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El anteproyecto de ley de residuos hace aguas

ANÁLISIS AGRARIO ·

La obligación de ofrecer agua de grifo gratuita impacta de forma directa en las empresas de envasado de agua mineral, que hay que recordar que utilizan botellas de plástico cien por cien reciclable

JUAN QUINTANA

Lunes, 22 de junio 2020, 09:45

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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha puesto en marcha el proceso de tramitación de la futura Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Queda todavía un año por delante donde se articularán los procesos de consulta y participación pública. Con este anteproyecto de Ley se trasponen diferentes temas recogidos en la directiva de residuos de 2018, por ejemplo la limitación de determinados plásticos de un solo uso y el establecimiento de un impuesto que favorezca la reducción de los envases de plástico no reutilizables, que se estima podría suponer un ingreso directo para las arcas públicas de más de 700 millones de euros.

Vaya por delante que el objetivo general de esta futura Ley es ambicioso pero necesario. Otra cuestión es el camino propuesto para conseguirlo, que quizá no tenga todavía el mejor trazado en alguno de sus tramos. No es posible entrar a valorar los múltiples aspectos que recoge esta normativa, pero algunos de ellos afectan directamente al sector agroalimentario. Por ejemplo, la obligación de ofrecer agua de grifo gratuita impacta de forma directa en las empresas de envasado de agua mineral. Si el objetivo es reducir el impacto medioambiental de los plásticos, es importante recordar que las botellas de agua mineral son de plástico cien por cien reciclable. Además, en la actualidad se separan a través de los contenedores el 94% de las botellas de PET, según datos oficiales de Ecoembes. Con respecto a las botellas de plástico, algo que afecta no solo al agua embotellada sino a otros muchos alimentos y bebidas, en 2025 se deben llevar a reciclaje el 77% en peso llegando al 90% en 2029, lo que nos indica que nos encontramos en una buena posición.

En definitiva las botellas de agua mineral comercializadas en la Unión Europea, y en España en particular, cumplen con un nivel de reciclaje superior a los objetivos marcados por la Unión Europea para los envases plásticos. No hay que olvidar que hay un gran número de países en otros continentes, con elevadísimas tasas de concentración humana, que no tienen sistemas adecuados de gestión de residuos y que, por tanto, generan los grandes focos de residuos plásticos. En todo caso es esencial seguir mejorando la reciclabilidad de los plásticos e incrementado al máximo las tasas de reciclaje en España.

Por otro lado, el sector hostelero también ha manifestado su disconformidad con el servicio gratuito de agua; algo comprensible, porque les obliga a reducir la venta de un producto que les proporciona beneficios, y potenciar otro que les supone un coste. El agua de grifo la pagan de su bolsillo y ahora se les obligará a regalarla. Además, hay que volver a recordar que el agua de grifo y el agua mineral, aun siendo el mismo producto, tienen unas características bien diferentes. El agua mineral es natural, sin ningún tratamiento químico y obtenido en zonas sujetas a estrictas normas de protección medioambiental. Por su parte, la de grifo, aun siendo segura para el consumidor, está muy alejada de estas características, ya que sí tiene tratamientos químicos. Haciendo un símil agrario y salvando las diferencias, sería como elegir entre un tomate ecológico y uno convencional, ni mejor ni peor, pero sí diferente.

En cuanto a la gestión de residuos agrarios, Rocío Pastor, directora de SIGFITO, valora el avance en cuanto a responsabilidades, obligaciones, mayor control y un régimen sancionador bien definido. Sin embargo, también destaca que se incorporan nuevas obligaciones muy difíciles de cumplir, como hacer responsable al agricultor de la actuación de los gestores y tratamiento final del residuo, o que los sistemas de recogida tengan que cumplir objetivos que no dependen solo de ellos. En todo caso se ha vuelto a perder una excelente oportunidad de promover una solución integral para todos los residuos que se generan en una explotación agraria, no solo a los plásticos agrarios.

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