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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

Una primavera sin flores

ANÁLISIS AGRARIO ·

El cultivo de flores y plantas ornamentales está siendo uno de los más afectados por la crisis causada por la COVID-19, si no el que más. El largo confinamiento ha coincidido con su temporada alta

JUAN QUINTANA

Lunes, 25 de mayo 2020, 08:45

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Con mucha frecuencia nos olvidamos de que dentro del sector agrario hay muchas producciones no alimentarias. Como mucho nos vienen a la cabeza cultivos industriales como el algodón, el lino, etc. Del que no solemos acordarnos es del de la flor cortada y la planta ornamental. Pero quien desde luego no se ha olvidado de él es el coronavirus, ya que está siendo uno de los más afectados por esta crisis dentro del agro, si no el que más.

Afortunadamente hace pocos días el pequeño comercio puede volver a abrir, aunque sea con muchas limitaciones, y se puede comenzar a vender en el mercado interior. Sin embargo, las largas semanas de confinamiento han producido un daño irreversible que ya no puede compensar esta apertura parcial. El cerrojazo al sector ha coincidido con su temporada alta, como es la primavera, y todos los eventos culturales que se derivan de esta florida estación. Es el caso de las fiestas de Semana Santa y sus eventos religiosos cargados de simbología floral, el día del padre, de la madre, las ferias, y otras muchas fiestas populares relacionadas con la primavera que, en definitiva, marcan el mayor volumen de ventas. En consecuencia una gran parte de la producción ha tenido que ser destruida. En el caso de la planta ornamental la situación ha sido similar, ya que es en esta época cuando se ponen a punto los jardines y otros espacios exteriores, si bien es cierto que la venta de planta enraizada permite una mayor conservación.

Tampoco el mercado exterior ha ayudado a mejorar la situación. Las exportaciones se han hundido, aunque algunos mercados de países con medidas menos estrictas de confinamiento han seguido adquiriendo algo de planta. En todo caso, unas ventas muy poco significativas en relación con el volumen total de un año convencional. De hecho, en el primer trimestre de este año las exportaciones ya bajaron un 6% a nivel nacional. Un 89% en el caso de Extremadura, que solo exportó por valor de 14.810 euros. Esto ha dado lugar a que en toda España y de acuerdo con una encuesta interna del sector, se haya perdido el 75% de la producción y se haya producido el cierre del 80% de los viveros.

Pero el problema va más allá, el cierre de esta gran cantidad de viveros y la dificultad de planificar tareas, suponen una importante amenaza también para la próxima campaña, en la que ya se ha estimado una caída muy importante de la producción. Las labores para la siguiente temporada empiezan ahora y para afrontarlas con algo de optimismo es necesario el apoyo de la administración europea, nacional y autonómica. Dada la incertidumbre actual, la planificación de siembras está siendo extremadamente complicada.

Por el momento no hay ayudas económicas, un agravio comparativo si se compara con las recibidas a todos los niveles por otros sectores agrarios de orientación alimentaria. Las ayudas de la Comisión Europea son claramente insuficientes, ya que no son económicas ni financieras, sino que solo permiten a este sector el llegar a acuerdos de autorregulación, flexibilizando así las estrictas normas de la competencia. En el contexto de crisis que le ha tocado vivir es algo que, de una forma u otra, ya se estaba haciendo, ya que el abordaje del problema requería necesariamente de una discusión y una búsqueda conjunta de soluciones. Por tanto, entre la propuesta de Bruselas y nada, poca diferencia hay. En el caso de la administración nacional y regional, por el momento tampoco se han habilitado líneas de apoyo, más allá del acceso a préstamos ICO, que todavía no han llegado a la caja de los agricultores.

Sin embargo, en otros países productores la situación es bien diferente, y ya se han movilizado recursos específicos. Es el caso de Países Bajos, en donde ya se han comprometido ayudas que van a cubrir el 70% de sus pérdidas. También Italia y Alemania ha actuado con ayudas específicas para el sector.

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