mortandades muy grandes entre los marinos. Se comía, por ejemplo, mucho queso.

–Carlos I aparece en la novela, pero ¿le resulta atractivo su decisión de instalarse en Yuste en sus años finales para una próxima novela histórica?

–Tiene un protagonismo grande en 'La travesía final', por sus luchas con Francia o por el matrimonio que decíamos antes y que se celebra en Sevilla a medianoche por motivos que no desvelaremos aquí. Él fue también quien impulsa las reuniones en Badajoz y en Elvas. Se podría escribir más novelas con él, por supuesto que sí, con sus reflexiones desde Yuste por ejemplo. Pero ahora me interesa mucho el siglo XVIII, la novela histórica lo ha tocado poco y creo que hay que darlo más a conocer. Estoy leyendo mucho del reinado de Carlos III.

«Me indigna cuando se dice que Hernán Cortés fue un genocida o algo parecido»

REVISIONISMO

–El epílogo lo finaliza de una manera un tanto amarga cuando dice que los soldados seguían luchando en las islas de las especias cuando el rey ya había llegado a un acuerdo económico con Portugal.

–Los soldados españoles estaban en una inferioridad tremenda respecto a los portugueses, por eso me parece tan épico y grandioso que un puñado de hombres se esforzara tanto en cumplir lo que les habían mandado, que es todo un ejemplo, es algo que quería destacar aunque sé que terminar así el libro dejaría ese poso de amargura. También se recuerda que Hernán Cortés decide mandar una expedición para ayudarles, ese gesto te dice que Cortés es un tipo con mucho fundamento. A mí me indigna cuando se dice que fue un genocida o algo parecido. Si fuera inglés, sería quien acabó con la práctica de los sacerdotes aztecas de abrir a las víctimas en canal y sacarles el corazón palpitante.

–El revisionismo histórico está siendo fuerte en estos días, también por parte de mandatarios como López Obrador.

–Trata de desviar la atención sobre los problemas graves de México. ¿A dónde va diciendo que el rey de España debe pedir perdón?, eso es hacer presentismo histórico que no tiene sentido. Todo ese revisionismo es consecuencia del desconocimiento del marco histórico. Nosotros hablamos de presentismo, que es juzgar con criterios de nuestro tiempo a gente de otra época que tenía una escala de valores muy distinta. El honor, por ejemplo, era muy importante en el siglo XVI. Hoy, a quién le importa el honor, nuestra escala de valores tiene en primer lugar el dinero. O la religiosidad de entonces, que no tiene que ver con el laicismo de la sociedad actual. En España somos auténticos expertos del presentismo y es un error grave.

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