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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
La zona izquierda del baluarte permanece oculta tras un muro de hormigón. En primer término, los restos de la cerca medieval. :: pakopí
Baluarte vaubán o muro de presa

Baluarte vaubán o muro de presa

La recuperación de la muralla de la Trinidad suscita opiniones de todo tipo

Evaristo Fdez. de Vega

Domingo, 12 de marzo 2017, 09:04

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badajoz. ¿Era posible una restauración distinta? Esa es la pregunta que se hacen desde finales de febrero los vecinos de la ronda del Pilar. Habituados a vivir frente a un entorno que tenía un cierto atractivo monumental, ahora miran perplejos el resultado de una obra que algunos han dado en bautizar como «el muro» o «la presa». Frente a quienes tienen esta opinión del remozado baluarte de la Trinidad, todavía resuenan con fuerza las palabras pronunciadas por el alcalde el día de la inauguración. «El objetivo fundamental no era hacer un parquecito, sino conservar un baluarte que se podía venir abajo en cualquier momento».

Francisco Javier Fragoso respondió de ese modo a quienes preferían el antiguo aspecto de ese tramo de muralla. «Aquí no hemos intervenido por capricho o porque al alcalde le apetezca cambiar las cosas que hay, sino porque los técnicos nos avisaron de que el baluarte estaba en peligro de colapso».

La intención inicial del Ayuntamiento fue reforzar el baluarte con tierra vegetal, tal y como se ha hecho en la zona derecha. Pero esa opción fue desechada en el tramo izquierdo porque las excavaciones sacaron a la luz la cerca medieval, una muralla que se creía completamente desaparecida.

El alcalde argumenta que conservar en su estado original los 40 metros de la antigua cerca hacían inviable la construcción del talud de tierra previsto. «En ese momento le pedimos al arquitecto José Javier Arbués que rediseñara el proyecto y como lo principal era conseguir que no se caiga el baluarte, hubo que buscar elementos de contención distintos».

Las consecuencias de esa decisión son múltiples. Por una parte, mantiene visible la pequeña muralla que rodeó a la ciudad mucho antes de que se levantase el baluarte que ahora está a la vista. Por otra, ha convertido la cara interior de la construcción vaubán en un muro de hormigón de aspecto similar a la pared de contención de una presa o al inicio de un túnel.

«Para gustos, colores -dijo el alcalde cuando presentó la obra-. Hay gente que puede hablar desde el punto de vista de la estética, pero lo hace desde el desconocimiento tanto arquitectónico como arqueológico», remachó.

Frente a esta postura oficial se ha posicionado la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, que califica la obra como «una nueva oportunidad perdida para poner en valor la muralla abaluartada».

Desde este colectivo ciudadano se lamenta que el proyecto haya abusado del acero corten y del hormigón. «Cierto es que el adarve necesita sustentación y estructuras adecuadas para ser transitable, pero esas estructuras modernas desvirtúan la interpretación adecuada del baluarte (...). El voladizo, por su tipología y material, otorga un aspecto general de moderna estación de autobuses y no de interior de un baluarte».

Multitud de comentarios

Menos técnicas, pero igualmente contundentes, resultan las opiniones que se escuchan a cualquier hora del día junto al remozado baluarte. Pocos comentarios espontáneos aprueban el muro de hormigón que ha quedado a la vista. «Yo pienso que han destruido el verdadero valor de la muralla», confesaba a HOY Milagros Martín Romo, cuya vivienda mira a la muralla.

En su opinión, es loable el empeño municipal por salvar el monumento, pero cree que el resultado no satisface a los vecinos. «Es verdad que como estaba antes no nos gustaba porque ahí se escondían los toxicómanos, pero esperábamos otra cosa».

Otro cambio sustancial reside en el traslado de las esculturas de los Cuatro Evangelistas, que son obra de Juan de Ávalos. Tienen una nueva distribución y el Héroe Caído ha sido llevado al Museo de la Ciudad para evitar que se deteriore.

Las críticas a la obra abundan, también hay aplausos. Pero ese cruce de opiniones no desanima a Fragoso. «Hace quince o veinte años no había polémicas por el patrimonio de la ciudad porque estaba abandonado. Si ahora se habla de patrimonio es porque hay inversiones».

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