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¿Qué ha pasado hoy, 16 de abril, en Extremadura?
José Jerez el pasado martes en Madrid tras defender su tesis doctoral junto a su mujer Mari Carmen y sus diez hijos. :: HOY
«Solamente he aprovechado el tiempo»

«Solamente he aprovechado el tiempo»

El extremeño José Jerez Iglesias resume su secreto en trabajar con humildad y saber organizarse

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Sábado, 9 de marzo 2019, 08:58

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Pocas personas podrán enseñar una vida laboral que supere los 61 años cotizando a la Seguridad Social. Menos personas incluso podrán presumir además de que a los 76 años defendieron una tesis doctoral con resultado de sobresaliente. José Jerez Iglesias sí puede y el día que se convirtió en doctor, el pasado 5 de marzo en Madrid, estaban con él Mari Carmen, Lourdes, Carmen, José Pedro, Inmaculada, Blanca, Juan Pablo, Guadalupe, Francisco Javier, José Carlos y Rocío. La primera es su mujer, que ha ejercido toda su vida de maestra en el colegio Juventud de Badajoz. Los demás son sus diez hijos. Entre la mayor y la menor hay 19 años de diferencia.

Una casa en La Antilla llena de literas para pasar los veranos, dos coches siempre a punto con un maletero bien grande, hermanos mayores cuidando de los pequeños, un zapatillazo sobrevolando algún dormitorio descontrolado de vez en cuando y el estímulo suficiente para terminar unos estudios superiores con los que ser independientes han ido conduciendo por la vida a los Jerez Barroso, doce extremeños que todavía hoy consiguen juntarse prácticamente cada año para hacer un viaje juntos. La última foto que los ha reunido ha sido con motivo de la tesis doctoral que el padre defendió este martes en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Es economista, padre de diez hijos y a sus 76 años acaba de defender una tesis doctoral en Derecho

José Jerez no se considera superdotado. «Más bien tengo capacidad intelectiva, que es más hija del esfuerzo, el trabajo y el orden que de la inteligencia». Por descontado, le sobra tesón y determinación. «Navegante que no sabe a qué puerto se dirige todos los vientos le son desfavorables», dice parafrasendo esta sentencia clásica que ha tratado de inculcar en todos sus hijos.

Sus diez hijos tienen carrera, están emancipados y viven en ExtremaduraAfirma que su mujer Mari Carmen, que ha trabajado toda la vida como maestra, ha sido fundamental

Él nació en Cáceres en 1942. Empezó a trabajar con 14 años de aprendiz en unos almacenes un 1 de agosto de 1957 y vive en Badajoz desde 1968, cuando le ofrecieron dirigir la Renault. Después llevó varios concesionarios de automoción por la región y aún recuerda cómo aprovechaba cada rato libre para aislarse, sacar los libros y estudiar.

Ahora tiene su propia oficina en el centro de Badajoz y más de medio siglo después todavía se planta en su despacho cada día a las ocho y media de la mañana, aunque está jubilado al cincuenta por ciento. Sobre la clave para afrontar tantos desafíos en la vida responde de manera escueta: «Es cuestión de organizarse», dice con una simplicidad pasmosa como si trabajar, estudiar, criar y mandar a la universidad a una decena de hijos fuera algo sencillo.

Por citar algunos hitos más en su peripecia vital habría que añadir que fue vicepresidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y presidente del C.D. Don Benito. También estuvo veinte años acudiendo cada viernes por la tarde a la UNED en Mérida como profesor tutor de Economía de la Empresa, trabajo que desempeñó sin cobrar. Además, pertenece al Club Senior de Extremadura y al Centro de Investigación Joaquim Verissimo Serrao, con sede en Santarem (Portugal).

Le sugirieron la tesis

José Pérez estudió en la Escuela de Comercio de Badajoz, después se convirtió en licenciado en Económicas y Empresariales por la UNED, con la que también hizo un máster en Derechos Humanos.

Tras una vida dedicada a trabajar -sigue activo como economista, auditor de cuentas y administrador concursal-, cuando consiguió su jubilación parcial sintió que le faltaba rematar algunas cuestiones pendientes, como la carrera de Derecho. La terminó en 2016. Al año siguiente, con 75 años y cuando parecía que tocaba relajarse, en vez de suspirar aliviado se echó encima más tarea.

«Cuando defendí el trabajo de fin de máster me dieron sobresaliente, pero el tribunal me sugirió que hiciera una tesis profundizando en algunos temas. La propia presidenta se ofreció a ser la directora (Ana María Marcos del Cano). Ese mismo día a las dos de la tarde ya tenía codirector (Javier Salinas Jiménez) para la tesis». Y así afrontó el siguiente reto y cada tarde, puntual a las 16.45 horas, bajaba a su sótano para preparar un trabajo que lo ha hecho doctor y que ha titulado: 'El derecho de protección de la salud en España: Una propuesta de financiación y provisión de las prestaciones sanitarias con libre elección de los asegurados'. Según explica, que la haya podido presentar en el tiempo récord de un año ha sido gracias su base de conocimientos previa y su capacidad de organización.

Admite que se ha esforzado, pero se nota que también ha disfrutado. Esto se entiende cuando se le escucha hablar con tanta pasión de los temas sobre los que investiga, relacionados con materias áridas a priori como el derecho, la economía pública o la sanidad. Resumiendo mucho, se puede decir que a José Jerez le preocupa la solidez de nuestro estado del bienestar y ha plasmado sus investigaciones al respecto en esta tesis.

«Repetiría mi vida»

En la actualidad prepara una ponencia que expondrá en abril. Y si sorprende este empuje y determinación para afrontar una agenda así, no menos asombroso resulta la naturalidad con la que relata haber criado a su prole, diez hijos que ya tiene emancipados, casados, residentes todos en Extremadura, con estudios universitarios y trabajando, descendencia a la que hay que sumar 16 nietos, la mayor de ellas con 25 años.

«Sin mi mujer -Mari Carmen Barroso- hubiera sido imposible, pero la verdad es que nunca sentí un agobio especial, quizás porque antes había otra mentalidad y los recursos daban más de sí. Se compartía habitación, se vivía de alquiler, la calefacción era más barata... Ahora las cosas son más complicadas porque las necesidades no son tan básicas como las que teníamos antes. Yo no me puedo quejar porque he tenido mucha suerte con la gente que he trabajado. Solamente he aprovechado el tiempo y además siempre me he divertido con lo que he hecho. La verdad ... (se queda pensativo) es que repetiría mi vida».

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