Huele a pimiento

J. R. Alonso de la Torre

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 4 de noviembre 2019, 11:15

Comenta

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

• Copiar enlace

• WhatsApp

• Facebook

• X

• LinkedIn

• Telegram

Sucedió este fin de semana en una casa de Zarza de Granadilla. Franqueé la puerta y mi anfitrión pareció pedir disculpas: «Huele mucho a pimiento». No tenía por qué excusarse, el olor a pimiento es lo propio en estas fechas en 50 pueblos de cuatro comarcas del norte de la provincia de Cáceres: La Vera (19 localidades), Valle del Ambroz (4), Campo Arañuelo (8) y Valle del Alagón (19). Es lo propio y es agradable. Desde Madrigal de La Vera hasta Cilleros, en estos días de otoño se está acabando de recolectar el pimiento. Ya ha comenzado el ahumado en los secaderos tradicionales y lo siguiente es la molienda. Fue Cristóbal Colón quien ofreció los primeros pimientos a los Reyes Católicos en Guadalupe. Era el año 1493 y el descubridor acababa de regresar de su tercer viaje a América. A los pocos años, aquellos frutos tan raros ya eran cultivados por los monjes de Guadalupe: fueron los primeros pimientos cosechados en Europa. Después, los frailes los llevaron a sus monasterios de Herbón (pimientos de Padrón), La Rioja (pimientos cristal) o La Ñora (Murcia), origen de las famosas ñoras. En otro monasterio de la orden, Cuacos de Yuste, se sembraron cuatro especialidades, jaranda, jariza, bola y jeromín, que, andando el tiempo, darían lugar al mejor pimentón del mundo, el producto extremeño que más se ve en los mercados de Valencia, Madrid o Barcelona. Selección, retoro, ruptura, limpieza, molienda... Tradición. Huele a pimiento en el norte de Extremadura y huele bien.