El albergue de Badajoz cumple 14 meses cerrado y sigue sin tener fecha de reapertura

Los documentos donde se detallan las condiciones que tendrá que cumplir la empresa que se encargue de la gestión del albergue están ahora en el servicio municipal de Patrimonio, confirmó ayer el concejal de Juventud, Javier Pizarro. Este parece que será el último paso antes de que pueda lanzarse el concurso público, pero el edil dice desconocer cuándo estarán definitivamente listos.

Las obras para dotar de cocina industrial al albergue y el cambio en la ley de contratos son los culpables de que estas instalaciones sigan cerradas, según Pizarro. «Demasiado tarde estamos llegando», reconoce a la vez que defiende que en su concejalía «han trabajado a contrarreloj para reformar completamente el pliego cuando entró en vigor la nueva ley».

La futura explotación privada del albergue llegará con novedades. La más importante será que se introducirá la figura de los beneficios compartidos para que la empresa que se quede con la explotación del albergue se preocupe por aumentar las pernoctaciones, que se han movido en cifras muy bajas desde su apertura en 2013.

En 2016 -último año completo que ha estado abierto el albergue- la cifra de ocupación ha sido del 8% (unos 147 alojamientos al mes para unas instalaciones que ofrecen 62 camas). Para remontar este dato, los ingresos por pernoctaciones (que antes iban íntegramente a las arcas municipales) se repartirán entre el Ayuntamiento -que se quedará con el 60%- y la empresa -con el 40% restante-.

Otra de las novedades será que el albergue ofertará el servicio de hostelería, no solo para los huéspedes sino también para cualquier cliente externo. En este caso, los beneficios de la cocina se quedarán en el bolsillo de la empresa concesionaria.

Además, se va a ampliar el periodo de concesión municipal de la gestión del albergue a seis años (cuatro y dos de prórroga), antes era de cuatro.

Otra de las novedades será la rebaja en el precio de la concesión. El canon que el Ayuntamiento pagará a la empresa que se quede con la gestión del albergue será entre un 20 y un 30% menor que el percibido por la anterior concesionaria (que se movía en más de 200.000 euros por año).

Este ajuste en el coste de explotación se traducirá también en que la oferta económica no será determinante a la hora de elegir a la empresa que gestione las instalaciones. Al contrario, sumarán más otros criterios como la gestión medioambiental de las instalaciones, la contratación de personas con discapacidad o la externalización de algunos servicios como la lavandería a centros especiales de empleo.

Respecto a las tarifas por alojarse en el albergue, el nuevo pliego prevé mantener los mismos precios: entre 12 y 15 euros por noche según la edad y precios más baratos para grupos.

Tampoco cambiará en el nuevo contrato la obligación de la empresa de encargarse del mantenimiento y la limpieza del centro de asociaciones que ocupa el ala izquierda del Revellín y que también está cerrado desde octubre del año pasado pese a que sus instalaciones no se han tocado. Se trata de seis salas para la celebración de reuniones, actividades o cursos que se alquilan a través de la Concejalía de Juventud.