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Viajeros esperando en el vestíbulo de la estación de Adif. :: T. Benítez
El tren a Mérida pierde viajeros por el traslado de funcionarios al III Milenio

El tren a Mérida pierde viajeros por el traslado de funcionarios al III Milenio

El cambio al Tercer Milenio y la jornada de 37 horas semanales descuadran los horarios para ir y volver por la mañana

A. GILGADO

Miércoles, 1 de febrero 2017, 07:17

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Javier Figueiredo sale todos los días a las siete menos diez de casa, a menos cinco se monta en el tren en dirección a Mérida y llega a la capital a las siete y cuarenta.

Diez minutos después ficha en su trabajo de la plaza del Rastro, en Presidencia. Vuelve a Badajoz a la tres y cuarto gracias a un acuerdo al que ha llegado con la Junta para salir cinco minutos antes a cambio de una tarde al mes. Doce años con este horario le han permitido a este funcionario convertirse en todo un experto ferroviario. Rechaza el Leda, el Blablacar y el coche compartido porque dice que en el tren gana vida. «Puedes leer, conoces a gente, te relacionas y es más cómodo para descansar».

El problema es que la conexión ferroviaria entre Badajoz y Mérida pierde tirón entre los funcionarios desde el traslado de buena parte de la oficinas públicas de la Junta al Tercer Milenio y la ampliación a 37,5 horas semanales. Los horarios ya no cuadran.

En el operador ferroviario también se han percatado de esta sangría. Miguel Fuentes, de la sección sindical de Comisiones Obreras en Adif, ha puesto números. Según los datos de este sindicato, el año pasado se subieron o bajaron de la estación de Carolina Coronado 133.000 viajeros, lo que supone una pérdida de nueve mil con respecto a 2015.

Fuentes cree que con la larga distancia ya perdida, en estos momentos hay mimbres más que suficientes para ganar peso en los interregionales y pone el ejemplo de Mérida-Badajoz.

Se tarda poco más de media hora y es económico -sale a dos euros con bonos mensuales-, pero no se tiene en cuenta el horario laboral.

Insiste en que muchos usuarios potenciales de este tren, los funcionarios que viven en la ciudad y trabajan en Mérida, lo han dejado de lado por los descuadres horarios que podría corregirse. Desde que la Junta trasladó su esqueleto administrativo al Tercer Milenio muchos ya no pueden ir y venir porque llegan tarde, a lo que hay que sumar la vuelta a la jornada de 37 horas. Desde el sindicato proponen una conexión intermodal. Es decir, autobuses directos desde la estación a los centros de trabajo. Javier Figueiredo también se ha percatado de este descenso. Insiste en que algunos de los que abandonaron el tren, antes de irse propusieron al Ayuntamiento de Mérida que habilitara una línea urbana y que el de Badajoz adelantara el servicio de Tubasa a las seis y media para que llegara antes de la siete de la mañana a la avenida Carolina Coronado. Ninguna de las dos propuestas se tomaron en cuenta.

Además de trabajadores y funcionarios, los universitarios forman el otro perfil habitual, en este caso la merma viene por el éxito de aplicaciones de coche compartido como el Blablacar. José Sánchez es uno de los taxistas que ayer tenía previsto coger algún cliente. Antes, cuenta, era casi seguro subir a alguien por cada tren que llegaba, ahora, como se bajan muy pocos, esperar allí no te garantiza un servicio después. «El Blablacar y otras historias están vaciando de gente joven los trenes y los autobuses». No es el único que lo advierte.

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