Los almacenistas, eslabón clave en la cadena alimentaria

Es importante destacar que, entre otras funciones, los almacenistas de cereales y oleaginosas contribuyen a mantener el mundo rural, y juegan un importante papel en la España vaciada. En España existen más de 500 empresas, principalmente pymes de carácter familiar, dedicadas al comercio de cereales y oleaginosas, representando el 70% del sector y, gestionado por cooperativas, el 30% restante. Muchas de ellas son de carácter familiar y de segunda y tercera generación, localizadas mayoritariamente en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Por tanto, son clave para las economías locales, la vertebración del territorio y la creación de empleo. Mantienen 50.000 puestos de trabajo en zonas rurales, generando una actividad económica que ronda los 3.000-4.000 millones de euros, de acuerdo con las declaraciones de Marcos Martínez, presidente de ACCOE.

Sobre todo desempeñan un importante papel proporcionando servicios y asesoramiento al agricultor, y actuando como operadores logísticos que aseguran el suministro de materias primas básicas para la industria transformadora. Son proveedores de las industrias de segunda transformación de pan y bollería, pasta, cerveza, almidones, etc., además de su contribuir de forma muy significativa a la cadena ganadera. Es por tanto, un papel esencial que debe dar valor a las producciones agrarias y mantener la estabilidad y el suministro constante a la industria alimentaria, clave para nuestra economía.

Un eslabón de la cadena que contribuye a la seguridad alimentaria y a la trazabilidad de los alimentos, desde que salen de las explotaciones de los agricultores hasta que llegan a la mesa del consumidor.

En cuanto a las previsiones de futuro, en dicho encuentro se analizó la campaña 2019-2020, y se anunció una tendencia alcista en los precios internacionales para finales del 2020 y para el 2021, en particular para el trigo y la soja. Sin embargo, se prevé una caída de las cotizaciones del maíz a partir del próximo Diciembre, debido fundamentalmente al exceso de superficie sembrada en Estados Unidos. España es importador neto de cereales, incluso en años de grandes cosechas, lo que implica una gran dependencia del mercado mundial. En todo caso, el sistema de almacenaje y gestión de stocks existente en nuestro país permite gestionar años de cosechas cortas.

Durante los primeros meses de campaña, entre julio y diciembre, las importaciones de cereales de nuestro país han acumulado más del 39% de todas las adquisiciones europeas, con 5 millones de toneladas importadas, en particular maíz (4,3), seguido de cebada y trigo, con 0,3 y 0,2 respectivamente. Los principales proveedores comunitarios son Brasil y Ucrania. Se trata de datos que muestran la importancia de nuestras importaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que la producción nacional es de 23,7 millones de toneladas de cereal, sin contar la producción de arroz.

En Extremadura la producción de cereales fue de 1,5 millones de toneladas en la campaña 2018/2019, en una superficie de 259.000 hectáreas, destacando maíz grano, trigo, cebada y avena. De media supone una productividad del 5,8 toneladas/hectárea, por encima de las 3,9 de media nacional.