El cultivo ecológico ya es rentable
La producción 'verde' supera por primera vez las cien miel hectáreas en Extremadura, si se suman agricultura y ganadería
En el camino del paraje conocido como El Puerto, en la localidad pacense de La Parra, en la comarca de Zafra, las pendientes de la sierra dibujan un escenario tan abrupto como hermoso para cualquier senderista. Sin embargo, para un agricultor ese escenario es complicado aunque a él se habitúan cada año para poder cosechar aceituna para almazara. Allí se agarran a la tierra olivos centenarios que en esta campaña, a pesar de contar con menos producción, apuntan un aspecto inmejorable para su recolección. «Las aceitunas están sanas y tiene mucho rendimiento», apunta Joaquín Redondo, de 55 años, agricultor del vecino municipio de La Morera, que se encarga de cosecharlas. Son aceitunas ecológicas, de un olivar catalogado como tal.
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Un tipo de producción, la ecológica, en constante crecimiento y que en este 2019 ha sobrepasado por primera vez la barrera de las 100.000 hectáreas en Extremadura sumando el total de cultivos y especies ganaderas que pastan en esos terrenos. Ya son 101.908 hectáreas; en 2016 se situaban en 81.788.
«Cuando empecé (finales de la década de 1990) la producción ecológica con mi olivar en Zalamea de la Serena era algo muy novedoso y que casi nadie conocía. Recuerdo que vine un día a Mérida, a la Consejería de Agricultura, a preguntar por la responsable de producción ecológica y un funcionario me dijo que qué era eso. Tuvo que repreguntar para dar con la persona responsable», relata Antonio Centeno, agricultor jubilado a sus 62 años y uno de los pioneros de cultivar sus aceitunas con el marchamo de ecológicas en Extremadura.
El olivar, con 29.000 hectáreas, es el principal cultivo de producción ecológica
«Mi padre, mi hermano y yo presentamos el cuarto, quinto y sexto expediente, de solicitud de ayudas por producción ecológica ante la Junta. Solo tres personas lo hicieron antes en la región», recuerda. «Ahora es ya algo más extendido porque lo verde vende, tiene un buen mercado de consumidores aunque el precio que se paga por el producto cultivado ecológicamente no es lo suficientemente alto. La producción ecológica debe estar valorada mucho más», finaliza.
Centeno fue tesorero de la cooperativa La Serena, de Zalamea, y allí -incide- prácticamente el 30% de la cosecha de aceitunas que entregan sus socios está asociada a la producción ecológica. De hecho, La Serena ha sido unas de las primeras almazaras que ha creado aceite ecológico en Extremadura. Su producción anual de 500.000 kilos de aceite; de ellos 120.000 llegan procedentes de agricultura ecológica y 350.000 de agricultura convencional.
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¿Qué es exactamente la producción ecológica? ¿Qué se entiende como tal? La explicación legal es «un compendio de técnicas agrarias que excluye el uso, tanto en la agricultura como en la ganadería, de productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos... con el objetivo de preservar el medio ambiente, mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos con todas sus propiedades naturales».
Operadores y empresas
Mediante este modelo agrario se persigue la obtención de alimentos «basados en una metodología respetuosa con el medio ambiente, compatible con la obtención de una rentabilidad razonable para los productores y además garantizar la ausencia de contaminantes en los productos, la protección de los recursos naturales: suelo, agua, atmósfera y biodiversidad y el máximo cuidado de la salud humana».
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«Al olivar casi no se le puede aplicar ningún insecticida ni nada parecido si tiene epidemias o contra la mosca. Lo único que está permitido es echarle cobre. Tampoco se le puede echar fertilizantes químicos. Si le echas estiércol natural no puedes luego quitar las hierbas que salgan a base de tratamientos químicos», aclara Redondo.
En Extremadura, según datos facilitados por la Consejería de Agricultura, a finales de octubre pasado (últimos actualizados) estaban registrados 3.352 operadores ecológicos, esto es, agricultores y ganaderos. 2.296 eran específicamente agricultores y 242 ganaderos. Además, apuntadas oficialmente como ecológicas estaba 178 industrias elaboradoras y 75 comercializadoras de esos productos a lo largo de casi 102.000 hectáreas. La inmensa mayoría están en la provincia de Badajoz, 75.684, frente a las 26.210 de la provincia cacereña.
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100.000 cabezas están registradas en ganadería ecológica, la mayor parte de ganado ovino
En 2018 fueron 94.518 las hectáreas ecológicas y 3.108 los operadores reconocidos, prácticamente la misma superficie que en 2017 (94.516) aunque con menor número de agricultores y ganaderos (3.020). El balance del año 2016 indica que en Extremadura había entonces 81.788 hectáreas ecológicas y 2.937 operadores.
«Es una alternativa de producción por la que optan muchos profesionales del campo, sobre todo aquellos que tiene olivar en zonas desfavorecidas, de montaña, o en pequeñas y medias explotaciones familiares», recalca Ignacio Huertas, secretario general de la organización agraria UPA-UCE.
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Cultivos y ganadería
La estadística oficial dice que más de la mitad de las hectáreas 'verdes' catalogadas (55.408,81) están asociadas al ganado ecológico. Dehesa y pastos permanentes, que acoge a más de 100.000 cabezas de ganado y 242 ganaderos incluidos en el registro ecológico de la Junta.
La mayoría del ganado es ovino (71.400 cabezas), seguido del vacuno (47.000), caprino (9.400), ganado aviar (5.300 cabezas) y las abejas (5.000). La superficie mínima a declarar es de una hectárea, con 72,60 euros por hectárea por cabeza.
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En cuanto a la distribución de cultivos ecológicos gana por goleada el olivar. Ocupa 29.024,12 hectáreas, seguido a muy larga distancia del viñedo (1.695,44 hectáreas), el almendro y otros árboles de producen frutos secos (1.458,14); y otras casi 2.000 hectáreas del resto de frutales, incluidos críticos.
La ayuda por producción ecológica es de 322,30 euros por hectárea en el caso del olivar (para cobrarse se necesita al menos esa hectárea de superficie mínima), de 276,10 euros para viñedo; de 440 para frutales de hueso y de 397 para frutales de pepita. En estos dos últimos casos la superficie mínima es de media hectárea.
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Estas subvenciones son mayores si las parcelas tienen al menos un 15% de pendiente. Son de 371 euros para el olivar; 306 euros para viñedo; 543 para frutales de hueso y 480 los de pepita.
«Este tipo de olivar se coge por la subvención. Si no, estaría abandonado. Son muchas exigencias y luego te pagan muy poco por el aceite tan bueno que sale de aquí», reseña Joaquín Redondo en la parcela con gran desnivel que cosecha.
3.352 agricultores y ganaderos están inscritos, además de 178 industrias y 75 comercializadoras
Para ser considerada una producción como ecológica es necesaria, además de cumplir una serie de requisitos, contar con el certificado por parte de la administración. Está regulado desde la Unión Europea.
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Recuerda la Junta extremeña que como distintivo para que el consumidor pueda discernir los alimentos de producción ecológica, además de su marca y alguna de las menciones específicas de la agricultura ecológica, llevan impreso el código de la autoridad y organismo de control y la eurohoja, el logo común en todo el territorio europeo para los productos certificados en los países comunitarios.
Es la Consejería de Agricultura la encargada del control y la certificación ecológica. Cada productor se somete a inspecciones (como mínimo, una al año), además de tener la obligación continua con la Junta para comunicar cultivos o ganado.
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«Es un proceso complicado, que lo tenga claro la gente. No es tan fácil como decir: 'me apunto a lo ecológico para recibir la subvención y ya está'. Los agricultores y los ganaderos que se apuntan a este tipo de producción están haciendo un esfuerzo muy importante», recuerda Antonio Centeno.
«El problema añadido que se encuentran los agricultores y ganaderos de ecológica es que sus vías de comercialización se reducen mucho. No hay muchas empresas a las que poden vender sus productos y eso les influye a la hora de pelear por conseguir un precio a la altura de lo que producen», subraya.
Más valor diferencial
«Claro que se paga más por el aceite ecológico que por el que no lo es, pero la diferencia de precio no responde a lo que cuesta cosecharlo. Por lo menos tenía que haber una diferencia de 0,60 céntimos por kilo más para el aceite ecológico respecto al que no lo es respecto a lo que ahora mismo se paga».
Recuerdan los profesionales del campo que si bien es cierto que la agricultura ecológica elimina el uso de pesticidas y reduce el consumo de energía y de fertilizantes, también tiene menos productividad que la convencional, ya que se producen menos alimentos por una misma superficie de cultivo. Esto provoca que haga falta mas superficie de cultivo y que en ocasiones los precios sean mas altos.
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«Esto puede explicar que también se esté desarrollando bastante bien en Extremadura la producción integrada, otro tipo de producción sostenible como la ecológica pero sin tantas exigencias, digamos», expresa el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
La definición legal dice que la integrada es un sistema agrario de producción y comercialización que utiliza al máximo los recursos y los mecanismos de producción naturales, «introduciendo en ella métodos biológicos, químicos y otras técnicas que compatibilicen la protección del medio ambiente y la productividad agrícola de acuerdo con los requisitos que se establezcan para cada producto en el reglamento técnico».
Hay tres diferencias principales entre la agricultura ecológica y la integrada. Una de las principales diferencias entre ambos sistemas es que mientras en la ecológica tiene un ámbito agropecuario, lo que implica que la producción ganadera también está regulada. En la integrada sólo se regula la producción vegetal, donde se incluyen cultivos como el del arroz, el tomate, el tabaco o los frutales.
Otra de las diferencias fundamentales radica en que la agricultura ecológica no permite el uso de productos de síntesis ni como agroquímicos ni como fertilizantes. En ambos casos sólo se pueden usar productos naturales, y algunos de uso tradicional. En producción integrada, aunque está recomendado el uso de productores biológicos y naturales, sí se pueden utilizar productos de síntesis, «siempre cumpliendo las recomendaciones del técnico asesor y las limitaciones de la norma técnica específica del cultivo».
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Una tercera diferencia es que los productores de producción integrada necesitan precisan tener una asesoría técnica responsable. Por el contrario, en agricultura ecológica no es necesario aunque sí recomendable.
Plan estratégico
Desde el año pasado, la Junta tiene en marcha un plan estratégico para la promoción de la producción ecológica para implantar una estrategia para la producción ecológica que logre «conseguir un amplio desarrollo en la región, aumentando la producción y comercialización de nuestros productos», explica el Ejecutivo regional.
Se trabaja en varios ejes, desde la innovación y la transferencia tecnológica, hasta la formación y el asesoramiento. También se incide en la divulgación, promoción y certificación.
De forma concreta se ha creado una red de asesoramiento regional, con tres puntos de apoyo a los interesados en incluirse dentro del registro ecológico, a través de tres técnicos. Se distribuyen en Plasencia, para dar apoyo al norte extremeño, en Mérida, para la zona centro y en Zafra, para el sur.
También aparece un apoyo incentivador a través de una línea de ayudas a la agricultura y ganadería ecológica dentro del programa de Desarrollo Rural para el periodo 2014-2020, con 59 millones de euros de gasto público. Incluye tanto ayudas para la adopción de prácticas ecológicas como para mantenimiento del sector agrícola, ganadero y apícola.
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Al mismo tiempo gracias a este plan se ha dado sustento económico para ayudas a asociaciones de productores, agrupaciones de productores agrarios y silvícolas, para este año a través de una convocatoria con condiciones específicas para operadores ecológicos. Gracias a esto, por ejemplo, se ha constituido una APA para ovino de carne ecológica. Es pionera en España.
Al mismo tiempo se ha trabajado en la simplificación de los procedimientos administrativos para conseguir la certificación ecológica, siendo para este 2019 completamente telemáticos los tramites de inscripción y renovación.
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