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ACABA EL VERANO, PERO NO LA CRISIS

Para evitar el impacto de medidas como el veto ruso es necesario poner en marcha estrategias proactivas. Por ejemplo, la promoción del consumo y la diversificación de destinos, lo que evita dependencias y disminuye los impactos geopolíticos

ANÁLISIS AGRARIO JUAN QUINTANA

Martes, 2 de septiembre 2014, 08:51

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HA terminado el verano, al menos en lo que respecta al habitual periodo vacacional. En el sector agrario suele ser una época de actividad, no tanto por la actividad política, como por la desafortunada importancia que tienen los incendios forestales y el seguimiento detallado de cómo evolucionan nuestras reservas hidraulicas. Además de estos temas de protagonismo estival, este verano ha estado marcado por la crisis rusa y el impacto de las sanciones aprobadas por este país contra el sector agroalimentario europeo.

En lo que respecta a las reservas de agua la situación es satisfactoria. España se encuentra al 67,7% de su capacidad total, con 37.442 hectómetros cúbicos embalsados. Esto supone un 8,3% menos que el pasado año, pero un 23% más que la media de los diez últimos años. La cuenca del Guadiana se encuentra en mejor situación, con reservas del 76,6% mientras que la del Tajo es la más escasa, después de la del Júcar y Segura, con el 55,8% de su capacidad. En cualquier caso, ambas muy por encima de la media del último decenio.

Respecto a los incendios la tendencia ha sido similar a la de las reservas hídricas, ambas directamente relacionadas con la pluviometría y por tanto con la humedad de los terrenos y de la vegetación. Hasta el 10 de agosto y de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente (MAGRAMA), el verano de 2014 está siendo más activo que el de 2013, tanto en conatos como en número de incendios. Sin embargo, se trata del año con menos focos detectados de los últimos diez, solo por detrás de 2007 y del ya mencionado 2013.

El incendio que todavía no se ha apagado es el del veto ruso a los alimentos europeos, y parece que va para largo, a pesar de su supresión para algunos productos no esenciales. Lo menos malo de esta crisis ha sido la reacción rápida en pleno agosto, de la Administración europea, de la nacional y de las regionales, para poner en marcha iniciativas que palien el impacto en nuestro sector.

El MAGRAMA ha aclarado al sector que los 158 millones de euros correspondientes a los dos reglamentos de ayudas a los productores afectados, corresponden a presupuestos de la Comisión Europea, por lo que la reserva de crisis de 427 millones de euros sigue disponible.

También es importante destacar las mejoras que incorporan, como el ajuste de condiciones entre agricultores y organizaciones de productores. No menos importante es la retroactividad de su aplicación desde mediados de agosto, lo que despeja un duda importante, resuelta con sentido común. Quizás la ventaja más significativa es la ampliación de la retirada del mercado de melocotones y nectarinas a otros destinos que no son las organizaciones no gubernamentales.

De cara a evitar el impacto de este tipo de iniciativas, no basta con actuar de forma reactiva, aunque sea imprescindible hacerlo, sino que es necesario poner en marcha estrategias proactivas. Por ejemplo la promoción del consumo, que en el caso de frutas y hortalizas es necesario, no solo por la economía, sino por salud. Por supuesto, la diversificación de destinos es esencial para evitar dependencias y disminuir el riesgo de impactos geopolíticos.

Aunque la actualidad del problema ruso se ha centrado en el sector hortofrutícola, también el sector ganadero se ha visto directamente implicado, si bien es cierto que ha sido más un efecto de alerta que un gran problema comercial. Los motivos son varios, como la no estacionalidad de la producción, el carácter menos perecedero del producto, con más opciones de conservación, así como la mayor diversificación de países de venta. En este sentido todavía se está analizando su efecto.

En todo caso, la percepción general por parte de las comunidades autónomas es satisfactoria y bastante alineada con el MAGRAMA y con la Comisión, a pesar de las diferentes opiniones sobre las medidas aprobadas y futuras. Habrá que esperar al 5 de septiembre en que se celebrará la sesión extraordinaria de ministros de agricultura para valorar el impacto global del embargo ruso en toda la UE, y en España en particular.

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