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Domingo, 25 de enero 2015, 09:14
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Las ruinas de las ermitas del Rosario y la Consolación, ubicadas en el interior de la Alcazaba, están en el punto de mira de los vándalos. El vallado que protege este recinto arqueológico, en el que realizaron numerosas catas en julio de 2012, ha sufrido numerosos destrozos. Las vallas han sido forzadas y están dobladas. El panel informativo colocado junto a estos espacios también ha registrado daños, ya que el cartel en el que se recogían los datos históricos ha sido arrancado. Sólo se mantiene el atril, que permanece anclado al suelo. Pero estos no son los únicos problemas que afectan a dichos monumentos. Como ha recogido en varias ocasiones HOY, las ermitas se usan como cobijo de los toxicómanos. De hecho, en su interior se acumula la basura. Además de papeles y botellas vacías, también se pueden ver restos de excrementos y condones usados. Por este motivo la puerta de la ermita del Rosario ha sido tapiada, aunque la han vuelto a abrir. Las ermitas tienen un proyecto de rehabilitación, aunque de momento no hay fecha para que comiencen las obras.
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