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La ganadera trujillana Mercedes Pérez-Aloe. :: JSP
«Gracias a las subvenciones se sobrevive en el campo»

«Gracias a las subvenciones se sobrevive en el campo»

Mercedes Pérez-Aloe | Ganadera ·

Esta ganadera se unió al mundo del campo hace algo más de dos años, con el apoyo de la familia

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS

Viernes, 7 de febrero 2020, 08:57

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Unas condiciones muy puntuales vinculadas con la herencia familiar le hicieron dar el paso e incorporarse al mundo de la ganadería. Estas circunstancias se unieron al apoyo de su familia y su gusto y disfrute del campo. Se trata de la trujillana Mercedes Pérez-Aloe, que cuenta con una explotación de ganado vacuno de limusina pura.

-¿Cómo han sido los comienzos?

-Han sido complicados. Cuentas con subvenciones, pero no llegan hasta al menos un año y medio o dos desde que haces la incorporación a la empresaria agraria. Lo primero es soportar todos los gastos. Cuando pides un crédito para comprar el ganado piensas que va a ser fácil, pero no lo es. Surgen problemas y pegas. Ese inicio se une a que llevamos dos años malos, sobre todo con la sequía existente. No hemos parado de echar de comer a las vacas durante todo este tiempo. Este gran inconveniente se une a que los terneros siguen en los mismos precios que hace 25 años. Los piensos están caros. Todo lo que conlleva criar a los animales sube y los precios de la venta o están estables o bajan. También está el miedo a que surja algún animal positivo en tuberculosis y se tenga que vender aún más barato, a pesar de que luego esa carne vaya al consumo igual que el resto.

«En la actualidad, la raza limusín se vende bien porque da un gran rendimiento»

-Otro problema es encontrar una finca.

-En ese aspecto la oferta es superior a la demanda. Nosotros hemos encontrado una, la Cuerda del Jarrín. Lo que pasa es que tenemos que hacer unos 40 kilómetros entre ida y vuelta más trece de camino, que está en pésimas condiciones. Esta circunstancia hace que todos los coches que hemos usado se han averiado. No aguantan. Por tanto, nadie quiere entrar hasta allí.

-¿Por qué vacuno?

-Hemos apostado por limusina para, principalmente, carne. También intentamos vender para vida, siempre que las condiciones lo permitan. En un futuro no descartamos trabajar con una carta para tener genética. En la actualidad, la raza limusina pura se vende bien porque da un gran rendimiento.

-¿Cuál es la parte buena?

-Trabajar en el campo es una maravilla, no tienes jefes, estás en la naturaleza. Además, el ganado es muy agradecido. Te reporta experiencias muy buenas. Económicamente, gracias a las subvenciones, se sobrevive en el campo. Si no se tuvieran, con las rentas que tenemos que pagar, no se podría. Cuando se pueda sanear la economía, se comenzará a tener más beneficio. Es una aventura complicada porque dependes de factores que tú no controlas.

-¿Quizá el gran cambio en relación a otros negocios es que en el campo hay más variables que no se pueden controlar?

-Así es. Cuando empezamos hace algo más de dos años dijimos: «Vamos a hacer los tres escenarios, el bueno, el malo y el normal». En otros negocios, esos escenarios son más controlables y reales. Puedes tener un plan de contingencia. En el campo puedes esperar una cosa y de pronto cambia todo. No obstante, siendo difíciles los comienzos, las cosas van saliendo. Otro aspecto negativo es que la finca está en el límite del parque de Monfragüe y hay mucha positividad de tuberculosis. Es un hándicap más para los tratantes. Todo es más complicado y cada vez hay menos beneficio.

«Es una aventura complicada porque dependes de factores que tú no controlas»

-¿Dónde vende su ganado?

-Hemos vendido bastante bien a un salmantino que los llevaba a Turquía. Ha sido cuando más alto estaban los chotos. Pero esto se ha cerrado. Los vendemos al destete al tratante, que es el que gana. Lo ideal sería comprar el ganado puro, trabajando con la carta genética. Cuando la economía es justa y te metes en este proyecto tienes que comprar lo que puedes, buscando lo mejor dentro de tu presupuesto. A partir de ahí, comienzas tu ganadería. Es un proceso a medio y largo plazo para tener la ganadería como tú quieres. Ahora es negocio puro y duro, pero con el tiempo, quiero hacer una ganadería más sostenible, más ecológica y mimar más al animal. Ahora es complicado.

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