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A vueltas con las trazas

Un estudio realizado por el Instituto Medioambiental de Múnich ha detectado que existen residuos de herbicida en varias marcas muy conocidas de cerveza. Rápidamente han saltado las alarmas, ya que se trata de un fitosanitario en un alimento muy popular

JUAN QUINTANA

Lunes, 7 de marzo 2016, 09:54

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De todos es sabido que en los alimentos existe riesgo de presencia de trazas. No es otra cosa que la posibilidad de que aparezca una ínfima parte de un componente alimentario ajeno al alimento en cuestión; por ejemplo, frutos secos en una tableta de chocolate, que por su característica comercial, no los debe contener. La explicación es muy sencilla, en una industria alimentaria, la maquinaria se utiliza para hacer muchas variedades de un mismo producto y, a pesar de la labor de limpieza de tolvas, depósitos y otras máquinas de procesado, siempre puede quedar un pequeño resto en algún recoveco. Por ello es obligatorio etiquetar esta posibilidad, entre otros motivos, por temas alergénicos, avisando a los consumidores, sobre todo a los que sufren estas patologías. Hasta aquí todos de acuerdo, hay un buen etiquetado para un riesgo, aunque sea mínimo.

El problema que ha surgido en Alemania va más allá y tiene poco que ver con el riesgo. Un estudio realizado por el Instituto Medioambiental de Múnich ha detectado que existen residuos de glifosato en varias marcas muy conocidas de cerveza. El glifosato es un herbicida de uso muy extendido en todo el mundo. De hecho, el herbicida más utilizado. Rápidamente han saltado las alarmas, ya que se trata de un fitosanitario en un alimento muy popular. Por cierto, que este herbicida ha pasado todas las pruebas de seguridad medioambiental y sanitaria en todos los lugares del mundo, incluso en relación con factores cancerígenos, algo que en los últimos meses también ha saltado a la palestra. Lo preocupante es que se encienden las luces de alerta por la detección de una parte ínfima de producto, en concreto, entre 0,5 y 29,7 microgramos por litro. El nivel es superior a la cantidad máxima autorizada para el agua, ya que en el caso de la cerveza no existen límites establecidos. Esto no debe preocupar, en primer lugar porque el volumen de agua consumida es muy superior al de cerveza. Pero sobre todo y de acuerdo con los estándares de seguridad sanitaria de este producto, que son los que analizan las autoridades de seguridad alimentaria, la EFSA en el caso de la Unión Europea, sería necesario beber alrededor de mil litros al día para que afectara a la salud.

Al igual que en los productos en fresco pueden existir residuos de fitosanitarios dentro de unos límites máximos regulados, también pueden existir estas trazas en alimentos elaborados a partir de otros cultivos. Por ejemplo la cebada y la cerveza. Ni que decir tiene que no procede su etiquetado, ya que si hubiera que identificar cualquier elemento presente en un alimento que, ingerido en cantidades masivas perjudicara a la salud, haría falta mucho más que un etiqueta para cada alimento.

En este caso concreto también hay que explicar que el volumen de herbicidas utilizado en el centro y norte de Europa es mucho mayor que en España, sobre todo en el cereal. La climatología favorece la aparición de malas hierbas, en especial en la última fase del cultivo, lo que fuerza la aplicación de tratamientos. Sin embargo, en buena parte de España, con unas condiciones estivales mucho más extremas, su desarrollo es mucho menor.

En todo caso, no estaría de más que la industria, en caso que no lo haga, controle los residuos que pudiera contener la materia prima que utiliza. Se deben mantener en unos niveles que no permitan hacer comparativas. Como dice el dicho popular, las comparaciones son odiosas, además de perjudicar a la reputación de un producto de alto consumo y alta calidad.

Por cierto, que el glifosato y como se hacía mención más arriba también, ha sido atacado en estos últimos meses, acusado de ser un potencial agente cancerígeno. También esta vez la EFSA ha tumbado esta sospecha y la Comisión va a proponer renovar su autorización al juzgar improbable su riesgo cancerígeno.

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