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'Lito' Sánchez, de El Torno,coge las primeras cerezasde la temporada en laúltima semana de abril. DAVID PALMA
La cosecha de cereza arranca a bajo ritmo pero con la mano de obra garantizada

La cosecha de cereza arranca a bajo ritmo pero con la mano de obra garantizada

Tempranas. A falta de saber la producción real, el sector pronostica un precio bajo para las variedades más tempranas mientras se busca consolidar las ventas al exterior y que el mercado nacional gane peso

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Viernes, 1 de mayo 2020, 11:43

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Pablo, de Navaconcejo, y Juan José, de El Torno, llevan una semana mirando al cielo. En febrero, con un mes seco y cálido, la maduración de la cereza, una de las exquisiteces gastronómicas de mayor renombre de Extremadura, aceleró de forma insospechada. El adelanto de la floración aventuraba que antes de que acabara abril decenas de agricultores y trabajadores (en muchos casos, sus familiares) se iban a echar al campo para iniciar la cosecha de las variedades tempranas. Al final, Pablo y Juanjo, como el resto de cereceros del Jerte y La Vera, han debido variar su plan inicial. El frío, con nieve incluida, de finales de marzo y las abundantes lluvias, con tormentas incluidas de abril, ha empujado a un inicio de campaña al ralentí.

«Tiene buena pinta la cereza. Creo que al final no será mucha la merma de producción. Pero queda mayo, que es un mes traicionero», coinciden genéricamente los dos productores. En la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte, de la que forman parte, las estimaciones son parecidas. Sobre este grupo cooperativo de segundo grado (agrupa a cooperativas de base) pivota un cultivo –65% del total– fundamental para una zona donde la agricultura crea riqueza no solo en las parcelas llanas sino, sobre todo, en bancales.

El norte de Extremadura abre las campañas agrícolas en la región, con decenas de jornales en marcha, la tranquilidad de que no habrá problema, presumiblemente, con la mano de obra, y con unas nuevas condiciones sanitarias y de distanciamento impuestas por la pandemia de la COVID-19. La cereza, con la singular picota, vive una campaña más pero realmente diferente. Son algo más de 7.500 las hectáreas productivas de cerezos en Extremadura.

España y China negocian un protocolo para que la cereza pueda llegar al mercado asiático

Pablo Moreno, de 48 años, tiene unas 6 hectáreas de frutales, básicamente cereza, y en menor medida castaño e higo repartidas en tres parcelas diferentes. Dos están en Navaconcejo y una en Casas del Castañar. Tres generaciones antes de él han sido cereceros. «Ahora son malas las perspectivas de la campaña en cuanto a precio. Es lo que se habla sobre las variedades tempranas. Espero que cambie esto», comenta el agricultor de Navaconcejo.

«Con dos euros por kilo en las variedades tempranas se puede considerar un precio razonable para los agricultores. Si el árbol tiene buena cosecha, puede dar entre 30 y 40 kilos por árbol. El precio es ahora menor», añade.

«Trabajamos muchísimo. La cereza es un producto que requiere mucho trabajo casi todo el año si quieres que todo salga bien», finaliza.

La Agrupación de Cooperativas, con su marca Zalama, copa el 65% de la cereza extremeña.
La Agrupación de Cooperativas, con su marca Zalama, copa el 65% de la cereza extremeña. David Palma

Sistema

Moreno es uno de escasos agricultores del Jerte y La Vera que tiene un sistema de protección para sus cerezos. Coloca estructuras cubiertas en las parcelas con las que protege a los árboles. Tienen 4,5 metros de altura.

«No se puede hablar de invernadero porque no lo es. Son unas carpas que valen mucho dinero y que suponen un riesgo a la hora de rentabilidad pero también asegura la producción ante heladas o el granizo», sostiene.

La Agrupación de Cooperativas logró facturar 60 millones el año pasado

«Por el tamaño de nuestras parcelas, cualquier cosa que dañe al árbol se nota mucho», afirma Juan José Sánchez, de 38 años, que tiene también seis hectáreas. «Mi suegro, mi padre, una parte que he comprado... así he llegado a las seis hectáreas. También tiene castaños y olivos. El año que viene pondré higueras porque hay que diversificar», subraya.

Juanjo pone de relieve uno de los rasgos definitorios del sector cerecero extremeño: la pequeña dimensión de sus explotaciones. La media es de 2 hectáreas. Una realidad muy alejada del resto de frutales de la región que se agolpan a lo largo de las Vegas Bajas del Guadiana.

Además, el cerezo del Jerte es de secano en su inmensa mayoría, frente al riego necesario del resto de frutales extremeños.

«No somos nuevos en esto. Y hablo no en nombre mío sino de los productores. La gente lleva generaciones produciendo cereza en esta comarca y eso se nota», reflexiona Mónica Tierno, directora general de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, que mueve aproximadamente el 65% de la cereza extremeña.

Tiene 28 años y es de Cabrero, otro municipio de la comarca jerteña. «La picota es nuestro producto estrella, no tiene comparación con ninguna otra cereza. Es imposible por sus peculiares características de sabor», especifica Tierno.

«Tenemos competidores en otros sitios pero esas cerezas no se parecen en nada a las nuestras, nuestro sabor es único»

Juanjo Sánchez | Agricultor de El Torno

En España, lejos de la variedad picota, única en nuestra región, Aragón aparece como el otro competidor de cereza. Allí se cultiva en parcelas llanas y en intensivo. Y fuera del país la lucha por copar consumidores es más enconada de lo que pudiera pensarse: Italia, Turquía, Francia, Alemania, «incluso Bélgica y Reino Unido tienen producción propia. Nos movemos también en un mercado muy duro», señala la directora general de la Agrupación, que habla con soltura inglés y alemán y se defiende en danés y en francés.

Mónica Tierno ha estado residiendo en dos grandes capitales europeas hasta que en junio pasado accedió a ser la responsable ejecutiva de las cooperativas del norte extremeño. En Berlín (Alemania) pasó dos años trabajando y en Copenhague (Dinamarca), otros dos.

Ahora está al frente de la Agrupación, una de las empresas más potentes en el conjunto regional y que facturó 60 millones de euros el año pasado. Está formada por 15 cooperativas (11 de la comarca del Jerte y 4 de La Vera) que suman 3.500 socios y más de un centenar de personas forman su plantilla fija, que puede llegar a picos próximos al millar de trabajadores eventuales en las campañas en su central de Valdastillas. El grupo cooperativo suele mover entre 17 y 23 millones de kilos de cerezas al año.

Las variedades tempranas se colocan normalmente en el mercado nacional.
Las variedades tempranas se colocan normalmente en el mercado nacional. David Palma

Protocolo chino

Muchos de los productos que pasan por la Agrupación –cerezas, castañas, frutos del bosque, higos...– terminan en los mercados exteriores. «Aquí se está haciendo un esfuerzo muy grande en promoción y en captar mercados. Es fundamental para que la calidad de la cereza tenga una mejor salida y sus productores vean recompensados sus esfuerzos», expresa.

La exportación supone cerca del 60% de la cereza extremeña (porcentaje más alto en el caso de la picota que se cobija bajo la denominación de origen). Alemania, Reino Unido, Italia, en Europa, y Brasil y Hong Kong, como territorios más lejanos, la consumen. El objetivo ahora es China.

Desde el año pasado se está negociando un protocolo entre el Gobierno español y el chino para que la cereza llegue al país asiático. «La negociación sigue en marcha pero si todo va bien no estaremos allí hasta dentro de dos campañas, intuyo», define Tierno.

«Cualquier mercado nuevo es bueno pero la verdad es que a mí no me da mucho tiempo para pensar en eso. Solo quiero coger la cereza bien y que nos paguen un buen precio como se merece», añade Juanjo mientras empieza a recolectar el fruto junto a su hermano Lito.

«Este año no necesitaré mano de obra fuera de mi familia. Me apañaré. Otros años necesité a dos o tres jornaleros pero no será necesario en este», recalca. «Hemos creado una bolsa de trabajo y tenemos ya 2.800 inscritos. Este año no hará falta mano de obra», incide José Antonio Tierno, presidente de la agrupación. «La novedad este año son los cambios a los que nos obliga el coronavirus. Estamos preparados para trabajar con las medidas de protección», concluye.

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