Borrar
Directo Directo | La Veracruz de Badajoz también suspende su salida en procesión
Lleno a rebosar en la Plaza Alta:: CASIMIRO MORENO

Las actuaciones en directo se quedan con el público de la Noche en Blanco

Las Tres Campanas, la Giralda y el convento de Santa Ana fueron los edificios más concurridos

Antonio Gilgado

Badajoz

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 3 de septiembre 2018, 08:13

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Noche en Blanco se ha convertido en una cita inabarcable. Lo del sábado nada tiene que ver con la primigenia de hace nueve septiembres. Entonces se propuso una noche con horario extra para los monumentos. Ahora es mucho más. Y si el público sigue echándose a la calle en masa es porque no ha agotado la capacidad de sorprender.

Y la primera sorpresa llegó con la inauguración en la puerta del Ayuntamiento. Un vídeo mapping sobre la fachada -proyección de imágenes animadas- repasó la historia de la ciudad. Desfilaron desde Ibn Marwan hasta Menacho. Miles de móviles en alto para guardar el recuerdo.

Aplausos y ovación al apagarse las luces. Entusiasmo contagioso, como empezar un maratón esprintando.

Después tocó coger el mapa y seleccionar. No hay tiempo ni físico para llegar a todo el programa. Calles abarrotadas de familias hasta bien pasada la medianoche. Moreno Zancudo fue un embudo.

Las colas empezaron pronto en los edificios que todos conocen por fuera y casi nadie por dentro, como Las Tres Campanas y la Giralda en la Plaza de la Soledad. Este año además, hubo mucho interés por ver el Convento de Santa Ana.

En Puerta Palmas rodeaba el monumento y en Espantaperros hubo quien desistió por falta de paciencia. Más de media hora al aguardo.

El público acabó repartiéndose por las actuaciones en directo. Acompañaba la temperatura y la oferta.

Los míticos Play Boys retrocedieron a sus mejores años. Plaza Alta hasta la bandera, corrillos de seguidores bailando y piropos agradecidos. Triunfaron.

A los Play les cogió el testigo Puerto D' Indias. De allí no se movió nadie hasta la hora más golfa. Ni un hueco para sentarse hasta las dos y media. En el escenario treinta voces entremezcladas cantando al estilo Los Sabandeños.

San Francisco fue uno de los tablaos más concurridos. La payasa Paca Prenda montó una especie de circo sin carpa. Empezó engatusando a los niños y en el último pase la gente acabó aplaudiendo a rabiar a los acróbatas Aimé, Alfa o Rebecca. Ración de circo para todos. Fue uno de los espectáculos con más seguidores. Triunfaron.

Lo mejor de la Noche en Blanco es que uno se topa por las esquinas con músicos a los que habitualmente les reserva un hueco en la agenda para escucharlos en el López de Ayala. En la Plaza de la Soledad, por ejemplo, tocaron la contrabajista Inma Pastor o la banda de jazz de Javier Alcántara. Merecía la pena quedarse allí las cuatro horas. Locura desatada con los acordes de la banda sonora de Juego de Tronos. Triunfaron.

No muy lejos de allí había otro clásico. Gene García, reconvertido en su séptima vida como Gene García and The Mojo Power, abrió las actuaciones en el patio del Museo de la Ciudad. Aforo completo mientras una riada de gente entraba y salía por las salas.

La mayoría de los que pasaban por él acababan fotografiando el mural gigante que se pintó en la esquina de la calle. 'Selfies' para todos.

Actuación callejera para público infantil:: CASIMIRO MORENO
Actuación callejera para público infantil:: CASIMIRO MORENO

Otro de los atractivos de este maratón de cultura es que no se limita solo a la música o la pintura. Combina todas las disciplinas artísticas. Hubo ballet en el Conservatorio Superior, performances vanguardistas en la plaza de San José o desfile de moda en las Casas Consistoriales.

Y con tantos artistas en la calle, tampoco faltan los familiares que tienen que dividirse en una noche tan intensa. En el López de Ayala, por ejemplo, muchos padres y abuelos viendo a los alumnos de las escuelas de baile de la ciudad. En el programa hubo hueco para nueve academias. Con las expectativas cubiertas tras conciertos, teatro y danza, no extraña que a las dos de la madrugada hubiera gente buscando hueco libre en las barras de los bares. Tarea complicada. Muchas comandas por delante a esa hora todavía. Los bares también triunfaron.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios