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Foto de familia de los premiados con Fernández Vara. Gloria Casares
El mejor aceite extremeño se hace en Majadas del Tiétar

El mejor aceite extremeño se hace en Majadas del Tiétar

Pago Baldíos de San Carlos gana el premio Extrema Selección 2020 de la XXI edición de la Cata-Concurso de Aceites de Oliva Virgen Extra

GLORIA CASARES

Miércoles, 19 de febrero 2020

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Almendralejo. El aceite Pago Baldíos de San Carlos de Majadas del Tiétar (Cáceres) es el ganador del premio Extrema Selección 2020 en el XXI Cata-Concurso de Aceites de Oliva Virgen de Extremadura en la modalidad de producción convencional.

Este aceite, producido por la almazara del mismo nombre, obtuvo la medalla de oro en el concurso extremeño, cuyos premios se entregaron ayer en el Centro Cultural San Antonio de Almendralejo en un acto presidido por Guillermo Fernández Vara.

En la modalidad de aceite ecológico, el título de 'Extrema Selección 2020' recayó en el aceite Vieiru, elaborado por Agropecuaria Carrasco de la localidad cacereña de Eljas.

El aceite Roniel de Fuente del Maestre se llevó el primer premio en la modalidad de aceite de gran producción, establecido para producciones superiores a los 250.000 litros.

Por último, el ganador en la modalidad de pequeña producción, de entre 500 y 5.000 litros, fue el aceite Olexus de Garrovilla (Cáceres).

Al concurso se han presentado 38 aceites de toda Extremadura y su valoración se produjo el pasado 13 de febrero en Cáceres.

El presidente extremeño destacó el esfuerzo realizado por las almazaras extremeñas para lograr un producto de calidad, «no puede haber un buen aceite si no hay un buen trabajo detrás», dijo.

También destacó la apuesta por la producción ecológica o integrada, que ya supone casi el 50% del total en Extremadura, que «está produciendo bajo parámetros de sostenibilidad y medioambientales».

El presidente también se refirió a las protestad en el campo y señaló que lo celebra porque «pone las pilas a los políticos», pero, además, porque sirve para «que los urbanistas descubran el campo» y aprecien lo que cuesta cosechar los productos.

Por último, Fernández Vara terminó con una «reflexión generacional» sobre las nuevas generaciones que están llegando a sectores como el agroindustrial: «A mí eso me lleva de esperanza».

«Tenemos la obligación moral, ética, política y social de ayudar a las nuevas generaciones para que puedan constituir su medio de vida y contribuir, con ello, a la construcción de una sociedad mejor y más justa».

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