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Hay varios grupos de mayores que dan yoga adaptado. :: g. c.
El centro de día de enfermos de alzhéimer de Almendralejo implanta el yoga

El centro de día de enfermos de alzhéimer de Almendralejo implanta el yoga

Marina Preciado, fisioterapeuta, asegura que no sólo les viene bien a nivel físico, sino que potencia el mental gracias a la relajación Una monitora voluntaria da las clases para demostrar su efecto positivo

GLORIA CASARES

Lunes, 11 de febrero 2019, 08:14

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«El yoga viene bien a todo el mundo porque tiene muchas ramas, muchas maneras». Así lo defienden cada vez más seguidores de esta práctica oriental. «Lo que pasa es que en Occidente pensamos en el yoga y se nos vienen a la cabeza diversas posturas y detrás del yoga hay mucho más, hay concentración, hay relajación, hay visualizaciones, hay gestos con las manos. De hecho, se dice que cuando se practica yoga, con la lengua estamos activando unos meridianos que hay en el cielo de la boca y que hace que el cerebro segregue varias hormonas», argumenta la profesora Begoña Gil.

«En el yoga es importante todo. Se trabaja con los pensamientos, con el cuerpo, con todo. Todo influye. Es una tradición que funde cuerpo, mente y espíritu, y entonces lo trabaja todo al revés», asevera.

Las ventajas de esta disciplina sobre las personas de todas las edades se han comenzado a sentir en Almendralejo, sobre todo los enfermos de alzhéimer.

Desde hace unos meses el centro de día especializado de la 'Asociación de familiares de alzhéimer -Tierra de Barros' imparte unas clases de yoga a cargo de esta profesora.

Fue Gil la que propuso esta iniciativa a las profesionales del centro, ya que estaba convencida de que esas técnicas serían muy beneficiosas para las personas mayores.

Desde entonces Begoña imparte sus clases de manera altruista, porque no se ha necesitado lograr financiación para empezar con esta iniciativa.

Lo hace dos veces por semana con cada uno de los dos grupos, uno de personas menos afectadas por la enfermedad, que consiguen una mayor concentración y asimilan mejor lo que se les propone, y otras en las que el avance de la misma es más patente, que requiere un yoga más adaptado.

Cada uno de los grupos tiene una decena de mayores.

«Nació de ella la iniciativa y nosotros decidimos lanzarnos, porque todo lo que nos proponen para los 'abuelos', nosotros de principio decimos que sí, siempre que sea viable y bueno para ellos». La que habla es Marina Preciado, fisioterapeuta del centro, que asegura que «no sólo a nivel físico, que les viene bien tanto los estiramientos, como los movimientos y las posturas prolongadas, sino también la relajación».

El motivo es que en la fase inicial de la enfermedad de Alzehimer hay un componente de ansiedad en la personas, para lo que la relajación, la concentración y el control de la respiración resulta positivo, asegura Preciado.

«La verdad es que les gusta bastante, sorprendentemente, y lo digo porque todo lo que sea introducir un elemento nuevo en un enfermo de alzhéimer es complicado». Los mayores esperan con ganas los dos días que les toca el yoga adaptado con Begoña.

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