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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Operarios de Comercial Ovinos seleccionando la lana en la cinta.
Lana extremeña hacia India y China

Lana extremeña hacia India y China

Comercial Ovinos recoge en su nave de Villanueva la producción de dos millones de ovejas de Extremadura, Andalucía y Portugal

Antonio Gilgado

Miércoles, 20 de julio 2016, 22:43

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Hasta no hace mucho tiempo, esquilar una oveja suponía un gasto y un quebradero de cabeza para los ganaderos. Había que pagar a los esquiladores y casi por la retirada de la lana, que se pagaba a poco o a casi nada. Hoy, aun con los precios muy bajos de esta campaña y descontando el sueldo del que esquila, cada oveja puede dar tres o cuatro euros en lana. Impensable hace años.

La situación se ha revertido, lo que antes era un gasto ahora se entiende como un valor añadido. Parte de este cambio lo explica Marco Antonio Calderón, gerente de Comercial Ovinos, una entidad formada por cooperativas de primer y segundo grado de Extremadura y Andalucía que decidieron irrumpir en el mercado textil en el año 2002.

La trayectoria que han seguido es toda una clase economía de escala. Facturan cada año entre diez y once millones de euros y se mueven en un entorno económico en el que influye desde la moda o el diseño hasta el precio del petróleo -tejido sintéticos muy baratos- o el calentamiento del planeta -este año no ha hecho frío ni en Rusia- .

Hasta la nave de la carretera de Campanario, en Villanueva de la Serena, llega lana de socios de Extremadura, Huelva, Sevilla y Córdoba más las de otros asociados de Cádiz o Portugal.

Por volumen, se puede decir que por estas instalaciones pasa la lana que cubre cada año a más de dos millones de ovejas de todo el suroeste ibérico cooperativo.

Solo en Extremadura, hay más de dos mil quinientos ganaderos que descargan aquí tras la esquila.

Comercial Ovino se gestó en el 2002 como respuesta a un mercado que discriminaba por completo a los ganaderos. Hasta que llegó, la lana se vendía por subastas y los laneros de entonces acordaban antes de cada sesión las tarifas y nunca subían los precios. Con este sistema, costaba dinero deshacerse de la lana.

El objetivo, recuerda Marco Antonio Calderón era cooperar y revertir el mercado, pero ninguna cooperativa tenía volumen para comercializar individualmente, por eso se optó por la agrupación. Decidieron saltarse a los intermediarios, las subastas manipuladas y saltar directamente al mercado textil. En Villanueva se negocia con el ganadero y con el empresario textil, con el primer y último eslabón de la cadena.

Rentabilizar el producto implica aglutinar mucho volumen y operar en el extranjero para acercarse a los precios que pagan los industriales chinos e indios.

A simple vista, parece un proceso sencillo y casi natural, pero al escuchar el relato de Marco Antonio Calderón se diluye esa idea. «Es muy, muy complicado», sentencia.

El primer obstáculo, recuerda el gerente, fue sortear el boicot de las empresas comercializadoras que controlaban las subastas. Se negaron a lavar y cardar la que llegaba de la cooperativa y tuvieron que hacerlo algunos años en Polonia e Italia.

Hoy, la mayoría de esas empresas que boicotearon han cerrado y solo resiste una de Béjar, en Salamanca, gracias precisamente a que la cooperativa extremeña ha entrado en el accionariado para evitar la quiebra.

Hasta esta transformadora de Salamanca sólo llega el 25% de la lana, el 75% restante sale fuera clasificada en sucio a China e India. Desgraciadamente, cuenta, la rentabilidad está allí. «Tienes que verlo a largo plazo, porque superar barreras culturales, de divisas de control de fronteras son procesos complejos que debes ir puliendo con vistas a muchos años».

La brecha en los costes de producción tan grande entre occidente y el mundo asiático hace que hoy se le gane más dinero a la venta en sucio que cardarla y plancharla en Europa. «La exportación nuestra tiene un sabor agridulce. Llegamos a mercados internacionales, pero enviamos materia prima sin tratar, porque allí es más barato que aquí. Es algo que las altas autoridades europeas deberían revisar, estamos generando empleo fuera, no aquí».

A diferencia de lo que producen las ovejas de la campiña inglesa, que se destina a alfombras y moquetas, la raza merina genera fibras más suaves y se destina principalmente para prendas de vestir.

Precios distintos

Otro problema añadido radica en la negociación de precios. No hay una tasa fija, se decide en función de la calidad del lavado y cardado y del tipo de producto. «Es como el kilo de cerdo, el jamón, la carne, el salchichón, cada producto tiene un precio. Aquí igual según la calidad de las fibras». Este abanico permite que en cada negociación haya hasta cuatro precios distintos.

Pero no solo la calidad. En el precio de la lana influyen varios factores como la moda o el petróleo.

Las grandes marcas textiles ponen de moda un tipo de tejido u otro, pero siempre los diseñadores buscan en sus tendencias prendas rentables. Con un petróleo barato es fácil conseguir fibras artificiales acrílicas muy baratas.

Si a la moda, influida por los precios del petróleo, se une el calentamiento global y por tanto menor venta de prendas de abrigo en todo el mundo, al final el mercado textil de la oveja merina queda reducido a un espacio muy residual, no llega al 3% del total de fibras para la industria textil.

El único elemento a favor viene por el descenso de producción global del ovino. Desde Australia a Uruguay, pasando por España, sacarle rentabilidad a la cría de ovino es casi imposible, por eso el censo mundial cae año tras año y contrarresta la bajada de precios.

Con el mercado ya posicionado y asumiendo el rol dentro de la industria textil, el futuro ahora pasa por mejorar la calidad de la lana, explican en Comercial Ovinos.

La producción en el ovino se ha centrado tradicionalmente en la carne. En la selección genética de las explotaciones no tenían en cuenta la finura y la longitud de fibra que se extrae del animal cada primavera. Es el momento de empezar para conquistar a la industria textil. Aunque haya que llegar a China o India para rentabilizarlo.

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