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A por la 'tercera revolución' oleícola: así será el olivar dentro de 15 años

A por la 'tercera revolución' oleícola: así será el olivar dentro de 15 años

Un coloquio de Expoliva pone sobre la mesa la clave de la transformación de la olivicultura: más variedades, mecanización y digitalización

Natalia Ortiz

Sevilla

Lunes, 17 de mayo 2021, 10:42

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Más que una tercera revolución, la olivicultura vive en una transformación permanente. Esa fue una de las principales ideas del coloquio celebrado en el marco de Expoliva, y que, moderado por el consultor estratégico Juan Vilar, puso sobre la mesa los principales aspectos que harán que el olivar cambie 180 grados en los próximos años.

«En los últimos 26 años, la olivicultura se ha transformado de forma extraordinaria», ha asegurado Jordi Mateu, CEO del Grupo Agromillora, que ha hecho balance de cómo el olivar en seto, del que Agromillora fue uno de los principales impulsores, ha influido en dicha transformación.

«Ahora mismo, el olivar en seto es el modelo de referencia, y esto ha supuesto varias cosas: acelerar el periodo de entrada en recolección, conseguir producciones más altas y un grado de mecanización muy alto», ha explicado.

Como retos, Mateu plantea que aún se pueden subir las producciones por hectárea, «hay espacio para que crezcan más a través de la genética y el manejo». «Esto será una herramienta más para que los productores puedan enfrentarse mejor a las fluctuaciones de precios».

Consolidar el olivar en seto para el secano es otro de los grandes objetivos. «Se calcula que hay más de 6 millones de hectáreas de secano en España, hay que avanzar en ese camino», ha asegurado.

Más variedades

Por otra parte, y como punto muy importante de la transformación, Mateu nombraba las variedades, muy limitadas actualmente para el olivar en seto (las más usadas son arbequina, koroneiki y arbosana, aunque también empieza a ser popular la sikitita ) «Al requerir variedades de bajo vigor o compactas, se ha excluido a otras tradicionales y fantásticas».

Hay, como él mismo ha explicado en Expoliva, numerosos estudios centrados en conseguir adaptar más variedades al olivar en seto, y que, además, sean más resistentes a enfermedades.

«Necesitamos variedades que nos den distintas calidades de aceite y que aumenten la producción. En el mercado es muy evidente de que hay una saturación de este perfil de variedades tipo dulces como arbequina, el mercado pide otro tipo de aceites ya», ha asegurado el CEO de Agromillora.

El futuro del olivar

En cuanto a la pregunta de cómo será el olivar en 15 años, Mateu avanzaba que, siempre dentro del sistema en seto, «habrá nuevas variedades, la mayoría desconocidas ahora mismo, la mecanización será integral, autónoma y conectada, y el 100% del aceite será extra virgen».

«El gran porcentaje del fruto se recogerá antes de navidad, y se recogerá del árbol. Esto, que tiene una implicación tremenda en todos los aspectos, tendrá, a mi juicio, un impacto muy positivo para el mercado», avanzaba Jordi Mateu.

«Si conseguimos que el 100% del aceite sea extra virgen, mitigaremos la alternancia, ofreciendo un flujo más constante de un producto de calidad excelente. Terminarán desapareciendo los lampantes, lo que dará más claridad al consumidor y nos beneficiará», ha sentenciado.

Una necesaria innovación

Por su parte, Pablo Vega, CEO de Balam Agriculture, concretaba que toda la revolución tiene que estar basada en la innovación y en la puesta en práctica de las investigaciones.

«Si hay algo muy claro, es que toda la gran revolución, que creo que ya estamos viviendo, va a venir de la mano del olivar en seto. Incluso la aceituna de mesa está dando el paso, cada vez hay más con este sistema», ha detallado.

Además, se ha mostrado de acuerdo con la «revolución varietal» que nombraba Jordi Mateu, y aseguraba que «también hay que buscar más estabilidad en el aceite de las variedades que ya se están usando». «Existen muchos programas de mejora genética, incluido el de Balam, viene una gran revolución en ese aspecto».

También los manejos, que se encaminan a poder trabajar con un techo productivo más alto, y la digitalización, siempre unida a una mecanización eficiente y conectada, son los grandes objetivos para la próxima década. «Ya se usa la sensorización, tanto en suelo como en planta como en clima, pero hay que seguir avanzando en ese campo», aseguraba Vega.

De otro lado, hacía hincapié en la necesidad de estar mejor posicionados en los mercados internacionales. «Tenemos la mejor grasa vegetal del mundo y, sin embargo, ocupamos un nicho muy pequeño del mercado internacional». «Somos muy buenos produciendo aceite, pero tenemos que ser los mejores vendiéndolo», afirmaba.

Un modelo productivo sostenible

Por último, Alfonso Lorenzi, director de Marketing de NH Iberia, afirmaba que esta revolución constante que vive el olivar tiene que ir acompañada de sostenibilidad medioambiental. «Tenemos que tener un modelo productivo sostenible, que sea eficiente con el uso de insumos».

Lorenzi adelantaba que New Holland presentará una novedosa máquina relacionada con el olivar próximamente, en el camino de conseguir máquinas «que ahora mismo parecen ciencia ficción». «Queremos que la máquina no tenga limitación si hacemos setos más anchos o altos, que se pueda ir adelantando a la realidad del campo».

De otra parte, se mostraba de acuerdo con el resto de ponentes: sensorizar el campo es fundamental para tomar decisiones correctas.

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