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Amores y odios a nuestros graneles

ANÁLISIS AGRARIO ·

España se mantiene a la cabeza de las exportaciones de vino, con un 22% de cuota de mercado. El destino del envasado es principalmente Estados Unidos por valor y Alemania por volumen. En el caso de granel, Francia sigue siendo nuestro principal mercado exportador. El conflicto de los viticultores franceses con los caldos españoles está cada vez más enconado. El sector debe lograr elevar el precio de los vinos españoles a granel, de gran calidad y por debajo de la media del mercado

JUAN QUINTANA

Lunes, 11 de septiembre 2017, 08:40

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La producción mundial de vino en 2016 fue de 267 millones de hectolitros, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Viña y el Vino. Supuso un 3% menos que en la anterior campaña. Por otro lado, la tendencia a la baja de la producción no fue paralela al consumo, que se mantuvo estable con 242 millones de hectolitros. Por tanto, a pesar de la menor obtención de vino, se mantuvo el superávit productivo. Uno de los objetivos del sector es incrementar el consumo de forma sostenida, para poder aumentar la demanda y por tanto el precio. Son datos a nivel global, pero caso por caso las tendencias europeas no son coincidentes. España produjo un 4% más, hasta los 39,3 millones de hectólitros, la producción italiana creció en un 2% hasta rozar los 60 millones de hectolitros, mientras que en Francia cayó el 7% bajando a los 43,5 millones de hectolitros.

A pesar de que Francia e Italia superaron a España en volumen de producción, nuestro país se mantiene a la cabeza de las exportaciones, con un 22% de cuota de mercado. En este contexto, el comienzo de año ha sido muy bueno. Se ha incrementado el precio medio de las exportaciones de vinos a granel hasta un 13% y un 7% en el caso de vino envasado, de acuerdo con la información proporcionada por la Federación Española del Vino.

En cuanto a los destinos del envasado domina el mercado de Estados Unidos por valor y Alemania en volumen. Toman fuerza Canadá, China y Suecia como compradores de este tipo de vino español. En el caso de granel, Francia sigue siendo nuestro principal mercado exportador, seguido de Italia y Portugal. El gran hándicap de las exportaciones españolas es el precio medio, por debajo del que tienen los caldos franceses e italianos. Este problema se acentúa en el caso de vinos a granel, donde el precio por litro sigue siendo bajo, a pesar de su tendencia creciente.

En el momento actual, con la joven interprofesional ya en funcionamiento, es importante reflexionar sobre el nivel al que se quiere llevar el vino a granel español y tomar medidas para ponerlo en valor en los mercados internacionales.

En Francia el conflicto de sus viticultores con los vinos españoles está cada vez más enconado. Una tensión unilateral que ha quedado plasmada con el volcado y vaciado de camiones cisterna y el derrame de vinos españoles en los lineales. Ahora, algunas importantes cadenas de distribución anuncian que dejarán de vender vino español. El origen de estos habituales y lamentables actos de vandalismo galo proviene precisamente de los bajos precios del vino a granel español. Este dato unido a su calidad, conlleva una compra masiva por la industria francesa. Los viticultores afirman que hay fraude y competencia desleal. Sin embargo, en caso de haberlo, podría y debería ser investigado por las autoridades competentes, detectando si, por ejemplo, se envasa vino español con etiquetado francés. Pero no es el caso, es una cuestión de costes, ya que España es muy competitiva a la hora de poner en el mercado su producto y lo puede vender a muy bajo precio. Por cierto, algo que como ya se ha destacado en este artículo, tampoco es plato de gusto para el viticultor español.

Tampoco podemos olvidar el complejo escenario político por el que pasa el país vecino, donde los nacionalismos exacerbados toman fuerza y sirven de catalizador social a este tipo de acciones vandálicas, que deberían ser cauterizadas por el propio Gobierno francés o por la Comisión. Lamentablemente, la preocupación inmediata, va mucho más allá de un problema bilateral de carácter comercial, y se centra en el futuro de la Unión Europea, por el que querrán brindar con un buen vino, sea cual sea su etiqueta.

En todo caso y al margen de las circunstancias políticas, el problema se solucionaría o al menos se favorecería la solución, si el sector consiguiera elevar el precio de los vinos españoles a granel, que son de alta calidad y se encuentran por debajo de la media del mercado.

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