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El acusado reconoció que cuando ocurrieron los hechos consumía drogas. :: c. moreno

El acusado de amenazar a su pareja e incendiar su casa dice que no lo recuerda porque estaba drogado

La fiscalía rebaja a cinco años de cárcel la pena que solicita y la defensa acepta un año

Jueves, 6 de febrero 2020

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La Audiencia Provincial juzgó ayer a un vecino de Berlanga que está acusado de amenazar de muerte a su pareja y prender fuego al domicilio en el que residían, unos hechos que dijo no recordar porque había consumido cocaína, heroína, éxtasis y alcohol durante los tres días que duraron las fiestas del pueblo. «No me acuerdo, no me creo lo que pasó. Nosotros nunca nos hemos peleado ni nada», aseguró.

Manuel E. O., que ahora tiene 37 años, dijo que en esos días se había enfadado con su pareja porque ella se negaba a darle dinero. «Entiendo que no me lo diera, porque sabía que era para alcohol y droga». Esa fue la razón -explicó- por la que no acudió a casa durante tres días. «Consumí una barbaridad, pero yo creo que la culpa fue de las pastillas de éxtasis que me dieron unos muchachos. De día estaba con unos y de noche con otros, no comía porque cuando consumes se te quita el apetito».

Fue así como justificó que no recordara lo sucedido el día en el que, según confirmó ayer su expareja (ahora no viven juntos), la llamó por teléfono en tres ocasiones distintas para amenazarla de muerte y, a continuación, se encerró en el domicilio familiar para prenderle fuego.

El tribunal evitó que la víctima tuviera que revivir lo sucedido acortando al máximo el interrogatorio

En el juicio era clave el testimonio de la víctima, que recibió un trato exquisito del fiscal, del tribunal y de los abogados. Tan solo el representante del Ministerio Público le preguntó si era cierto que el procesado la había llamado por teléfono para amenazarla de muerte, a lo que respondió que sí entre sollozos. No fueron necesarias más preguntas y rápidamente pudo abandonar la sala.

Tras ella prestó testimonio una vecina de la pareja. Confirmó que el acusado le había pedido el teléfono y que le escuchó decir que iba a quemar la casa. «Es cierto que consumía drogas, estaba muy mal».

Un hermano de la pareja ratificó que ese día vio cómo intentaba prenderle fuego al coche colocando una silla bajo la rueda, acusación que negó el procesado diciendo que usó la silla para intentar abrir el vehículo y el mechero para alumbrarse.

También comparecieron dos policías locales de Berlanga. Explicaron que horas antes de que incendiara la casa ellos habían telefoneado al 112 para informar de que se encontraba mal, razón por la que fue enviada una patrulla de la Guardia Civil y una ambulancia. «Yo no me quería ir en la ambulancia, es lógico, pero si me hubiesen llevado no habría ocurrido nada de esto», aseguró ayer el acusado.

Los agentes relataron que cuando se encerró en el domicilio acudieron tanto ellos como la Guardia Civil. «Él vivía en la primera casa y a continuación había tres adosados. Estaba encerrado y nos decía que si entrábamos tendríamos problemas con él. En cuanto vimos salir humo tiramos la puerta abajo. El fuego lo apagamos entre los vecinos, nosotros y uno de los guardias». El fiscal quiso saber si puso en peligro a los ocupantes del resto de las casas, pero los policías no pudieron aclarar si había personas en los otros adosados.

Afectación muy severa

En la parte final del juicio los forenses confirmaron que es difícil precisar si el consumo de drogas anuló totalmente o afectó de forma incompleta la voluntad del procesado. «Es muy probable que la afectación fuese muy severa».

Tras escuchar al acusado y a los testigos, el representante del Ministerio Fiscal rebajo las penas solicitadas. Para el delito de amenazas solicitó 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad y tres años de alejamiento, mientras que para el delito de incendio propuso 5 años de cárcel porque existió «un riesgo abstracto» de que se propagara a las viviendas colindantes.

El letrado de la Junta de Extremadura se adhirió a la petición por el delito de incendio y reclamó, al igual que la Fiscalía, que el procesado indemnice a la Junta con los 19.268 euros que costó la reparación de la casa, que es propiedad de la administración regional.

El abogado que representaba a la víctima retiró la acusación por expreso deseo de su representada mientras que la abogada de la defensa reconoció la existencia de los dos delitos pero pidió que la pena solicitada por el de incendio fuese fijada en un año porque Manuel E. O. no era consciente de lo que hacía cuando cometió los hechos. «Estaba completamente ido, no hay cuerpo que aguante tres días consumiendo».

Estas explicaciones las ha dado ante el tribunal que lo juzga por amenazar de muerte a su expareja e incendiar la casa en la que vivían.

La víctima ha confirmado las amenazas y la Fiscalía ha rebajado a cinco años la pena de prisión que solicita por el delito de incendio. La abogada de la defensa por su parte ha pedido que sólo sea condenado a un año de prisión porque cometió esos hechos cuando se encontraba bajo los efectos de las drogas.

La acusación pública también solicita 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad por amenazar de muerte a la mujer.

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