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José Manuel Guerra, ganadero. :: CEDIDA
«Si el campo se explota con sentido común se vive bien»

«Si el campo se explota con sentido común se vive bien»

José Manuel Guerra | Ganadero de limusín ·

Es un profesional que dejó la medicina para dedicarse a la ganadería familiar

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS

Jueves, 1 de enero 1970

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Después de estudiar Medicina y de haber pasado un tiempo en el extranjero, José Manuel Guerra decidió volver a sus raíces, a su tierra. Este profesional, de familia ganadera, se hizo cargo de la explotación de su padre, que la tenía como ocupación secundaria. En la actualidad, tiene limusín de raza pura para carne. Sus animales son vendidos a la cooperativa Coprado. Su finca está entre Arroyo de la Luz y Casar de Cáceres.

-¿Por qué ese cambio de vida?

-La Medicina me sigue gustando. Además, la parte filantrópica y de ayudar a la gente es lo mejor que tiene. Después de estar fuera, te das cuenta de que lo que te hace feliz, lo tienes más cerca de lo que tu pensabas. El desarraigo cuando estas fuera es importante. Todo ello se une a que el campo siempre me ha gustado. La vida es más tranquila que en un hospital. Valoro esa tranquilidad, libertad y paz que me da el campo y los animales. Es una vida que la he vivido desde pequeño.

«Tener una carrera universitaria no quiere decir que no te puedas dedicar a este mundo»

-Es cierto que no es un prototipo de ganadero.

-Cuando cuento el cambio de vida la gente se sorprende. Creo que esa sorpresa viene motivada porque no se sabe lo que te puede brindar el campo. Además, si no hay gente que se ocupe del sector primario, nadie va a poner una lechuga o un filete en la mesa. Tener un perfil técnico y tener una carrera universitaria no quiere decir que no te puedas dedicar a este mundo. Esa formación no es ningún inconveniente, todo lo contrario.

-También es verdad que hay pocos jóvenes en el sector ganadero

-Es cierto. Además, hay algunos que se meten a cazar primas. Confían en el apoyo de la Unión Europea, que en teoría nos lleva de la mano y facilita la incorporación al mundo agrario. Sin embargo, hay que justificar todos los ingresos y pormenorizar cada euro en el caso de que te concedan ese apoyo. También hay que cumplir una serie de requisitos. En el pasado hubo polémica porque había jóvenes que se metían para conseguir el dinero para otros fines. No debería ser el objetivo de una prima. El fin es incrementar el campo y cambiar el concepto. Hay que luchar contra la despoblación de las zonas rurales.

-¿Cómo ve la situación del campo y, concretamente, el vacuno?

-A mí, por ahora, me va bien. Existe una serie de pagos y ayudas que la Unión Europea y la Junta te proporciona por animal con el fin de apoyarte. Por tanto, si el campo se explota con sentido común y no se hacen tonterías se vive bien. Es cierto que hay que trabajar mucho. Otro tema interesante es que también se pueden diversificar las actividades y el modelo de negocio, obteniendo un mejor rendimiento del terreno.

-¿Algún inconveniente?

-El mayor inconveniente es la sequía. A pesar de ello, creo que el sector va bien, pero si hubiese más apoyo a nivel europeo, sería mejor. El problema es que, con la normativa de la PAC, lo aplican a un todo en el ámbito europeo. Ejemplo de ello son las campañas de saneamiento para la prevención de distintas enfermedades. La normativa se desarrolla en un marco europeo. Pero no se tiene en cuenta los vectores, que pueden ser distintos, así como las condiciones atmosféricas, ni las mismas razas de animales. No se puede comparar ganaderías de un país a otro. Quieren meter todo en el mismo cajón y es una equivocación.

«Con la PAC quieren meter todo en el mismo cajón y eso es una equivocación»

-¿Por qué limusín?

-Me gusta el animal y se adapta muy bien a las condiciones climáticas de Extremadura. Son vacas dura y aprovecha bien la comida que hay. También me gusta por la experiencia de otros animales.

-¿El futuro?

El futuro pasa por seguir creciendo y mejorar la raza. Quiero que los animales estén bien, ver a las vacas con buen peso y que tengan una buena calidad de vida, porque eso influye en la calidad de la carne y del producto. A partir de ahí, siempre hay que mejorar.

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