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Un operario llena una garrafa de combustible en una cooperativa en el valle del Jerte. :: A. Solé
El repostaje máximo de tres minutos complica la logística a los tractoristas extremeños

El repostaje máximo de tres minutos complica la logística a los tractoristas extremeños

Las cooperativas insisten en que no tiene sentido el límite de 75 litros para maquinaria con depósitos de 300

Antonio Gilgado

Badajoz

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Lunes, 11 de marzo 2019, 13:53

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Para entender la polémica limitación de repostaje en las cooperativas agrícolas hay que remontarse a 1998. Entonces se liberalizó la distribución minorista de combustible en España y las agrupaciones empezaron a firmar contratos de suministro con petroleras. Consiguieron mejores precios para los socios. Era tan simple como repartir una tarjeta o una llave entre los afiliados para repostar en los postes instalados en las instalaciones de la sociedad.

Desde entonces se ahorran el margen de beneficio de las gasolineras convencionales porque se limitan a pagar el coste y prestar un servicio. A los agricultores les sale diez o veinte céntimos más barato el litro. Un bocado a tener en cuenta porque entre el 10 y el 30% de sus costes se va en el surtidor.

El modelo se extendió hasta llegar a las ochenta cooperativas con suministro en Extremadura. La red ha ido ampliándose con la escalada de precios y ahora toca adaptarse a un nuevo decreto regulador.

Dispensan el litro diez o veinte céntimos más barato porque renuncian al beneficio

Las cooperativas se sienten prisioneras de la guerra comercial entre las estaciones tradicionales y las de nueva generación de autopago.

El Gobierno quiso poner paz con un decreto que impone limitaciones y obligaciones a las automatizadas, que al funcionar sin personal parten con ventaja. A cambio, les exige incorporar un sistemas de alarmas, circuitos internos de televisión o paro de emergencia.

A ojos de Industria, los postes de las cooperativas son estaciones desatendidas y, por tanto, sus usuarios no podrán suministrarse más de 75 litros en un tiempo máximo de tres minutos. Tampoco podrán llenar garrafas o depósitos grandes y deben contar con sistemas de alarmas, circuitos internos de televisión o paro de emergencia.

Los cooperativistas no lo entienden igual. Los tanques y las mangueras para servirse se encuentran en sus instalaciones y si surge algún problema hay personal para resolver las incidencias. Aunque critican la nueva clasificación, lo que realmente les ha llevado a pleitear es la regla de los tres minutos y los 75 litros.

Argumentan que resultan insuficient.es para aguantar un día de cosecha con maquinaria que se mueve con tanques de doscientos o trescientos. Los cerealistas, por ejemplo, cosechan en vehículos de 400 de capacidad. Y como tampoco pueden llevar cubas auxiliares para recargar en actividad, no queda otra solución que acudir con más frecuencia hasta la manguera y llenar en varios intentos de tres minutos de forma intermitente. Ya avisan que las complicaciones logísticas se notará, sobre todo, en las campañas. Prevén atascos y embotellamientos antes de salir a faenar al campo los días clave.

Juan Francisco Blanco es el presidente de la sectorial de suministros de Cooperativas Agrarias de Extremadura, una agrupación que responde por más de 200 entidades y 36.000 agricultores o ganaderos de la región. Le parece injustificado que tras 30 años dando servicio ahora se persiga a este tipo de instalaciones.

Cartel de precios de la cooperativa San José del Valle del Jerte:: A. SOLÉ
Cartel de precios de la cooperativa San José del Valle del Jerte:: A. SOLÉ

Los cooperativistas acudieron al Supremo a través de su organización nacional reclamando su singularidad como conductores profesionales de vehículos pesados, pero el tribunal ha rechazado esta distinción.

Defienden su particularidad porque creen que el ejecutivo de Rajoy -ahora entra en vigor pero se aprobó con el anterior presidente- claudicó ante la presión de las agrupaciones de gasolineras.

«De no haber sido por las cooperativas, muchos pueblos llevarían treinta años sin surtidor»

En los recintos agrícolas suele haber dos mangueras: para el gasóleo A general de los coches y el B, el profesional que se echa a tractores, cosechadoras, recolectoras y demás maquinaria agrícola. El B se vende siempre a menor precio por la rebaja impositiva y para controlar su uso se colorea. En raras ocasiones dispensan gasolina.

La media, según Blanco, ronda los 500.000 litros al año, un volumen que no interesa a las petroleras porque los surtidores privados se mueven en tres o cuatro millones de litros.

En las zonas más despobladas, recuerda el representante agrícola, dejaron de servir porque no les compensaba. Eso ocurre, por ejemplo en 21 pueblos de la región (14 en la provincia de Badajoz y 7 en la de Cáceres), los que de no haber sido por la cooperativa local estarían desabastecidos. «Tenemos el derecho y la obligación de defender el sistema porque en 30 años no ha habido ningún problema». Con la batalla judicial cerrada, el frente se traslada ahora a los inspectores de Industria de la región. Varios dirigentes agrarios se reunirán en los próximas semanas con la inspección para exponer su postura. Ya han dejado claro que no censuran las exigencias técnicas y de seguridad, su esperanza se centra en no someterse a la regla de los tres minutos y los 75 litros. Esta restricción, explica, tiene lógica entre turismos y furgonetas, pero resulta inoperante para grandes consumidores de combustible. Esperan también más flexibilidad horaria. En campaña arrancan a las cinco o las seis de la mañana. Los agricultores, aclaran, no pueden adaptarse al horario comercial habitual ni pagar turnos de 24 horas en los surtidores.

La voz principal en esta polémica viene desde el sector cooperativo, pero las asociaciones de profesionales también se han sumado a la negativa porque entienden se pone en riesgo la rentabilidad de las producciones.

Ignacio Huertas, de la Unión de Pequeños Agricultores, habla de incongruencia. «Nos están diciendo que debemos ser competitivos y tratamos de ahorrar costes, pero también que cada agricultor lo compre de forma individual».

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